sábado. 27.04.2024
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Imagen: Twitter

El pasado domingo día 12 de febrero, cientos de miles de madrileños inundaron las calles de Madrid en defensa de la Atención Primaria y la Sanidad Pública en su conjunto. Era la segunda multitudinaria manifestación en los tres últimos meses reivindicando el cese inmediato del proceso de demolición de la Atención Primaria que el gobierno Ayuso está llevando a cabo, en el contexto de su preconcebido plan de privatización de la sanidad pública madrileña. 

Es la caótica situación de los Centros de Salud y las Urgencias Extrahospitalarias, lo que llevó a sus profesionales a convocar una huelga, que en el caso de médicos de familia y pediatras tiene ya una duración de tres meses y a fecha de hoy sin acuerdo alguno como consecuencia de la absurda cerrazón del gobierno Ayuso a poner fin al conflicto.

Los ciudadanos madrileños, que desde hace años han ido comprobando como el sistema sanitario se ha ido deteriorando, han tomado conciencia colectiva de ese empobrecimiento y organizándose en los barrios y pueblos ha plantado cara a la política de desmantelamiento de la sanidad pública madrileña.

Las dos históricas manifestaciones, del 13 de noviembre y la del pasado domingo, han mostrado un empoderamiento colectivo que no aparecía desde hacía muchos años

Las dos históricas manifestaciones, del 13 de noviembre y la del pasado domingo, han mostrado un empoderamiento colectivo que no aparecía desde hacía muchos años y han lanzado un mensaje que ningún gobernante ni responsable político debiera ignorar: la paciencia y aguante ciudadano tiene un límite, y en el tema que nos ocupa se ha llegado a él.

Al hilo de las noticias y declaraciones aparecidas en los días previos e inmediatamente posteriores a la manifestación, creo oportuno exponer algunas reflexiones.

En primer lugar quiero indicar que, siendo una realidad la situación difícil de nuestro sistema sanitario público en todos los territorios del Estado, estoy sin embargo en total desacuerdo con la idea de falsa equidistanciaque diversos medios de comunicación han tratado de transmitir y que podría resumirse en: lo que pasa en la Comunidad de Madrid y la situación de su Atención Primaria, no es diferente de lo que ocurre en otros territorios. Este relato es falso y los datos oficiales así lo corroboran. Veamos:

El último informe oficial recogido de gasto sanitario público consolidado, corresponde al año 2020; en él se recoge lo realmente gastado en sanidad pública en cada Comunidad Autónoma.

Lo que pasa en la Comunidad de Madrid y la situación de su Atención Primaria no es diferente de lo que ocurre en otros territorios. Este relato es falso

La Comunidad de Madrid, el motor económico de España según Ayuso, es la que menos gastó por habitante de todo el Estado, 1.491euros/habitante, ello supuso que dedicó a su sistema sanitario público sólo un 4.7% de su producto interior bruto (PIB).

En el mismo año Extremadura, comunidad con mucho menos poderío económico gastó 1.776 euros/habitante que suponía el 9.7% de su PIB. Castilla y León, gastó ese año 1.863 euros/habitante que suponía el 8% de su PIB. Canarias gastó 1.617 euros/habitante que suponía el 9.3% de su PIB. El País Vasco gastó 1.948 euros/habitante y ello suponía el 6.4% de su PIB. 

En el año indicado 2020, la media del gasto sanitario público consolidado en el conjunto de Comunidades fue de 1.638 euros/habitante que suponía el 6.9% del PIB total de las Comunidades Autónomas.

Si analizamos el gasto en remuneración de personal en todas y cada una de las Comunidades, y vemos cuanto porcentaje del total de gasto sanitario público supone en cada Comunidad el gasto de personal, vemos los siguientes datos:

Comunidad de Madrid gastó en personal ese año el 42.3% del total de su gasto sanitario público.

Extremadura el 49.9%, Castilla y León el 51.2%, Canarias el 50.4% y el País Vasco el 52.6%, siendo la media de todas las Comunidades el 44.9%. 

Los datos aportados que son oficiales y recogen lo realmente gastado, son fáciles de localizar y muestran claramente que la Comunidad de Madrid, la más rica, está a la cola no solo en gasto por habitante, sino también en gasto de personal en relación a su PIB.

Dentro de las carencias que el sistema sanitario público presenta en el conjunto del Estado, sin duda es la Atención Primaria quien se lleva la peor parte. Volvamos a las cifras oficiales de 2020 y veamos qué porcentaje del total del gasto sanitario público de cada comunidad se produce en los servicios de Atención Primaria. Veamos:

La Comunidad de Madrid gasta en Atención Primaria el 10.7% del total de su gasto sanitario público. 

Extremadura gasta en Atención Primaria el 15.5% del total de su gasto sanitario público, Castilla y León el 16.1%, Canarias el 14.1%, Galicia el 11.6% y País Vasco el 14%.

Todos los datos expuestos hasta ahora, hacen muy difícil sostener que la situación de la Atención Primaria en Madrid y del sistema en su conjunto, es más o menos igual que la del resto del Estado. No es cierto.

La Comunidad de Madrid está a la cola no solo en gasto por habitante, sino también en gasto de personal en relación a su PIB

Sería muy bueno para nuestra democracia que quienes tienen en su mano la labor de informar, lo hiciesen con rigor, contrastasen los datos y al margen de como piensen o que opiniones emitan, informen con veracidad. En ocasiones viendo en TV o leyendo en prensa a algunos profesionales de la comunicación siente uno un cierto sonrojo.

Analicemos ahora hechos que se han producido y se producen aún en la Comunidad de Madrid y que no se han dado en ninguna otra Comunidad Autónoma. Veamos:

Hoy ochocientos mil madrileños no tienen asignado médico de familia y doscientos mil niños no tienen asignado pediatra de Atención Primaria. Esta situación no ocurre en ninguna otra Comunidad Autónoma. 

Servicios de Urgencias Extrahospitalarias cerrados más de dos años y reabiertos recientemente sólo algunos en condiciones realmente deplorables, donde no falta el médico, falta la enfermera o el personal de apoyo. Ello supone además de un riesgo real para los vecinos de las zonas afectadas, más aún si están en el medio rural, una merma muy evidente de la accesibilidad para recibir una atención sanitaria. Esto no ocurre en las restantes comunidades.

Centros de Salud cerrados en plena pandemia, olvidando que es la Atención Primaria el nivel asistencial clave en esas situaciones. Tampoco esto ha ocurrido en otras Comunidades Autónomas.

De los protocolos de la vergüenza cuya ejecución privó del derecho a la asistencia a muchos de nuestros mayores que se encontraban en las Residencias donde murieron 7000 mayores, lo único que cabe decir es que muchos ciudadanos esperamos se haga justicia y los responsables sean sentados en un banquillo.

Hoy ochocientos mil madrileños no tienen asignado médico de familia y doscientos mil niños no tienen asignado pediatra de Atención Primaria

Por último, la huelga de Médicos de Familia y Pediatras de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid desde hace tres meses y la postura incomprensible del gobierno Ayuso de no asumir sus razonables reivindicaciones y mantener el conflicto es también un hecho que no se ha dado en ninguna otra Comunidad, donde las reivindicaciones se han resuelto en el marco de la negociación cerrando los conflictos incluso antes de su inicio. 

Si a ello se une las descalificaciones e insultos, que miembros del gobierno regional e incluso su Presidenta Ayuso han dedicado a los profesionales en huelga, se proyecta una imagen de un gobierno de tinte autoritario, irresponsable y claramente incapaz de resolver cualquier situación complicada. Los madrileños ya estamos acostumbrados a ver como el gobierno Ayuso elude sistemáticamente sus responsabilidades tratando de endosarlas a otros, generalmente al malvado Pedro Sánchez. 

Para ir concluyendo, admitiendo que el sistema sanitario público español tiene problemas y carencias en las distintas Comunidades Autónomas, lo cierto es que ese deterioro es mucho mayor allí donde se llevan dos décadas de privatización salvaje de la sanidad, debilitando y desmantelando los centros públicos. La Comunidad de Madrid es campeona en esta materia. 

La masiva presencia de madrileños en las calles el domingo pasado, 12 de febrero, es la expresión nítida de la repulsa que la gestión sanitaria del gobierno Ayuso está generando en la opinión pública. 

La permanencia de Ayuso en el gobierno a partir de mayo pone en peligro de extinción a la sanidad pública madrileña

Desde el gobierno regional, se podrá intentar argumentar que los ciudadanos que llenaron las calles son una minoría y además son peligrosos elementos subversivos, se podrá decir que los médicos en huelga son unos izquierdistas irredentos, se podrá intentar transmitir desde el gobierno regional una imagen de tranquilidad e incluso displicencia ante lo que está ocurriendo, se podrán utilizar por parte del gobierno Ayuso los altavoces mediáticos afines, por tierra, mar y aire, para blanquear su política sanitaria pero creo no equivocarme si afirmo que a pesar de todo ello la preocupación y el desasosiego empieza a cundir en las filas del Partido Popular.

Concluyendo, desde mi punto de vista los madrileños deben interiorizar que la Sra. Díaz Ayuso y su partido no van a variar su política sanitaria de corte neoliberal y privatizadora. Deben saber que si quieren conservar su sistema sanitario público, su médico de familia y su pediatra de primaria, su derecho a la salud y una asistencia de calidad, se hace absolutamente necesario impedir democráticamente en las urnas el próximo 28 de mayo que el Partido Popular y Vox puedan gobernar.

La permanencia de Ayuso en el gobierno a partir de mayo pone en peligro de extinción a la sanidad pública madrileña.

Estamos avisados. Seamos responsables  

El rechazo ciudadano al Gobierno Ayuso