La iniciativa parte de un amplio colectivo de amigos, colaboradores, sindicalistas, profesionales, trabajadores, militantes y simpatizantes del PCE en los últimos años del franquismo.
Aquel sábado santo de 1977 cuando fue legalizado el Partido Comunista la gente no salió en masa ni a celebrarlo ni a quejarse. Pero hubo muchas más muestras de alegría que de rechazo.