domingo. 28.04.2024
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Cartel del PSUC obra de Josep Renau. (Wikipedia)

Con el ambicioso título de “Per qué va esclatar el PSUC” (1), se desarrolló esta semana un acto “de reflexión y debate” con ocasión de la presentación del libro: “La fundació – Foment d’Estudis i Debats Comunistes (fedc). 1982-1983 – Un  episodi en la crisi del PSUC – Edició a cura de Domènec Benet, Albert Coromines i Ascenció Solé”, de UNO editorial. Intervine, junto con Andreu Claret y los editores del libro, con algunas consideraciones que resumo a continuación y que, por el título del acto, no apuntan sólo a “un episodio” sino a la pregunta de “¿por qué?”,  más allá del propio libro.

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Si tuviera que sintetizar mi opinión sobre la crisis del PSUC, a “¿POR QUÉ ESTALLÓ?”, añadiría como subtítulo: “¿Cuándo se jodió?”. Y para resumirla la establecería en dos ámbitos, interno y externo:

  • Por motivos internos: 1) por ser un partido poco leninista, entendiendo el leninismo no como el equilibrio o la mediación entre prosoviéticos y eurocomunistas, sino como la voluntad de “hegemonía social y política(por este orden, y como el PCE -y con él el PSUC-, había logrado, o casi, en la última etapa del franquismo en la lucha por las libertades), y ello desde “el análisis concreto de la situación concreta”, 2) por, en demasiadas ocasiones, promover el eurocomunismo con métodos estalinistas, y 3) por no poder canalizar las tensiones internas de los 3 sectores del Partido (los llamados prosoviéticos, leninistas y eurocomunistas), quizás no tan difícil a la vista de posteriores reencuentros (entre ellos el propio acto que estamos desarrollando).
  • Por motivos externos, a veces tan o más significativos que los internos, como la evidente incidencia de la “guerra fría”, así como la amplia identificación social del comunismo (y el “marxismo-leninismo” como eslogan de referencia universal) con la experiencia fracasada en la Unión Soviética y otros Estados autodenominados como del “socialismo real”, el estalinismo como fenómeno más general.

Muchas de las consideraciones de estas notas son sin duda aplicables también al Partido Comunista de España (PCE), de cuyo Comité Central formé parte de 1972 a 1977.

No viví de cerca la experiencia de los denominados, y así por ell@s asumido, “leninistas” del PSUC. Acababa de reincorporarme al “Partido” tras mi fracasada aventura de 1977 a 1981 en el proceso de unidad socialista en Catalunya para constituir el PSC-PSOE, culminada con mi separación de la dirección del PSC de Barcelona y la expulsión de UGT en 1981. La experiencia de los 24 años entonces ya transcurridos desde mi ingreso en el Partido en 1958, me permite sin embargo algunas consideraciones para ese debate ahora resucitado, a las que añadiré alguna reflexión sobre nuestra compleja realidad actual, sobre la hoy necesaria iniciativa política colectiva y partidaria.

En este 2024 sigo pensando que el concepto de “partido político” de Lenin tiene vigencia e interés, desarrollado entonces en la proyectada y naciente Unión Soviética con el “Qué Hacer”, las “Tesis de Abril”, “Estado y Revolución”, la NEP, la polémica sobre los sindicatos con Trotsky, … y de particular expresión en las Actas del Comité Central Bolchevique de otoño de 1917, con una permanente aplicación del análisis concreto de la situación concreta, con voluntad (y claros resultados) de hegemonía social y política. Por ello creo que es de interés recuperar el debate al respecto en este “año Lenin” (2), planteado en el centenario de su fallecimiento.

Útil y necesaria también esta reflexión cuando vemos un proyecto político, el de SUMAR, que algo tendría que aprender de la historia, de nuestra historia. Pero en sus ponencias política y organizativa para su ASAMBLEA FUNDACIONAL del próximo 23 de marzo, se dibuja de hecho, más allá de alguna retórica afirmación, una organización solamente de adherentes, con una estructura cuya única elección (individual y telemática por parte de éstos, con un sistema mayoritario) es la del “Grupo de Coordinación” estatal. Una organización política sin órganos colectivos de dirección en los ámbitos de organización social y territorial de la ciudadanía. Sin una política hacia los movimientos sociales, hacia el movimiento obrero (sindical y sociopolítico) en particular. Un proyecto político que no se atreve a reconocer en sus ponencias la herencia política del PCE, de Izquierda Unida (IU) y de otras organizaciones de la izquierda transformadora, para remitirse solamente al “primer PODEMOS”. Una organización pues sin capacidad, y parece sin voluntad, de hegemonía social y política.

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Uno de los problemas importantes entonces, y ahora, era y es la necesidad de una política sindical del Partido. José López Bulla, primer Secretario General de CCOO de Catalunya, habla en el libro referido de la “doble independencia” entre Partido y Sindicato, un planteamiento que no comparto y sí el de la función de “dirección” por el Partido, con al mismo tiempo pleno respeto del funcionamiento democrático del sindicato. Con José Luis precisamente, y con Carles Navales, tuvimos en 2009 un interesante intercambio y confrontación de ideas al respecto, coordinado y presentado por Javier Tébar y editado por CCOO de Catalunya como “Conversaciones en Colomers”, con un prólogo de su entonces Secretario General, Joan Carles Gallego.

De esos años, de los 70 a los 80 del siglo pasado, hablaremos también en otro libro, el que estamos preparando con Silvestre Gilaberte y otros compañeros del PSUC de SEAT de entonces. Son consideraciones y recuerdos muy ligados a las discusiones sobre la Huelga General Política, sobre la unidad sindical (con particular atención al Consejo de Fábrica de SEAT), sobre el Congreso Sindical Constituyente para construir la unidad de clase que todos preconizábamos, …. Compañeros de SEAT integrantes de un colectivo político y sindical que, con el apoyo reiterado y mayoritario de los trabajadores de la primera factoría española, resistió más de un lustro la presión de la dirección del Partido y de CCOO de Catalunya en relación con la propia organización sindical y política en la fábrica, así como con sus propuestas de acción, que sobre ellos se produjo tras mi destitución por parte del Comité Ejecutivo en 1975 como responsable del “movimiento obrero” en el Secretariado del PSUC y de la organización del Partido en la fábrica, así como la suspensión de mi militancia en el Partido. Compañeros de SEAT, alguna compañera, con l@s que trabajé de 1968 a 1975 y con quienes mucho aprendí en los que han sido los mejores años de mi vida política y sindical.

Un próximo libro éste con además significativas anécdotas, como la doble negativa en 1975 de Fernández Sordo (entonces ministro franquista del Sindicato Vertical -la CNS-) y de Santiago Carrillo (SG aún del PCE) a un esquema para un posible Congreso Sindical Constituyente (para antes de la “ruptura” y para contribuir a ella) que había consensuado con Socías Humbert (Delegado de la CNS en Barcelona) y que había tenido ya algunas posibles expresiones, como las iniciativas (no las únicas) del Baix Llobregat impulsadas por las CCOO comarcales, con Carles Navales al frente. O el valor de mi voto (para evitar mi abstención) en un Comité Central del PCE (del 74 o 75) para eliminar una frase de su resolución política que identificaba la unidad sindical en la etapa final del franquismo como la de CCOO (entendidas como “sindicato comunista”) con una UGT (“sindicato socialista”) inexistente en los centros de trabajo.

Volviendo al libro de la “fundación”, me ha sorprendido la afirmación de Nicolás Sartorius, en uno de los artículos reproducidos, de que la Huelga General estuvo “a punto de salir” en 1976, sin más consideraciones sobre una cuestión que había sido el eje de la propuesta del PCE para la “ruptura”. En todo caso es útil retener esta afirmación para desechar la definición de la Transición como “revolución pasiva” por parte de SUMAR en su ponencia política para el 23-M.

Otros dos capítulos del libro, interesantes para el debate, son los relativos a la Transición y a las elecciones legislativas del 28 de Octubre de 1982, ganadas éstas con mayoría absoluta por el PSOE. Sobre la Transición se establece una visión en mi opinión muy crítica (que aún se manifiesta en SUMAR estos días), sin entender que entre el franquismo y la Constitución del 78 se produjo una efectiva “ruptura”, ciertamente a través de un proceso “de reforma” distinto del previsto, pero con una incidencia fundamental de la movilización social por reivindicaciones inmediatas, entre ellas las libertades, y con la que considero inteligencia política de Santiago Carrillo al abordarla.

En relación con aquel 28-O, con evidente descalabro del voto comunista, aparece en los documentos recogidos un rechazo a entender que supuso al mismo tiempo una gran victoria de las propuestas progresistas, apuntando sin desarrollar el concepto de “votos prestados” y su entiendo que necesaria rentabilidad, pero convirtiéndose en un elemento de guerra fratricida en el PCE y de éste con el PSOE.

De particular interés también en el libro de la “fundación” es el capítulo referido a la “política comunista en los ayuntamientos”. Éstos eran entonces las únicas instituciones de gobierno directo del partido de los comunistas. Analizar sus propuestas y sus resultados tiene el indudable interés de examinar su diferenciación, o su similitud, con las propuestas “progresistas” desde otros ámbitos políticos, socialistas y otros, y sacar conclusiones también para hoy.

En definitiva, este libro de “la fundación”, como el que pronto publicaremos desde la experiencia de SEAT, y otros, no son libros “de historia”, pero sí “para la historia”. Sí constituyen material para los historiadores, para entender el pasado, y también para contribuir a construir el presente y el futuro, para desarrollar los instrumentos de acción social y política que la ciudadanía necesita. Para avanzar hacia la eliminación de todas las formas de explotación y opresión.

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(1) Partit Socialista Unificat de Catalunya, el partido de los comunistas de Catalunya (a falta de una página viva de este partido, buena puede ser  la de wiquipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Partido_Socialista_Unificado_de_Catalu%C3%B1a)
(2) Una iniciativa al respecto es el “Congreso Internacional Lenin” organizado para los días 26 a 28 de junio en Barcelona por la Facultad de Filosofía de la Universidad y la Societat Catalana de Filosofía

¿Por qué y cuándo se jodió el PSUC?