viernes. 26.04.2024
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Partimos de entender por género la adscripción de roles y estatus sociales diferenciados y la atribución de significados culturales diferenciados a las personas en base al dimorfismo sexual.

Es decir, hombre y mujer van a ser el criterio para otorgar una serie de tareas y actividades (caza, guerra, religión, por un lado; reproducción, recolección, por el otro) a cada uno de los sexos.

Tareas y actividades que van a ser pensadas como diferentes y opuestas en base a la categorización de lo masculino y lo femenino.

En los estudios tradicionales las diferencias biológicas se tomaban como base para la formación de relaciones sociales y para su conceptualización y simbolización.

A partir de estos primeros estudios de género, la antropología social ha llegado a dos grandes afirmaciones básicas, como son: el hecho universal de la dominación masculina; y el postulado que afirma que esta subordinación femenina es de origen social, no biológico.

Al cabo del tiempo estos postulados, al igual que la definición de género, también serán criticados. Ya la antropología feminista de los años setenta enfatiza la importancia de diferenciar el sexo biológico del género y basa los términos mujer y hombre en construcciones culturales, siguiendo las premisas de Margaret Mead.

  1. El hecho universal de la dominación masculina
  2. Origen social de la subordinación femenina
  3. Determinismo biológico
  4. La ceremonia del Sagali
  5. Tribus prehistóricas
  6. Hipótesis sobre el origen de la desigualdad de género
  7. Datos sobre la desigualdad de género

El hecho universal de la dominación masculina

Respecto al primer postulado básico sobre el hecho universal de la dominación masculina, Lévi-Strauss, redujo el género a un mero signo de comunicación e intercambio, donde los clanes patrilineales consideraban a la mujer como un instrumento de intercambio social.

Por su parte, Balandier va más allá, y además de definir a la mujer de las comunidades primitivas como la mitad subordinada, la mujer como objeto de intercambio matrimonial generadora de lazos sociales e instrumento de reproducción, también las identifica con la mitad peligrosa, ya que es el otro, y representa la ambivalencia, lo cercano a la naturaleza.

Ambos autores definen lo femenino como inverso a lo masculino.

Origen social de la subordinación femenina

Respecto al segundo postulado, que afirma que la subordinación femenina es de origen social, desde la antropología se considera la desigualdad humana como un hecho de origen social. Sherry Ortner trata de analizar las relaciones masculino/femenino como si fueran una transposición de la relación cultura/naturaleza desde una perspectiva simbólico/estructuralista.

Ella pretende demostrar que se concede un valor inferior a la mujer en todas las culturas porque se la identifica con la naturaleza, algo desvalorizado y situado en un orden inferior.

Ha habido autoras como Weiner, Arcand o Moore que han criticado esta dicotomización, porque consideran que es una perspectiva europea, el hecho de considerar los conceptos como pares opuestos.

Determinismo biológico

A pesar de que ha habido quienes han pretendido fundamentar las diferencias de género en causas biológicas (determinismo biológico), los datos etnográficos demuestran que las diferencias biológicas no pueden ser la base de la construcción del género, ya que la división social entre hombres y mujeres está socialmente construida.

Por ejemplo, Annette Weiner para criticar los planteamientos de los autores estructural-funcionalistas (Ortner y Lévi-Strauss), estudia la sociedad trobriandesa, fijándose en las mujeres relacionadas con el mundo de la reproducción y de la cosmología.

Así, mientras Malinowski decía que la sociedad trobriandesa era una sociedad basada en el intercambio mujeres y de objetos materiales e inmateriales y que de ello dependía toda la estructura social, Weiner dirá que no es así. Dirá que la relación masculino-femenino no es de dominación y que las mujeres en esta sociedad no son meros objetos de intercambio ni instrumentos de uso generalizado, sino que tienen un poder real como agentes de la vida social, y esto se hace presente en la ceremonia del Sagali.

La ceremonia del Sagali

La ceremonia del Sagali se realizaba cuando un pariente de la mujer muere. Su marido trabaja para acumular las riquezas que su esposa debe distribuir a sus parientes matrilineales. La razón de estos intercambios está en la creencia de que las mujeres trasmiten el clan de los antepasados recreándolo cada generación.

Además, el fundamento de la vida social no está ni en la filiación ni en la alianza (como habían creído los estructuro-funcionalistas) sino en la regeneración de los antepasados.

Así pues, vemos, que hubo un tiempo en el que se tomó la diferencia sexual como base de la construcción de la vida social y fundamento de legitimación de las diferencias de género.

Tribus prehistóricas

Sin embargo, no es cierto que el poder sea una esfera exclusivamente masculina en todas las sociedades, ni que la subordinación femenina en el ámbito social sea un rasgo universal.

La categorización naturaleza-cultura como par de oposiciones o dualismo básico refleja una forma, que no la única, de funcionamiento de la mente humana en el proceso de cognición y de simbolización.

Mark Dyble, antropólogo, en una investigación de la Universidad de Londres, publicada en la prestigiosa revista Science, demostró que en las tribus prehistóricas los hombres y las mujeres tenían la misma jerarquía.

Este autor señaló que la igualdad de género debió ser una ventaja para la supervivencia de la especie y la evolución de la humanidad.

El desequilibro apareció cuando estas sociedades primitivas dejaron de cazar y, a cambio, comenzaron a sembrar, cosechar y acumular recursos. En ese momento los hombres empezaron a tener más de una pareja y muchos hijos, por lo cual su nivel de influencia aumentó al punto de dejar de cooperar para proveer los alimentos y cuidar a los niños, tema que quedó en manos de las mujeres hasta el sol de hoy.

Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales sobre las piezas dentales de los neandertales en Asturias, Francia y Bélgica concluye que se dividían las tareas por sexos. La investigación sugiere que machos y hembras se ocupaban de distintas labores, aun utilizando las mismas herramientas.

Este estudio demuestra que el patriarcado ha dominado a la humanidad desde hace miles de años, pero sólo ha comenzado a ser cuestionado desde hace escasamente un siglo.

Hipótesis sobre el origen de la desigualdad de género

El historiador israelí Yuval Noah Harari, autor del ensayo De animales a dioses. Breve historia de la humanidad (Debate), reflexiona en uno de sus capítulos sobre el origen de la desigualdad de género. Como resultado, formula tres hipótesis:

1. Potencia muscular

El hombre se ocupó de las tareas más duras y de esa forma acabo controlando la producción y sometiendo a las mujeres gracias a su mayor fuerza física. No obstante, los expertos afirman que no todos los hombres son más fuertes y que las mujeres suelen ser más resistentes al dolor o la enfermedad. Otro argumento más en contra de esta teoría radica en que ni reyes ni generales han gobernado gracias a su musculatura, sino que disponían de otras habilidades totalmente distintas. En la antigüedad, el poder veía el trabajo duro obra de esclavos o siervos.

2. La propensión a la violencia

Este punto de vista sostiene que millones de años de evolución han hecho a los hombres mucho más violentos que las mujeres. En este sentido, predomina la violencia física y bruta en los hombres, mientras que la capacidad de conspirar, manipular o traicionar se encuentra equiparado en los dos sexos.

Debido a esto, Harari afirma que la guerra forjó la sociedad y el patriarcado. Como objeción a esta teoría se encuentra el hecho de que las guerras se ganan con estrategia y organización.

3. Los genes

Según esta teoría, hombres y mujeres desarrollaron diferentes estrategias de reproducción y supervivencia durante millones de años.

Darwin toma un papel importante en este punto de vista. Afirmaba que los hombres que lograban tener descendencia eran los más competitivos, lo que propiciaba que las mujeres se convirtieran en “cuidadoras sumisas”.

Al final del capítulo, Harari llega a la conclusión de que lo que sabemos es que durante el último siglo los papeles de género han revolucionado la sociedad de manera extraordinaria y afirma que ninguna de sus teorías resulta del todo convincente.

Por otra parte, existen numerosas teorías que, como ocurre con las del historiador, tienen sus pros y sus contras.

En la actualidad, seguimos sin conocer el origen exacto del machismo, pero, estudios como el que os hemos mostrado nos hace preguntarnos cómo puede explicarse la universalidad y estabilidad del sistema patriarcal, aún sabiendo que el sistema se ha basado en mitos infundados.

Datos sobre la desigualdad de género

En datos globales las desigualdades de género se observan en que:

> las mujeres conforman casi dos tercios de los analfabetos del mundo ​en 2021,

> en uno de cada cinco países las niñas no tienen los mismos derechos sucesorios que los niños,

> se habla de feminización de la pobreza porque la mayoría de los pobres del mundo son mujeres,

> las mujeres tienen menos acceso a los servicios sociales básicos que los varones, ​

> las mujeres tienen 11 puntos porcentuales más de probabilidad de no tener comida,  ​

> la brecha salarial muestra que las mujeres ganan menos dinero que los varones por el mismo trabajo, ​ y aun las que están más educadas que ellos consiguen trabajos de menor jerarquía, ​

> existen 39 naciones en las que los hijos varones tienen derechos de herencia que las hijas mujeres no, ​ y solo el 2% de la tierra del planeta pertenece a mujeres mientras que el 98% pertenece a los varones, ​ aunque las mujeres son las responsables de recolectar el agua en el 80% de las casas sin agua corriente,

> en 30 países se continúa realizando la mutilación genital femenina y hay por lo menos 200 millones de mujeres operadas, 

> dos tercios de las víctimas de trata de personas son mujeres, ​ las mujeres representan la gran mayoría de las  víctimas detectadas que fueron objeto de trata con fines de explotación sexual, en muchos casos el 94% de las víctimas de trata para explotación sexual son mujeres,  mujeres y niñas son víctimas de secuestro con fines violentos y sexuales en vez de por pedido de dinero,

> en muchos casos las mujeres son quienes comen últimas en la familia, ​

> muchas mujeres aún no pueden elegir esposo y cada dos segundos una niña es forzada a matrimonio infantil en el planeta,  ​

> en muchos países todavía existen códigos legales que obligan a la mujer a obedecer a su esposo,


En líneas generales, el hecho de nacer mujer supone un grave peligro en cualquier lugar del mundo debido a la violencia machista, ​ ya que algunas formas de reproducción de la desigualdad de género se inscriben en los cuerpos de las mujeres, como la violencia machista, la trata de mujeres y la prostitución.


Por último, compartir esta reflexión de Stendhal:

“La plena igualdad de las mujeres sería la señal más segura de la civilización y duplicaría las fuerzas intelectuales del género humano”.

Seguimos sin conocer el origen exacto del machismo