sábado. 27.04.2024
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La violencia estética se define como la presión social por alcanzar un ideal de belleza a cualquier precio, incluso aunque suponga un riesgo para la salud mental y física de la persona.

Las víctimas de esta violencia son, especialmente, las mujeres ya que son ellas las que se ven más presionadas a cumplir con estos prototipos, llegando incluso a someterse a todo tipo de intervenciones estéticas para encajar con unos cánones de belleza imposibles.

La violencia estética no reconoce la diversidad de cuerpos y solo admite un modelo de belleza, que determina cuerpos hegemónicos y deseables. Así, todas las personas que quedan fuera de este prototipo automáticamente dejan de ser válidas para una parte importante de la sociedad.

  1. Parámetros de la violencia estética
  2. Canon de belleza
  3. Estigmatización y discriminación

Parámetros de la violencia estética

Las principales características de la violencia estética son las siguientes:

Gordofóbica: La violencia estética es gordofóbica porque estigmatiza a los cuerpos no normativos.

Sexista: Afecta sobre todo a las mujeres, aunque algunos hombres también se sienten sometidos a diversas presiones sociales sobre su aspecto físico.

Racista: Como en el caso del peso, la violencia estética deja fuera a las personas racializadas que se alejan del prototipo de belleza de persona blanca occidental.

Edadista: Prima la juventud como un rasgo imprescindible para encajar en el canon de belleza.

Discriminadora: Solo valida un tipo de cuerpo y rechaza los cuerpos con diversidad funcional.

Canon de belleza

Las principales derivadas de la violencia estética son:

El canon de belleza es sexista porque se exige casi de forma exclusiva a las mujeres y se considera una condición inherente y definitoria de su feminidad. Sobre los hombres no hay una exigencia tan intensa de la belleza y, en según qué círculos, que un varón se cuide es mal visto y tomado como un signo de debilidad (por ejemplo, metrosexualidad, depilarse, usar cremas…).

Los estereotipos de belleza son gerontofóbicos porque hay un rechazo absoluto de la idea de vejez. Se prefiere a las mujeres con rasgos casi neonatales, ausencia de defectos asociados a la vejez como arrugas o manchas en la piel. Se sobrevalora la juventud. El canon de belleza femenino ha hecho que las mujeres se obsesionen por mantenerse jóvenes. La juventud es una condición imprescindible para ser considerada bella.

El canon de belleza es racista porque, al menos en el caso occidental, se ha constituido a partir de la blanquitud. Las mujeres negras, asiáticas, árabes, indígenas y, en definitiva, no caucásicas de piel clara han sido invisibilizadas en el canon de belleza. La piel, el cabello y otros rasgos que no eran propiamente “blancos” han sido objeto de mofa, discriminación, exclusión y violencia.

Y también es gordofóbico porque en el canon de belleza se rechaza, de forma sistemática y explícita, los cuerpos de grandes proporciones. Dejando de lado el debate de los problemas médicos que implica la obesidad, relacionándolo con la belleza es un hecho que las personas con tamaños corporales grandes se han enfrentado al estigma, la discriminación y el menosprecio por parte de la sociedad.

Estigmatización y discriminación

Las consecuencias de la violencia estética son la presión por “encajar” a ciertos modelos e ideales desemboca en situaciones de malestar. En particular, genera estados de estrés, ansiedad y baja autoestima. Muchas personas son discriminadas y estigmatizadas por no cumplir con ese “debería” que prescribe la belleza.

Trastornos alimentarios

En respuesta a esto, algunos se someten a dietas estrictas que conllevan a trastornos alimentarios que perjudican la integridad física y mental. Tal es el caso de la bulimia, la anorexia, la ortorexia, entre otros.

Cirugías estéticas

Asimismo, hay quienes se exponen a cirugías estéticas para borrar arrugas y líneas de expresión o para disminuir el abdomen y aumentarse el busto.

De este modo, el cuerpo empieza a ser modelado en función de mandatos, alejándose cada vez más del aprecio y del respeto por uno mismo.

Acoso escolar

La violencia estética también se encuentra entre las causas del acoso escolar. Todos conocemos algún caso de un compañero que era acosado por su peso y a quien no elegían para el equipo de deportes.

Su peligro es aún mayor porque se empieza a desarrollar a edades tempranas y tiene un impacto negativo en la identidad, la autoestima y en los cuerpos en desarrollo.

Sexualización

Por otro lado, no hay que obviar las consecuencias en relación con la sexualización y a la cosificación de los cuerpos, sobre todo de las niñas y las mujeres, que se encuentra implícita en dicho estándar de belleza.

Es decir, para llamar la atención y ser aceptadas, muchas veces se muestran en poses sexualizadas y eróticas, inadecuadas para su edad y para su madurez emocional.


En síntesis, la violencia estética expone a las personas a riesgos tanto en la salud física como mental. 

Al mismo tiempo, como sociedad nos convierte en intolerantes y discriminadores.


Por último, compartir esta reflexión del Mahatma Ghandi:

"La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.

El canon de belleza como violencia estética
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