lunes. 29.04.2024
Joe Biden con la primera ministra sueca, Magdalena Andersoon y el presidente finlandés Sauli Niinistö

Joe Biden ha exhibido una de sus mejores sonrisas en la rueda de prensa con el presidente de Finlandia Sauli Ninisto y la primera ministra de Suecia Magdalena Anderson. Ha expresado su rotundo apoyo a su ingreso en la OTAN y  declarado que cumplen todos los requisitos para entrar en la Alianza. Asimismo se ha comprometido a que el Congreso de Estados Unidos ratifique rápidamente sus solicitudes, requisito necesario para completar el proceso de adhesión. Está claro quien manda en la OTAN. La oposición de Turquía con toda probabilidad será rápidamente acallada con las medidas que hagan falta que seguramente sean pagadas por el pueblo kurdo.

Joe Biden tiene razones para estar satisfecho. La guerra de Ucrania está acabando con la posibilidad de seguir siendo neutral. La neutralidad es un valor a la baja. Con este paso de los países nórdicos se refuerza la alianza militar dirigida por Estados Unidos, se aísla más a uno de sus contendientes, Rusia y se acrecienta la escalada armamentística en el mundo. Hablar en estos momentos de países no alineados, neutralidad, pacifismo o desarme no deja de ser una bonita ilusión y un brindis al sol. 

Desde la perspectiva de la opinión pública del mundo occidental está meridianamente claro que sólo hay un responsable de toda esta situación. Vladimir Putin y Rusia que ha hecho saltar los equilibrios internacionales al invadir unilateralmente Ucrania. Y probablemente sea así.

Como resaltan los mandatarios europeos (Borrell, Von der Leyen, etc.) Europa se ha unido más y ha reforzado sus lazos con Estados Unidos y Reino Unido en este conflicto, han decidido multiplicar sus arsenales, castigar económicamente al país agresor Rusia, y apoyar económica y militarmente al país agredido, Ucrania. Se han abierto las puertas, tradicionalmente cerradas, a la emigración forzada ucraniana y se les han dotado de todos los apoyos y medios necesarios para empezar una nueva vida en territorio europeo.

Joe Biden tiene más motivos para sonreir satisfecho. La economía estadounidense se ha contraído el 1,4% en el primer trimestre del presente año, pero el presidente espera revertir esta situación con el aumento de las ventas de los sectores energéticos, alimentación y armamento a una Europa en guerra. Además a precios más altos gracias al fortalecimiento del dólar con relación al euro. Por otra parte el gasto de los consumidores, principal motor de la economía de Estados Unidos se ha acelerado en los primeros tres meses del año. La demanda subyacente sigue siendo fuerte y el mercado laboral está en sus mejores momentos desde 1950. Los expertos auguran que el crecimiento positivo se reanudará en el segundo trimestre del año.

Las importaciones se dispararon durante el primer trimestre y se prevé que seguirán creciendo, si bien a costes menores, gracias a la revalorización del dólar.

Algún banco europeo como el Deutsche Bank ha informado a finales de abril de una posible recesión en Estados Unidos por las medidas de la Reserva Federal para rebajar la inflación muy elevada en estos momentos. Otros bancos como Goldman Sachs o UBS han admitido que será muy difícil reducir la alta inflación y el crecimiento salarial pero rechazan la posibilidad de una recesión apostando por un crecimiento que se desacelere a un ritmo algo inferior al potencial.

A pesar de ello los analistas de Deutsch Bank consideran que la FED deberá pisar el freno con más firmeza y que será necesaria una profunda recesión para controlar la inflación. Su estudio tiene un título significativo. “Porqué la recesión será peor de lo esperado”.

Con tasas de inflación del 8,5% en marzo, con la continuidad de las interrupciones en la cadena de suministros causadas por la guerra de Ucrania, la reversión de la globalización, el cambio climático y amplias zonas de China confinadas por el Covid, ven muy difícil corregir en el corto plazo los precios altos.

Todo apunta a que el problema de la inflación elevada tanto en Estados Unidos como en Europa ha venido para quedarse. Esto ha llevado a la Reserva Federal a poner en marcha las mayores subidas de tasas de interés desde el año 2000. Tal medida significa que los costes de las tarjetas de crédito, los préstamos para compra de vivienda y automóviles aumentarán disminuyendo el consumo y la inversión, desacelerando el crecimiento de la economía.

Estas preocupaciones “menores” no eliminan la satisfacción del presidente de Estados Unidos que considera están saliendo adelante sus principales apuestas geoestrátegicas, fortaleciendo el papel de Estados Unidos en el mundo y debilitando a sus competidores.

La sonrisa de Joe Biden quiere expresar una idea al mundo: “La guerra la estamos ganando”

¿Por qué sonríe tanto Joe Biden?