domingo. 28.04.2024
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El Partido Popular creció e incluso hubiese arrasado con Ayuso, pero Feijóo no daba la talla ni como encantador de serpientes con flauta trucada. Pedro Sánchez demostró una vez más que puede reinventarse a sí mismo y renacer de sus cenizas cual ave fénix. Es injusto que los escaños de Yolanda Diaz se comparen al anterior resultado de Podemos. Esta formación habría desaparecido del mapa nacional, como lo hizo en Madrid. El tándem de actual presidente y su vicepresidenta de trabajo ha convencido. Abascal se ha hundido. Ahora es un partido que gobierna en algunas autonomías y no sólo una voz crítica.

Una coalición de izquierdas podría gobernar el país, pero algo puede impedirlo. El partido de Puigdemont ya lo ha dejado claro. Es lógico que la izquierda no pueda contar con un partido nada progresista y que vive del independentismo para tapar sus vergüenzas. Convergencia siempre hizo una política muy similar a la del partido popular, porque no deja de tener una clara vocación ultra neoliberal.

Europa podría celebrar estos resultados contrarios a una tendencia imparable. Pero la sonrisa de Laura Borrás resulta inquietante. Sabe que tiene la sartén por el mango para forzar una repetición electoral y no dudará en hacerlo si así le conviene. Podría haber una coalición gubernamental con un tándem que funciona y el complejo respaldo del PNV, ERC y EH/Bildu. Pero esto no será posible si Junts decide poner palos en las ruedas. La sonrisa de Borrás apunta en esa dirección.

¡Qué alivio! Salvo la sonrisa de Borrás