sábado. 27.04.2024
De La Voz - La Voz Spanish Newspaper 1936, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=105824648
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Maurice Thorez

En abril de 1935 hubo elecciones municipales en Francia. Por primera vez, y a propuesta de Maurice Thorez, secretario general del Partido Comunista, se alcanzó un pacto de unidad de acción entre todos los partidos de izquierda y republicanos que iba desde los comunistas hasta los centristas del Partido Radical pasando por los socialistas.

En la segunda vuelta todos apoyarían al candidato mejor situado en la primera vuelta.  En España las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo están siendo entendidas como una primera vuelta de las generales de finales de año. En la izquierda el divisionismo vuelve a ser la principal preocupación.

            -Me explicaron que Vidal Sánchez quería unificar a los revolucionarios y que para esto, había fundido en un solo partido al PUC, al FUC, al MUC, al POP, al MFRU, al CRTP, y al SPQR y ahora buscaba el apoyo del PRIR y del PIIPR.

           -Tenemos las elecciones en la bolsa- dijo Anastasio.

           -Sí, pero entre ochocientos- les dije yo.

Este dialogo es de Los relámpagos de agosto, parodia de Jorge Ibargüengoitia sobre militares ya envejecidos y corrompidos en el régimen posrevolucionario mexicano y aún  ansiosos por seguir mamando y dispuestos a sublevarse contra quien quisiera impedirlo. Con franqueza cuartelera el general Lupe dice a sus compadres compinches que en el cambio presidencial que se avecina él quiere ser ministro, ministro de lo que sea, pero ministro “-porque comprendí que este era el momento de ponerme las botas: ahora o nunca”.

El país necesita que se mantenga el gobierno progresista  para consolidar los avances sociales de esta legislatura

De cara al 28 de mayo en muchos sitios ha prevalecido el sentido común; en otros, demasiados, habrá dos, tres o más papeletas de izquierda, demasiadas. En bastantes municipios los grupos locales llegaron a un acuerdo después truncado desde la cúpula que dio la orden de retirarse porque no sé quién iba delante en la lista y eso sí que no: “vamos, vamos, que viene la ultraderecha, vamos pues, pero antes dime qué hay de lo mío”. Al igual que el general Lupe o le dan lo suyo o se alza.

Algunos principios marxistas originarios se fueron desgastando con el tiempo pero no así la temprana afición por la riña entre camaradas que sigue florida ¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!

En el magma de la llamada “izquierda a la izquierda del PSOE” además de los personalismos (que no son exclusivos de esa franja) hay una disyuntiva que no aflora pero ahí está.

No se sabe aún si la “cosa”, como se llamó en Italia al plan de Acchille Occhetto de reconversión del PCI (que pareció una buena cosa al principio pero que no acabó del todo bien)  que va a liderar Yolanda Díaz es para suceder al decaído partido populista, que aun teledirige Pablo Iglesias, cambiando sus perfiles más agrestes o es para construir algo diferente.

Me encuentro entre los que quisieran que se fuera por esa segunda vía para sintonizar con lo mejor de nuestro reciente pasado, el PCE eurocomunista y combativo de los años setenta y la  Izquierda Unida pluralista de los ochenta, adaptado claro a los tiempos de hoy.

Esto no tiene porqué ser contradictorio con la asunción de la rebeldía crítica del movimiento de los indignados pero no me parece que el 15-M pueda ser la bandera de la izquierda de hoy. No al neoliberalismo económico pero sí a la Europa democratica que rechaza a Putin y a los gobiernos iliberales de algunos países de la propia UE.

La izquierda que luchó contra el franquismo tuvo que negociar  durante la Transición, grave pecado para algunos jóvenes radicales que no lucharon porque entonces no tenían edad y otros menos jóvenes que tampoco lo hicieron porqué no tuvieron ganas.  

En ambas orillas políticas hay quien, legítimamente, ha evolucionado y ahora crítica lo que entonces aplaudió a cuatro manos en agrupaciones y comités centrales. Un ejemplo sería Ramón Tamames que se fue escorando, sin prisa pero sin pausa, hacia la derecha más conservadora hasta llegar al bochorno final de la moción de censura al servicio de VOX. En la otra acera tenemos a Jorge Verstrynge, de joven fascista  y luego siete años secretario general de Alianza Popular, quien en la madurez emprendió a buena marcha el sendero que le llevaría hasta el populismo anti-sistema tras pasar unos años en el PSOE que no debió parecerle suficientemente rojo.

No sé si en realidad cambió tanto Tamames, al que conocí un poco, porque ante todo fue siempre muy Ramón y puede que Verstrynge, a quien no tuve el gusto, se arrepienta de la imprudencia de haberle puesto a Fraga el mote de “Zapatones” que por algún chivatazo causó su despido laboral gracias al cual descubrió la otra orilla.

El país necesita que se mantenga el gobierno progresista  para consolidar los avances sociales de esta legislatura y para abordar en un clima de menor crispación reformas de calado que habría que pactar con el máximo de fuerzas incluyendo a la derecha constitucionalista.

La legislación ordinaría progresista puede salir adelante con votaciones ajustadas y eso es normal porque se corresponde con la voluntad variante del electorado, pero determinados asuntos hoy muy deteriorados (territoriales, de Justicia, Educación, Salud, Defensa) solo se resuelven con acuerdos amplios, algunos porque lo obliga la Constitución y todos porque es la única forma de que sean duraderos.

Será difícil si el PP se encabestra pero desde la izquierda habría que emplazarle.

Elecciones de primavera en Francia 1935 y en España 2023