viernes. 26.04.2024

Resulta difícil explicar y explicarse como una persona del nivel ético e intelectual de Isabel Díaz Ayuso, puede haber llegado al cargo de máxima responsabilidad política de la comunidad más rica de España, una comunidad que se beneficia del efecto de la capitalidad por muchos motivos, que presume de insolidaria con los de dentro y los de fuera, y que decide bajar impuestos a los más ricos para luego, inmediatamente, pedir fondos al Gobierno Central que subsanen sus carencias financieras. 

Resulta difícil de creer que los habitantes de esa comunidad, con más de diez universidades, con más de la mitad de sus niños y adolescentes educados por la Iglesia Católica en colegios concertados confesionales y doctrinarios, estén votando mayoritariamente desde el año 1995 a candidatos del Partido Popular sin que les afecte lo más mínimo en su decisión la catadura moral de los mismos. Desde Esperanza Aguirre hasta Isabel Díaz Ayuso, pasando por Ignacio González o Cristina Cifuentes, algo huele a muy podrido y no es en Dinamarca.

Resulta difícil explicar y explicarse como una persona del nivel ético e intelectual de Isabel Díaz Ayuso, puede haber llegado al cargo de máxima responsabilidad política de la comunidad más rica de España

Se puede pensar que la oposición no ha sabido ofrecer un programa alternativo creíble, se puede aducir que la división de la izquierda es un factor a tener en cuenta, se puede esgrimir que el lenguaje usado por la derecha conecta más con la ciudadanía que los que usan otros, se puede creer que el empobrecimiento del cinturón industrial de la capital ha llevado el descreimiento a la mayoría de sus habitantes. Todo eso puede ser verdad, pero precisamente la variedad de propuestas que hay al otro lado y la uniformidad corrupta que ha teñido a la mayoría de gobiernos reaccionarios de Madrid debería haber llevado a un relevo que no se ha producido ni parece que vaya a producirse, tal vez porque los modos vulgares, chabacanos, anéticos, ramplones y rufianescos de determinados políticos coincidan más con los de quienes han de depositar su voto cada cuatro años, tal vez porque, como en otros países de Europa, la degradación de la clase política está directamente relacionada con la de un pueblo soberano al que se ha inoculado el virus del miedo, miedo a perder lo poco que tiene, miedo al emigrante, miedo al diferente, miedo al Estado que impide tomar cañas como Dios manda en mitad de una pandemia, miedo a los cambios, a la incertidumbre, al vecino, al intelectual, al que piensa, al que disiente, al que no insulta, al que no es como eran los de antes, los de siempre.

La degradación de la clase política está directamente relacionada con la de un pueblo soberano al que se ha inoculado el virus del miedo

Vaya por delante antes de continuar, que considero esencial para la regeneración de la vida política española y de cualquier otro país de nuestro entorno que la actividad política de cualquier persona se limite por ley a un máximo de quince años, después de los cuales la persona afectada tendría que regresar a su vida privada sin ningún tipo de privilegio. IDA, como tantos miles de personas de su edad, estudió una carrera, la sacó sin notoriedad y sin más méritos decidió ingresar en el partido de sus sueños, que no era el otro que el Popular. Movida por el amor a la patria y especialmente a Madrid, que es España, lo mismo que España es Madrid, pensó que desde esa atalaya privilegiada podría demostrar al país sus dotes oratorias, su gran capacidad para organizar de forma justa y equilibrada la administración madrileña y, de ese modo, presentar un modelo inmarcesible a España y al mundo.

Iniciada en 2005 en el mundo de la cosa pública de la mano del superdotado Pablo Casado, estudiante de Derecho que tras unos comienzos gloriosos en el Colegio Mayor Elías Ahuja, logró aprobar dieciocho de las veinticinco asignaturas de la carrera en tan solo dos años, IDA pasó al año siguiente a trabajar en la oficina de prensa de Alfredo Prada, consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid. Entusiasmada con su desparpajo, capacidad de trabajo y buen humor, Esperanza Aguirre vio en ella algo que no había visto nadie: Una lideresa en potencia, tan obediente como carente de filtros y complejos. Sin pensárselo dos veces, Esperanza le confió la cuenta de twitter de su perro Pecospuesto de la máxima confianza que IDA desempeñaría con solicitud, eficacia y soltura dada la afinidad que desde el primer momento hubo entre ambos.

Su entrega al estudio científico de las cuestiones que más afectaban a los madrileños como la composición del bocata de calamares, encandilaron de nuevo al superdotado Casado

Demostrada su enorme valía al servicio de Aguirre, dirigente intocable judicialmente y muy encariñada con Santiago Abascal, IDA pasó por diversos departamentos de comunicación del partido hasta que en 2015, gracias a su espléndida trayectoria y a la cultura del esfuerzo, consiguió entrar como diputada en la Asamblea de Madrid para sustituir a Engracia Hidalgo. Su locuacidad, su tenacidad y perseverancia, sus vibrantes intervenciones parlamentarias, su entrega al estudio científico de las cuestiones que más afectaban a los madrileños como la composición del bocata de calamares, encandilaron de nuevo al superdotado Casado, que sin dudarlo dos veces anunció en enero de 2019 que IDA sería la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Desconocía el superdotado que sería IDA, como Bruto a César, la causante de su ocaso.

Despejado el camino hacia la Presidencia, tras las elecciones de mayo de 2019, pese a no ser la lista más votada porque los madrileños todavía no sabían a ciencia cierta quién era, logró hacerse con el poder tras pactar con Ciudadanos y Vox, abriéndose para Madrid uno de los periodos más colosales de su historia. Siguiendo los pasos del Presidente de los Estados Unidos de América Donald Trump, IDA comenzó a hacer y decir lo que le pasaba por la cabeza, pero sobre todo a privatizar servicios públicos esenciales, dejando hacer a su gusto a quienes recibían la concesión de un colegio, una residencia de ancianos o un hospital. 

Casado, sin dudarlo dos veces anunció que IDA sería la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Desconocía el superdotado que sería IDA, como Bruto a César, la causante de su ocaso

Su actuación durante los primeros meses de la pandemia, restringiendo la asistencia hospitalaria a los viejos afectados hasta el punto de convertir a los asilos madrileños en verdaderos tanatorios con más de 7.500 muertos, casi uno de cada cinco residentes; sus negativa a cualquier tipo de acuerdo con el Gobierno central y con las otras comunidades en horas tan críticas; las compras de material sanitario que no llegaba y la defensa de Madrid como capital mundial de las cañas en momentos dramáticos, la convirtieron en la nueva Manuela Malasaña de la capital, demostrando una vez más que con tesón y esfuerzo puede suceder lo más inesperado.

Y así fue. En las elecciones de mayo de 2021, IDA, al grito de libertad, obtuvo un arrollador triunfo gracias al voto entusiasta de miles de madrileños que vieron en ella el resurgir del madrileñismo, de aquellos héroes que el dos de mayo de 1808 se enfrentaron a las tropas de Napoleón sin preocuparles sus vidas y que, años más tarde recibirían a Fernando VII, “El Deseado”, al grito de ¡¡Vivan las Caenas!!

IDA acusó a los jóvenes de no tener cultura del esfuerzo porque lo tenían todo y no sabían lo que es luchar por conseguir algo en la vida tal como había hecho ella a lo largo de la suya

Hace unos días, en otro momento de lucidez irrepetible, IDA -Pérez Reverte había dicho lo mismo en un programa de televisión- acusó a los jóvenes de no tener cultura del esfuerzo porque lo tenían todo y no sabían lo que es luchar por conseguir algo en la vida tal como había hecho ella a lo largo de la suya. Sin embargo, los jóvenes a los que se refería la heroína madrileña llevan desde 2008 soportando crisis excluyentes y son los más preparados de nuestra historia, los que más idiomas saben, los que más estudios tienen, los que no paran de formarse pese a que en su Comunidad no hay plazas de Formación Profesional, pese a que en su Comunidad es imposible que accedan a una vivienda, pese a que en su Comunidad, la más rica, el 47% de los menores de edad -según UNICEF- son pobres, y de ellos, un 8,7% pobres de solemnidad.

La cultura del esfuerzo de Isabel Díaz Ayuso