sábado. 27.04.2024
abalos
José Luis Ábalos, en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, de la que ha sido su presidente hasta su renuncia como diputado del PSOE.

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Una mezcla de rabia, tristeza e impotencia se dibujaba en el rostro de José Luis Ábalos en su comparecencia este martes ante los medios para anunciar lo que sin duda será un duro golpe para el PSOE: no abandona su escaño en el Congreso y pasará al Grupo Mixto. La peor decisión para muchos en las filas del Grupo Socialista y en la propia dirección del partido que ya este lunes le exigió la entrega del acta en un ultimátum de veinticuatro horas. Una semana después de que saltará el escándalo por el llamado ‘caso Koldo’ relativo a la presunta trama de corrupción en la compra de mascarillas durante la pandemia, el exministro decide mantener el pulso a su partido en defensa de su “honorabilidad” y “reputación” como dirigente político y como una de las figuras de más relieve en los últimos años en el PSOE de Pedro Sánchez.

Se va, pero se queda. Abandona su Grupo; ya no ocupará el escaño de la bancada socialista, sino uno más alejado, casi arriba del hemiciclo, lo que popularmente se conoce como el “gallinero”. Desde allí piensa seguir dando la batalla, desde un púlpito que -según ha dicho- le permitirá defenderse de las acusaciones contra él por las comisiones de las que se lucró el que fuera durante mucho tiempo uno de sus principales asesores en el Ministerio de Fomento. Mantiene su inocencia y la defenderá “hasta las últimas consecuencias”.

Desde la sala de prensa del Congreso que tantas veces fue escenario de sus múltiples comparecencias, Ábalos no ha podido contener la emoción por la despedida. “Emoción y tensión” ha dicho, en un momento en el que se siente completamente “solo” y en el que le hubiera gustado estar “respaldado” por la dirección del PSOE, lo que, a su juicio, hubiera sido “lo correcto” tanto para él como para la militancia. Una militancia que el ya exdiputado del PSOE ha puesto como estandarte de la decisión adoptada, “la más importante de mi vida”, por el apoyo y “afecto” recibido en los últimos días. Voces que “aún me quieren” y que le han transmitido “el ruego de que siga adelante en la lucha, que no me rinda y defienda mi honorabilidad”.

No puedo terminar como un corrupto cuando soy inocente

El claro pulso al PSOE va más allá de los que muchos esperaban días atrás. Ábalos ha cargado con dureza contra aquellos compañeros que “apelando a una ética” han exigido su renuncia, sin atender a “cuál sería la reparación”, porque, según ha insistido en varias ocasiones, “ni estoy acusado de nada, ni formo parte de la investigación en curso, ni tampoco tengo ningún enriquecimiento ilícito, no tengo necesidad de invocar el principio de presunción de inocencia que en este caso no me afecta porque no estoy encausado en nada”. “No puedo terminar como un corrupto cuando soy inocente”, ha insistido.

Este martes, Ábalos se situaba en la otra orilla, la contraria que ocupó como secretario de Organización del PSOE y una de las personas de mayor confianza de Sánchez, fiel escudero en la travesía que el ahora secretario general del PSOE y presidente del Gobierno tuvo que recorrer tras ser expulsado por su partido. “Nunca me hubiera imaginado fuera de estas siglas”, asegura. “La justicia es opuesta al justicialismo, tengo que defenderme a todos los niveles, siento que enfrento a todo el poder político de una parte y de otra y lo tengo que hacer solo, soy un mero peón, no tengo a nadie detrás”, ha lamentado.

El exministro justifica su “drástica” decisión de pasar al Grupo Mixto en el hecho de que no hacerlo y entregar el acta de diputado como le ha exigido la dirección del PSOE, “se interpretaría como un signo de culpabilidad que no asumo” y la “estigmatización política y personal”. Ábalos se muestra convencido de que su marcha no impedirá que continúe la “cacería” de la derecha contra otros dirigentes socialistas, ni su renuncia tendría un “efecto práctico”. Reprocha al PSOE su falta de “reflexión” en el “escenario tan turbio que se ha generado” y que, en su opinión, solo ha servido, para “rendir un tributo a la derecha” sin hallar “una solución compartida” que le restituya su honor “como diputado y como persona”, ha subrayado.

Ábalos cree que “se han superado todos los límites”, con “filtraciones” a los medios que apuntaban a problemas de índole económico, a “una situación personal compleja”, cuando “ese no es el problema”, ha defendido, sino de la necesidad de “no rendirme” y poder seguir defendiéndose desde la “tribuna pública” que le ofrece el Congreso de los Diputados. En este sentido ha recordado que todos los contratos que se firmaron durante la pandemia han sido fiscalizados por el Tribunal de Cuentas y que la propia Fiscalía ha reconocido que el procedimiento fue correcto. “El problema está en el presunto enriquecimiento ilícito a costa de las comisiones de los intermediarios, de un colaborador que fue parte de mi gabinete”, ha asegurado en alusión a Koldo García, una actitud que ha calificado de “decepcionante” y “repudiable” pero que, en todo caso, deberá dirimir la justicia.

Ya casi al final de su comparecencia en la que no ha admitido preguntas, se ha visto a un Ábalos visiblemente emocionado, justo en el momento en el que ha dedicado unas sentidas palabras de cariño a sus compañeros de la bancada socialista, “magníficos diputados” a los que ha querido trasladar su “afecto, gratitud y admiración”.

José Luis Ábalos, decidido a defender su honor y su reputación “hasta las últimas...