Y, ahí tenemos la historia y las culturas, pobladas de dioses de toda especie, compañías circunstanciales que, supuestamente, nos ayudan a afrontar las adversidades
Cuando el Estado se plantea paliar con medidas ajustadas a las carencias derivadas del tumulto de accidentes que nos sacuden, el sujeto no reacciona más que con un, ¡hombre, ya iba siendo hora!