lunes. 29.04.2024
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Según el Diccionario de la Real Academia terrorismo es: “Una sucesión de actos de violencia”. De forma más explícita diríamos, siguiendo a Wieviorka, que es un método de actuación por el que un determinado agente tiende a producir terror con el propósito de imponer su dominación.

Si nos acercamos sucintamente a los orígenes, en la antigua Grecia, a los dos hijos de Ares (el dios de la guerra) y Afrodita (la diosa del amor) se les llamó Deimos (terror) y Phobos (miedo). Posteriormente, el vocablo terrorismo fue acuñado durante la revolución francesa (1789-1799), para condenar la época del terror (1793-1794) impuesto por los revolucionarios contra los opositores, a los que  se ejecutaba  o encarcelaba. El gobierno jacobino encabezado por Robespierre consideró que el único método capaz de poder difundir las virtudes cívicas del nuevo régimen era la instauración de un gobierno basado en la intimidación, la coerción y el terror. 

Como precedente histórico nos encontramos a los anarquistas en su lucha contra las injusticias obreras. Es a partir de la primera guerra mundial, cuando el terrorismo evoluciona hacia otras corrientes políticas, se perfila como una corriente de matar al enemigo y destruir lo que sea para producir confusión y miedo. Después de la segunda guerra mundial, el terrorismo gira entorno a la nueva izquierda: Brigadas Rojas, Baader-Meinhof, El Ejército Rojo Unido. La sacralización de la fe en la causa se produce en los terroristas de todas las tendencias, introduciendo radicales religiosos en el fenómeno terrorista: IRA, ETA, Fundamentalismo Islámico, etc. Entre sus características está la organización como ejércitos gobernados por un mando central y distribuidos en comandos, cooperación internacional, etc.

El moderno terrorismo subversivo se perfila como una organización autocrática del terror proyectada contra el sistema democrático, deja de luchar para restablecer libertades y por contra las coarta. Incluso se atreve a realizar alternativas de gobierno en contra de la voluntad democrática de los ciudadanos que viven en los Estados de Derecho.

El terrorismo político podría definirse, siguiendo a Barreto, como el empleo de la violencia o de la amenaza del uso de esta por parte de un individuo o de un colectivo con la finalidad de ejercer control sobre otras personas a través del miedo y, de este modo, imponer un determinado posicionamiento ideológico dentro de un contexto político.

En la España del último cuarto de siglo XX, la acción terrorista de carácter político se ha visto marcado por la acción de grupos armados como E.T.A o G.R.A.P.O., especialmente por la primera.

H. Cooper dijo: “al terrorismo, le conviene siempre que sus acciones tengan un efecto irracional e imprevisible para potenciar así sus efectos perturbadores”

Es importante conocer en que contexto se origina la violencia política. Siguiendo a Shcmid, se pueden diferenciar una serie de rasgos comunes: a) suele estar integrada dentro de una estrategia mayor (está al servicio de esa causa); b) aparece ligada a otras iniciativas con objetivos idénticos o muy parecidos de carácter pacífico; y c) es menos frecuente que otras acciones o instrumentos de cambio político como la propaganda, la lucha electoral y parlamentaria, la concurrencia política o las manifestaciones. En suma, se trata de una violencia de carácter instrumental que está al servicio de múltiples fines, a saber: promover una revolución o un golpe de estado, crear un estado de alarma entre la ciudadanía, obtener protagonismo político, reivindicar cambios socio estructurales, eliminar adversarios políticos, denunciar injusticias, etc. Finalmente, es conveniente indicar que la violencia y el terrorismo político no constituyen conceptos intercambiables, dado que el terrorismo no es más que una manifestación de un fenómeno más amplio como es la violencia política. Las estructuras de las organizaciones terroristas, así como la colaboración con organizaciones y movimientos de otros países, han aumentado en su capacidad operativa y en el uso de la violencia, dando a sus acciones armadas una mayor espectacularidad y provocando más pánico y terror en la población. Así, el terrorismo yihaidí representa la facción extrema del islamismo que pretende instalar un régimen político basado en el islam y cuya legislación se base exclusivamente en la sharía (ley islámica tradicional) establecida por Dios y que no puede ser modificada por los hombres. El aprendizaje organizacional es un proceso por el cual un grupo terrorista puede adquirir nuevos conocimientos o capacidades tecnológicas  que pueden mejorar la toma de decisiones estratégicas, la planificación táctica o las actividades operativas. Las estructuras de las organizaciones terroristas, así como la colaboración con organizaciones y movimientos de otros países. así mismo, han aumentado en su capacidad operativa y en el uso de la violencia, dando a sus acciones armadas una mayor espectacularidad y provocando más pánico y terror en la población, tradicionalmente, los grupos terroristas tenían una motivación ideológica, religiosa o  patriótica, objetivo que actualmente se manifiesta con menos relevancia aunque se siga utilizando como propaganda en los medios de comunicación y para conseguir el mayor respaldo popular. El terrorismo yihaidí representa la facción extrema del islamismo que pretende instalar un régimen político basado en el islam y cuya legislación se base exclusivamente en la sharía (ley islámica tradicional) establecida por Dios y que no puede ser modificada por los hombres. Este terrorismo se desarrolló inicialmente en los años 90 e iba dirigido contra países musulmanes apóstatas del islam como Argelia y Egipto, posteriormente tuvo su auge en el conflicto afgano-ruso, surgiendo entre los jóvenes árabes combatientes en la resistencia afgana el grupo al Qaeda (organización fundada en 1988 por Osama Bin Laden). Los grupos terroristas yihadistas, conocedores de la importancia de los medios de comunicación social en la difusión de su discurso, utilizan las teorías de la persuasión en su discurso radical, incidiendo especialmente en las emociones del receptor de su mensaje y explotando sentimientos de injusticia, exclusión o humillación con el objetivo de iniciar procesos de captación, radicalización y reclutamiento. El aprendizaje organizacional es un proceso por el cual un grupo terrorista puede adquirir nuevos conocimientos o capacidades tecnológicas que pueden mejorar la toma de decisiones estratégicas, la planificación táctica o las actividades operativas y que se desarrolla en cuatro fases interrelacionadas: adquisición, interpretación, distribución y almacenamiento de la información, persecución, baja flexibilidad cognitiva y de tolerancia para la ambigüedad, capacidad de reprimir fuerza moral instintiva y aprendida contra daños a inocentes la psicodinámica interna de un grupo terrorista está influenciada tanto por la específica personalidad del líder, como por el temperamento de los seguidores.

Es de considerar así mismo que, la victoria sobre el terrorismo solo puede ser limitada e indirecta según H. Cooper, es decir, consecuencia de un proceso de negociación, puesto que el terrorismo no pretende la derrota de su enemigo, sino dar la imagen de esa derrota. solo tiene poder para operar, no para vencer, y no tiene capacidad intelectual ni humana para gestionar la victoria.

La religión ha sido y es también un motivo o justificación para el ingreso en grupos terroristas que, bajo la bandera de la injusticia y pobreza social, captan a jóvenes idealistas hacia sus filas. Es el ejemplo del terrorismo islamista que no cree en el Estado nación. Los islamistas no son nacionalistas, no luchan por un Estado nación, su lucha es moral, además de política, y consecuencia del compromiso religioso. El enemigo real del terrorismo religioso es el infiel.

El psiquíatra español Enrique Baca, considera que no hay en los terroristas una psicopatología diferente de la persona normal, que no son inestables emocionalmente, sino que se identifican con la misión, tienen la convicción absoluta que dan su vida en virtud de un hipotético beneficio a la humanidad (los suyos) y mantienen una identificación total con el líder. Este autor sostiene que en la tipología del terrorista actual se dan: a) una idea obsesionada de la actividad terrorista (núcleo de la radicalización); b) rebelión ante todo (antisistema); c) rebelión ante la potencia ocupada. Y define el “circuito de la víctima terrorista” con el siguiente esquema: agresión – sorpresa – indefensión – terror – alivio y culpa – humillación – intento de comprender – identificación de culpables (realista o no, abusiva o no) – odio – venganza – olvido.

Por último, compartir esta reflexión de H. Cooper: “al terrorismo, le conviene siempre que sus acciones tengan un efecto irracional e imprevisible para potenciar así sus efectos perturbadores”.


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