jueves. 02.05.2024
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En función de los acontecimientos aducidos, (publicados en mi anterior artículo: 'Coma pienso y no piense (2+2=5)'), el capitalismo se ve obligado a tener que digerir sus excesos poniéndose a sí mismo (conjuntamente con los que sufren sus desórdenes) a dieta. Y es que es imposible corregir lo que por su naturaleza es connatural. Porque si atendemos a lo que se dice en la obra citada en el artículo anterior:

"Lo que hay de más relevante en este proceso es que el valor contractual que el empresario paga al obrero por las mercancías y los servicios producidos, y el valor de cambio que hay que pagar por ellas en el mercado determinan una realidad que ha de condicionar a los que teniendo como renta los mencionados valores contractuales tienen que desembolsar por lo que se ha producido, valores de cambio."

A tenor de lo que se ha venido exponiendo, creo oportuno sacar a colación lo manifestado por el Dr. Erich Schneider en su Teoría de la Circulación Económica. [1] En su obra manifiesta que

“Si la amplitud de la corriente de ingresos que afluye a la empresa es igual a la amplitud de la corriente de rentas contractuales pagadas por la empresa a las unidades de consumo de los no empresarios, entonces la empresa no puede obtener ningún beneficio. El beneficio (junto con la ganancia), se produce cuando los empresarios toman también parte en el consumo. Los empresarios producen su beneficio (ganancia) mediante su consumo. Por paradójico que parezca a primera vista, la clase capitalista pone ella misma en circulación el dinero que sirve para realizar la plusvalía oculta en la mercancía”

El Capitalismo (al igual que los modelos que le precedieron) es antisocial. Es cierto que en sus efectos no puede compararse con el modelo que estuvo vigente en el medioevo

A tenor de lo expuesto, el Capitalismo (al igual que los modelos que le precedieron) es antisocial. Es cierto que en sus efectos no puede compararse con el modelo que estuvo vigente en el medioevo. Que como consecuencia de la aparición de los partidos políticos se han promulgado leyes que en cierta forma aminoran las abusos y crímenesque desde que bajamos de los árboles se han venido produciendo; pero no es menos cierto que como resulta de nuestros antecedentes arborícolas, no hemos logrado (y debemos dar gracias porque estos fundamentos sigan formando parte de nuestro naturaleza); conformar un modelo social que permita elevarnos sin dejar de ser nosotros mismos. Desde la utilización del palo hasta la institución de internet hemos venido llevando a cabo innumerables revoluciones que hemos sabido poner a nuestro servicio. No obstante, a partir de ésta última está surgiendo una que puede poner en peligro los fundamentos de los múltiples modelos sociales que constituyeron nuestras señas de identidad. Y digo que puede, porque si en función del pernicioso desarrollo del Capitalismo éste estaba llamado a desaparecer, con la emergencia de la Inteligencia Artificial no sólo estamos poniendo en peligro la continuidad de nuestra especie, sino que lo más probable será que estando esta Inteligencia en manos de unos pocos, esa identidad habrá pasado a ser tan solo un impronta concienzudamente esculpida para que los más sigamos siendo un conjunto amorfo incapacitado para ejercer el libre albedrío.

A mi entender la única manera de superar estos excesos del Capitalismo es estableciendo un modelo económico en el que el desaparezca lo que conocemos como labor asalariada; un modelo en el que, más allá de lo que estrictamente representan las cooperativas, el productor sea él mismo dueño de los medios de producción con los que ejecute sus labores. Ésta es la única manera con la que nos será dable eliminar la utilización a la que nos somete el Capitalismo. La erradicación de la plusvalía.

A mi entender la única manera de superar estos excesos del Capitalismo es estableciendo un modelo económico en el que el desaparezca lo que conocemos como labor asalariada

Sé que los que contempléis esta propuesta consideraréis ésta irrealizable; es más, en función de la representatividad de lo que asumimos como empírico esta exposición la estaréis razonando como utópica; sin embargo, si observáis la forma con la que el más humilde de los poseedores ha logrado a través de sus renuncias ser independiente, tendréis que admitir la realidad del aserto de Oscar Wilde según el cual

“Un mapa del mundo en el que no figure Utopía no merece ni siquiera ser mirado”

Y para demostrar que a través de nuestro intelecto podemos alcanzar lo que la lógica empírica no asume, nos es dable observar lo que generalmente ocurre con la existencia de un banco quebrado. Un acaecimiento al que en aras a superar el caos que se habría de producir en la sociedad es rescatado por el Estado a través de su endeudamiento, o simplemente por medio de un incremento de la masa monetaria. La cuestión por tanto está en la instrumentalización de un medio con el que evitar lo que social y empíricamente asumimos como una utopía. Naturalmente lo que aquí se propone es qué proceso económico tendríamos que desarrollar para institucionalizar el mencionado medio.


 [1] Editorial Aguilar, sexta edición, págs. 54,55.

El pernicioso desarrollo del capitalismo