domingo. 28.04.2024
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El Consejo Ciudadano Estatal de Podemos celebrado el pasado sábado, 17 de junio, reconoció su impotencia para cambiar el acuerdo inicial de integración en las listas electorales de Sumar y ejerció su derecho al pataleo contra Yolanda Díaz. Han asumido el papel secundario que le han otorgado sus socios de candidatura y, responsablemente, se han comprometido a hacer lo posible para revalidar el gobierno progresista y seguir impulsando transformaciones. Han sacrificado su campaña a favor de la inclusión de Irene Montero y otros líderes de Podemos en las listas electorales de Sumar en aras a la salvación de su proyecto político. Y han mostrado su disposición a contribuir con y desde Sumar a la derrota de la alianza entre PP y Vox en las próximas elecciones generales del 23J.

Quedan en Podemos minorías frustradas e irresponsables que no les cabe ese acuerdo en su cabeza. Ni la realidad que muestra. La mayoría, tras el cabreo inicial, irán aminorando su animadversión contra el acuerdo. Demos tiempo al tiempo y no contribuyamos a convertir en herida abierta y permanente un desencuentro político que en Podemos se vive como una derrota trágica. Sumar es una oportunidad de recuperación para el conjunto de la izquierda y está en sus manos aprovecharla.

Sumar es una oportunidad de recuperación para el conjunto de la izquierda y en manos de Podemos está aprovecharla

La dirección de Podemos no podía hacer más. Cambiar es muy difícil y requiere su tiempo. Han utilizado de forma reiterada la presión y la descalificación como fórmula magistral para resolver diferencias políticas, pero en los últimos meses esa fórmula ha llevado a Podemos de derrota en derrota y no han podido mantenerla hasta el final, porque de sostenella se jugaban su futuro como fuerza política relevante. Es probable que la inercia les lleve a seguir utilizándola, pero en menores dosis y de forma más esporádica. Lo que permitirá a Podemos colaborar con el resto de socios de Sumar en una campaña electoral en la que la ciudadanía y las izquierdas y las fuerzas progresistas, con los mimbres disponibles y en una situación de deslizamiento de la sociedad hacia las preocupaciones y prioridades de las derechas, se juegan mucho: la continuidad de las políticas progresistas a favor de la mayoría social que han puesto en acción durante la última legislatura o su sustitución por las políticas reaccionarias al servicio de las minorías que concentran rentas, riquezas y privilegios.

Dirección, militantes y votantes de Podemos necesitan tiempo para asimilar su frustración y para comprender cabalmente que su forma de asociarse con los partidos de su mismo espacio político o con los que tienen intereses y objetivos comunes no ha sido la más adecuada para defender sus propuestas políticas. 

No se les puede exigir más. En su duelo y desorientación inicial necesitan acompañamiento y comprensión. Evitar que PP y Vox conformen el próximo Gobierno de España y utilicen todos los resortes y políticas del Estado en contra de la mayoría social y de la convivencia es un gran objetivo compartido. Necesitan un tiempo de aclimatación y reacomodo, hay que dárselo. Entender que las diferencias políticas no se resuelven con zascas ni en las redes sociales cuesta. Comprender que las diferencias de opinión son parte inevitable de la acción política y exigen para su resolución de diálogo, argumentación, desarrollo de buenas prácticas y permanente contrastación con la realidad no es fácil. Hay que ser pacientes y generosos en ese inevitable proceso. Toca pasar página en la disputa por todas las partes.

Dejemos las distracciones y los ruidos para esas minorías frustradas que son incapaces de entender el momento político, prefieren refugiarse en su burbuja de agravios o seguir produciendo bilis en las redes sociales y están a la espera de un mal resultado electoral con el que poder fustigar a sus imaginarios enemigos. Son poco más que un cero a la izquierda, insignificantes pero incómodos. Los demás al tajo, a desarrollar una campaña electoral positiva dirigida a dialogar y convencer a la mayoría social de la necesidad de las políticas progresistas que han protegido la salud, las rentas, empleos y derechos de la mayoría social y la economía y el tejido empresarial del país en medio de una gravísima tormenta de crisis inimaginables. El objetivo no es fácil. En esta fase preliminar de la disputa electoral, la inmensa mayoría de las encuestas indican la ventaja de la alianza derechista entre PP y Vox: como botón de muestra bien vale observar el resultado que nos ofrece esta misma mañana, 19 de junio, el barómetro de junio de 40dB.

La tarea es revertir la situación, reactivar las energías de las fuerzas progresistas y de izquierdas y ganar el Gobierno de España para la convivencia, la democracia y la cohesión económica, social y territorial.

Tiempo de recuperar la importancia de lo común, Sumar y cooperar