lunes. 29.04.2024
Narcolancha que embistió a los agentes en Barbate
Narcolancha que embistió a los agentes en Barbate

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Tras los asesinatos de guardias civiles en Barbate, resulta que la culpa la tiene Grande Marlaska. Las derechas y sus medios de comunicación se han lanzado a pedir la dimisión del Ministro, achacándole la insuficiencia de medios materiales y personales de la Guardia Civil, por cierto olvidando los recortes que hizo el gobierno del PP de personal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad

Fernando Grande-Marlaska tiene mi simpatía y respeto desde hace mucho tiempo; lo que no quiere decir que comparta todas sus decisiones en materia de seguridad o inmigración. Como tampoco me han gustado nada algunas declaraciones de estos días y su falta de reflejos al no haber pedido inmediatamente una comparecencia a petición propia en el Congreso de los Diputados.

Como tampoco comparto el silencio del Presidente del Gobierno en alguna de sus comparecencias y declaraciones en las 24 horas siguientes al ataque de Barbate, en que no aprovecho para condenar los asesinatos y solidarizarse con las familias de las víctimas. Y tampoco me han parecido adecuadas algunas manifestaciones de Margarita Robles (que por otra parte, está siendo una buena Ministra de Defensa), a la defensiva y escurriendo el bulto, ante propuestas de una mayor implicación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narco tráfico.

Tampoco comparto el silencio del Presidente del Gobierno en alguna de sus comparecencias y declaraciones en las 24 horas siguientes al ataque de Barbate

En mi opinión ser Ministro del Interior en un gobierno progresista, es la responsabilidad mas dura, menos agradable, mas complicada de todos los Ministros. 

Para intentar analizar y sobre todo tomar medidas efectivas en la lucha contra el narco tráfico, lo primero que tenemos que recordar es que la ciudadanía española ha visto, sin la debida preocupación y oportuna reacción, como el narcotráfico se iba extendiendo en nuestro país; primero en la costa gallega, despues en la Costa del Sol y en los últimos años en la costa gaditana, por no hablar de la entrada de la droga a través de las numerosas y frágiles vías de acceso a nuestras fronteras por avión, barco o carretera.

Hemos asistido a ese crecimiento casi como si estuviéramos viendo una serie de televisión. Nos ha sorprendido la rápida salida a la calle sin consecuencias penales o con responsabilidades rápidamente cumplidas. Hay quienes pensamos que la droga y otras fórmulas delictivas conexas, tampoco en España están recibiendo la respuesta democrática y legal que se merecen. Hemos contemplado la desfachatez de narcotraficantes, capos y soldados de base, que se reían de jueces y miembros de los Cuerpos de Seguridad, respaldados por abogados de más que dudosos vínculos con la delincuencia. 

Y por supuesto en Galicia, Malaga y Cádiz se han descubierto increíbles complicidades en autoridades locales, miembros de la judicatura y de las propias fuerzas de Seguridad. Hubo quienes miraron para otro lado, considerando que el narcotráfico era rechazable, pero en todo caso era una vía para paliar la falta de perspectivas laborales de muchos jóvenes y familias en unas comarcas con graves déficits socio-económicos, paro, desestructuración familiar…

Hay quienes pensamos que la droga y otras fórmulas delictivas conexas, tampoco en España están recibiendo la respuesta democrática y legal que se merecen

Por el contrario desde hace años ha habido quienes han denunciado y luchado contra esta situación, alertando de las consecuencias que iba a tener el crecimiento del narco trafico en España, y o no se les ha hecho suficiente caso o no se les ha dotado de los medios oportunos para combatirlo.

 En mi opinión no cabe abordar el problema desde el simplismo de las fórmulas que ofrecen las derechas, de que esto se resuelve con más personal y más y mejores medios materiales y menos aún con la dimisión del Ministro Grande Marlaska. 

No olvidemos que hay países ricos y desarrollados como Estados Unidos u Holanda que no consiguen arrinconar el narcotráfico. Como tampoco lo han logrado estados con políticas ultra represivas como México, Brasil, Colombia, Ecuador… 

Combatir con eficacia el narcotráfico requiere diseñar políticas transversales y verticales. Con la participación al menos de los Ministerios de Interior, Defensa, Justicia, Sanidad, Trabajo, Vivienda, Economía, Educación…y la más estrecha colaboración y coordinación de la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y las Corporaciones locales.

Por supuesto hay que incrementar el número y desde luego la cualificación profesional y especialización del personal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y también sus retribuciones y condiciones de trabajo. Es imprescindible una adecuada distribución territorial. Y lo mismo en lo que respecta a la Administración de Justicia.

Hay que dotar de medios materiales, suficientes, adecuados, modernos, tanto a las Fuerzas de Seguridad como a quienes en la Administración de Justicia deben combatir legalmente el narcotráfico.

Hay que aprovechar a fondo y no meramente de forma puntual, a nuestras Fuerzas Armadas en el control y represión del narcotráfico. Resulta difícil de entender que nuestra Marina y Aviación estén desempeñando misiones de alto riesgo en numerosos lugares del mundo y aquí en España no puedan participar más activamente, cuando además el narco trafico daña gravemente la salud y hasta la vida de cientos de miles de ciudadanos, generando enormes costes de atención sanitaria y un gran dolor a las víctimas de la drogadicción y sus familias. 

Hay que mejorar el control y persecución de los procesos de blanqueo del dinero del narcotráfico, dentro y fuera de nuestras fronteras, tarea evidentemente muy compleja, pero en la que hay que insistir mucho más, dotando de medios y profesionales suficientes y adecuados a los ámbitos de la administración publica destinados al seguimiento y erradicación del blanqueo. 

Hay que aprovechar a fondo y no meramente de forma puntual, a nuestras Fuerzas Armadas en el control y represión del narcotráfico

Y desde luego hay que cortar por lo sano el increíble espectáculo de las potentes lanchas moviéndose a sus anchas, máxime cuando teóricamente están prohibidas

Será necesario realizar algunos ajustes en el tratamiento legal del narcotráfico, tanto en su faceta criminal, fiscal, penitenciaria, garantías para los confidentes o arrepentidos, protección a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en sus actuaciones de prevención, detección y represión, etc.

Habrá que priorizar la acción coordinada de las tres Administraciones públicas en las comarcas con precarias condiciones de vida, con elevado paro o subempleo, fracaso escolar… que es un perfecto caldo de cultivo para el narcotráfico. Acción pública tripartita mediante inversiones que ayuden a la creación de empleo, oferta de vivienda (especialmente en alquiler), dotación de equipamientos educativos, sociales, recreativos, etc. 

Y por último resulta imprescindible abrir un debate en la sociedad, en las Administraciones, en los expertos, liderado por los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados, sobre la oportunidad de lalegalización de determinadas drogas; excluyendo taxativamente las que son gravemente perjudiciales para la salud física y mental, diferenciando las edades para el consumo legal de las autorizadas y arbitrando un sistema garantista de distribución regularizada.

Que duda cabe que combatir el narcotráfico es un camino largo y difícil, que requiere un amplio consenso político, social, científico, policial y judicial. 

En todo caso lo importante es no perder tiempo y empezar cuanto antes a trabajar en el diseño y puesta en marcha de un plan para la lucha contra el narco tráfico. 

Combatir con eficacia y sin demagogia el auge del narcotráfico