miércoles. 08.05.2024

Paz

Estoy muy cerca de los 40 años y éstas serán mis primeras elecciones sin terror. El cese definitivo de la banda terrorista ETA es, sin duda, la noticia. En un escueto comunicado la banda, como es su costumbre, sólo se acuerda de “los suyos” y de “sus motivos”. Pero, no importa. Ellos son los derrotados. Y eso lo es a pesar de la necesaria escenificación de la Conferencia Política.

Estoy muy cerca de los 40 años y éstas serán mis primeras elecciones sin terror. El cese definitivo de la banda terrorista ETA es, sin duda, la noticia.

En un escueto comunicado la banda, como es su costumbre, sólo se acuerda de “los suyos” y de “sus motivos”. Pero, no importa. Ellos son los derrotados. Y eso lo es a pesar de la necesaria escenificación de la Conferencia Política. Hoy, la Casa de la Paz de Aiete, tiene Paz dentro de Casa. Casi 50 años para lograrlo.

Los que perseguimos, alentamos y amparamos a la Democracia y nos sostuvimos en el Estado de Derecho, lo sabemos. Sabemos que la ley se impuso al terror y que los que defendimos las ideas con urnas y papeletas podemos levantar la cabeza y mirar por encima de las pistolas, las granadas y las bombas.

Hoy, en este día de felicidad, quiero recordar a las víctimas. A aquellas personas que nos fueron arrancadas con terror, dolor y sangre. A aquellas que otros ignoraron, esas que son la dignidad de esta sociedad. Todos los sentimientos que tienen hoy son comprensibles: amarga alegría, tristeza, el eterno pensamiento de “y por qué no vino antes”. Esta paz sólo es el principio de su reconocimiento.

Hoy me acuerdo de las personas a las que el miedo, el terror y, demasiadas veces, la desesperación les hicieron buscar una nueva vida fuera de Euskadi. Viven pero no la vida que a ellos les hubiera gustado.

Es imposible olvidar las lágrimas en amigos y conocidos, ¡cómo olvidar los llantos desgarrados y desolados de quienes perdieron lo que más querían!. No podemos hacer otra cosa sino estar a su lado.

En esta historia sí hay vencedores y vencidos; ganó la ley y perdió el terror.

No crean que este anuncio es un punto y final. Empieza la verdadera lucha por conseguir una CONVIVENCIA pacífica, será un camino duro. Pero dejemos eso para mañana. O para pasado. Celebremos hoy el fin del horror. Tras la tormenta, llegó la calma.

Y sí, hoy hemos llorado, pero lágrimas de alegría. Corazones acelerados y palabras entrecortadas. Como adolescente que, por primera vez, conoce a la chica de su vida, esa que hace que las mariposas revoloteen y que el estómago se encoja por sus cosquillas. Somos adolescentes en esta sociedad. La chica es la PAZ, nosotros los que abrimos los ojos al atractivo de esa chica. Disfrutemos hoy, felicitémonos por un trabajo bien hecho.

La vida sigue, sí, pero en paz, que es mucho.

Paz
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