viernes. 26.04.2024

Tal dispersión benefició a algunos grupos ya organizados, dentro y fuera del Estado, al desencadenar su fuerza y dotarlos de autonomía. Algunos de ellos son lo que en México llamamos "poderes fácticos", poderes que se ejercen al margen de los cauces formales y se sirven de su capacidad de presión para influir políticamente sin necesidad de tener legitimidad o legalidad y que se extienden por todo nuestro sistema de representación. Uno de los más espectaculares es el grupo formado en torno a la maestra Elba Esther Gordillo Morales, líder (desde 1989) vitalicia (desde 2007) del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el sindicato más grande en su rubro en América Latina (casi un millón de miembros) y uno de los más poderosos. Al tiempo que este grupo acumulaba poder político y económico de forma constante, el estado de la educación en México pasó de ser, como decía en los años ochenta Gilberto Gutiérrez Niebla una "catástrofe silenciosa" a ser una catástrofe escandalosa. La unidad en el diagnóstico se impone entre especialistas, docentes, padres de familia y agencias internacionales y nacionales.

Y aunque, como señala Ricardo Raphael -quien desmenuzó de forma magistral este grupo en el libro "Los socios de Elba Esther"- resultaría injusto para con la inteligencia propia colocar como razón del fracaso educativo a una sola persona, lo cierto es que la maestra Gordillo ha obtenido para sí un asiento privilegiado dentro del argumento de la catástrofe. La maestra y el desastre se han vuelto siameses, dirá el propio Raphael. En todos estos años ella se ha promovido como la gran decisora, el factor determinante en la educación mexicana. Y en alguna coyuntura, el factor decisivo que hace posible la llegada de alguien al parlamento o al gobierno.

Pero, ¿cómo se ha llegado a este punto?

La alternancia ha tenido efectos bien diferenciados en el México organizado. Los gobiernos del PAN se han lanzado contra movimientos sociales o grupos de trabajadores como los electricistas pero respetan y engrandecen los privilegios de otros grandes sindicatos que cambian de lealtad e ideología con gran facilidad, como es el caso del grupo de la maestra y el SNTE.

El éxito de este grupo de poder, su particularidad, se explica en buena medida por su lideresa. Sergio Aguayo la define en su libro "Vuelta en U" como un "vendaval puesto al servicio de la acumulación salvaje de poder político y económico".

Desde que Gordillo llega a la dirigencia del SNTE quiere construir una fuerza propia y lo logra. La clave la encuentran los especialistas en la construcción de una maquinaria sofisticada y poderosa para ganar elecciones, un equipo de investigación muy especializado para recabar información política e intención de voto, y un gremio magisterial subyugado capaz de movilizar a miles o centenares de miles de personas dispuestas a votar por quien se les ordene.

Otro ingrediente tras el auge del grupo, explica Aguayo, es la astucia con la cual Elba Esther ha seleccionado a sus aliados estratégicos. Ya desde antes de 2000 la maestra cultivó al futuro presidente del cambio, Vicente Fox y especialmente a Martha Sahagún, a la postre esposa e influencia decisiva en las decisiones del mandatario. Y es que Sahagún, quizá además de Gordillo la mujer que concentró en su mano más poder tras la alternancia, veía a la maestra como un espejo político, como su aliada en una lucha por el poder que se regía exclusivamente por el pragmatismo. A la fecha podemos calibrar muy bien a quién benefició más esta relación. Gordillo logró subordinar a la propia presidencia a sus intereses políticos y económicos, lo que narra de forma magistral Ricardo Raphael en su obra. Algunas pruebas:

En su primer día como presidente, Fox le entrega al grupo de Gordillo el ISSSTE (Instituto de la Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado). En 2004 le da el control de la Lotería Nacional. En 2005, el partido Nueva Alianza (particular instituto político de la maestra quien, aunque hasta hace poco priísta de toda la vida, lo maneja como un auténtico feudo) obtiene su registro y en 2006 el Ejecutivo le da el Sistema Nacional de Seguridad Pública (única parte del botín que tiene que devolver tiempo después, debido a la crisis de seguridad que enfrenta el país).

En las elecciones de 2006, el SNTE y Elba Esther Gordillo tienen un rol fundamental en la victoria de Felipe Calderón. Le canalizan más de un millón de votos, además de convencer a algunos gobernadores del PRI para que hagan lo propio, ya que el candidato de ese partido, Roberto Madrazo, artífice de la salida de Gordillo del Revolucionario Institucional tras una larga batalla, nunca pudo levantar en las encuestas (indirectamente, este conflicto dentro del PRI daría más autonomía al grupo de la maestra, al romper todas sus cadenas con el partido).

Una vez electo, el segundo presidente panista le respeta las dependencias adquiridas en tiempos de Fox y le da una más, la subsecretaría de Educación Básica, la dependencia más importante de la SEP (el ministerio de educación pública mexicano) por nivel de presupuesto y cantidad de personal, que queda en manos del yerno de Gordillo: José Fernando González Sánchez.

Al mismo tiempo, el grupo incrementa su control sobre las secretarías de Educación Pública de los distintos estados. Aunque no hay datos completos de ello, Sergio Aguyo considera que a finales de 2009, las secretarías manejadas plenamente por la gente de la maestra son Campeche, Coahuila, Colima, Nayarit, Quintana Roo, y Tabasco.

Pareciera que solo falta el que uno de los suyos (si no la propia Gordillo) ocupe la oficina del titular de la SEP. La idea ya la ha hecho pública la propia maestra, quien, mediante las alianzas electorales que ya maquina de cara al 2012 (con el PRI de Enrique Peña Nieto, pues el panismo de Gordillo tiene seguramente sus días contados), puede bien verla convertida en realidad pronto.

¿Cuánto dinero significa todo esto? Es difícil calcular los dineros a los que tiene acceso la cúpula del grupo. Ya su base principal de poder, el SNTE, le genera un flujo incesante de recursos, pero sobre los que no rinde cuenta alguna a nadie.

Algunos especialistas consideran que en los tres primeros años del gobierno de Calderón, el grupo maneja recursos públicos por un mínimo de 345 mil 785 millones de pesos y un máximo de un billón 771 millones, en un cálculo conservador, lo que demuestra que se trata de uno de los poderes fácticos más importante del país, crecientemente beneficiado por los gobiernos panistas.

Sin embargo, como se apuntaba en un principio, la riqueza y poder del grupo formado en torno al Sindicato no mejorar la calidad de la educación pública mexicana, verdadero desastre nacional, sino que muy al contrario, seguramente la empeoran. Hay múltiples informes (nacionales y extranjeros) que dan fe sobre la pobre calidad de la educación nacional. Según datos de 2010 del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, hay un déficit importante en la realización del derecho de aprender. Y una de las causas, asegura el relator especial de la ONU en estos temas, es la simbiosis atípica entre el SNTE y la SEP. Antes dependientes de la voluntad presidencial y ahora autónoma, un personaje y la cúpula de un sindicato creado desde y para el régimen del PRI, están ubicados como un contrapeso al Estado con una verdadera capacidad de veto en una de las políticas públicas más relevantes para el destino del país: la educación. No tienen la llave para su transformación, dice Raphael, pero si el candado que la impide.

Quizá esta aparente contradicción entre el creciente poder de Gordillo y el correlativo desastre en la educación pueda explicarse por una frase cuya autora es precisamente ella: "Nada avanza en política, con excepción de los proyectos personales".

La relación que han tenido con ella los gobiernos del PAN habla también mucho de la transformación de los líderes de ese partido, otrora críticos feroces del clientelismo priista y que no han hecho más que aprovecharlo una vez instalados en Los Pinos. Una de las paradojas más interesantes de este partido político.

¿Cuál es el legado de Gordillo? Habla Ricardo Raphael en un artículo reciente que lleva por título esa misma pregunta: "Su principal legado lo constituye hoy un monumental sistema de vetos confeccionado para defender los intereses de la cúpula magisterial; un cerco de impunidad fabricado por materiales financieros, burocráticos y electorales que juega en contra de la educación. Como bien afirma Olac Fuentes Molinar –uno de los estudiosos más respetados en esta materia– el principal problema ha sido que el gobierno de la República entregó a un grupo político, en particular a un personaje, la rectoría de la educación en el país."

Esta camarilla ha marginado a todos: maestros, padres de familia, autoridades, y sociedad civil de las decisiones más importantes. Y ha anquilosado al sistema de educación pública, enemigos como son de la profesionalización del educador, de la democracia sindical, y de la dignificación de la tarea de enseñar.

Y finalmente, ha unido de forma perniciosa el tema electoral al educativo. Estando sus intereses prioritarios en las urnas y no en las escuelas, pero controlando en buena medida el funcionamiento de estas últimas, Gordillo y los líderes del SNTE a su cargo han creado un estado de cosas que, mientras perdure, hará que millones de mexicanos padezcamos un sistema de educación pública muy pobre y unas instituciones electorales vulnerables que no son capaces de generar confianza.

¿Qué podemos hacer? La maestra, se entiende, no goza de su posición de liderazgo en el gremio docente como resultado de procesos democráticos. Su poder, se debe, en buena medida, porque la élite en el poder lo ha tolerado y/o fomentado. Goza de un apoyo "anclado desde la cúspide", sentencia Ricardo Raphael. Y esa relación es susceptible de romperse, especialmente a la hora de hacer alianzas con un partido distinto al que está en el gobierno. En ese momento, cuando se manifieste la ruptura por venir entre el presidente Calderón y Gordillo, cuando las élites se dividan, es cuando se abrirá una pequeña ventana de oportunidad que posibilitará, si es aprovechada por un movimiento ciudadano amplio, "devolver a los maestros mexicanos la autonomía y la dignidad que la cúpula del SNTE les ha expropiado".

Un caso interesante: Fernando Savater, a quien confieso haber leído en mis años de instituto y cuyas posiciones actuales nunca dejan de sorprenderme, acaba de estar aquí en México donde dictó una muy celebrada conferencia en honor de los docentes mexicanos, invitado y agasajado por, cómo no, la maestra Elba Esther Gordillo Morales.

La maestra de México