viernes. 26.04.2024
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Mateo Rello

Poesía | JOSÉ GARCÍA OBRERO

Mateo Rello es un autor atípico en el panorama de la poesía española actual, un poeta que viene trabajando sus propuestas con convicción y esfuerzo, indiferente a modas pasajeras u otras cuestiones accesorias que puedan distraerle de su discurso. El resultado son siete libros y una plaquette –Orilla sur. Fábula de BarcelonaA lomos de Salamandra, Libro de cuentos, Tahúres y emplumados, Meriodional asombroLos primeros ángeles, El atlante y De magos y mineros. (Una historia de Plutón) – que se adentran con firmeza en el inconformismo político y la denuncia social, terrenos donde la poesía suele zozobrar a causa de una obligada falta de distanciamiento.

Esa separación necesaria para que fluya la corriente poética entre el mundo observado y la voz que señala y se rebela es uno de los grandes aciertos de De magos y mineros. (Una historia de Plutón), donde Rello despliega todos los recursos con los que ha venido construyendo su poética: la intuición como instrumento fundamental a la hora de abordar con el lenguaje esos espacios que quedan fuera del alcance de la razón; la flexibilidad de un sujeto poético que muta para seducir al lector, consiguiendo arrastrarlo del descubrimiento a la complicidad; o el uso de un lenguaje mítico que bebe de las fuentes más variadas: el cómic, el cine, la novela de aventuras o el ensayo histórico.

Aunque De magos y mineros es un poemario unitario, que se sostiene por sí solo, mantiene un estrecho vínculo con su libro anterior, El atlante. Si en aquel, una voz en primera persona revelaba las huellas de una ciudad que se fue doblegando al discurso hegemónico, en De magos y mineros el foco ilumina a los que no tienen memoria ni voz, y la acción se sitúa en la más inmediata actualidad, en una urbe que los va fagocitando y desechando, que los mantiene en los márgenes. 

Por arte y magia del símbolo, los que hurgan con su gancho en la basura son mineros; aquellos que trafican con cacharros inservibles que encuentran, magos –«misterioros/ prestidigitadores/ que encantan los objetos y los vuelven místicos»–; Plutón es lugar de procedencia de «Un pueblo de uñas negras/ áspera piel azul», un planeta que no solo es el más alejado de la galaxia, sino también el único degradado a un estatus inferior; Plutón es también el nombre del dios de la muerte y el inframundo en la mitología romana (el Hades griego). 

De magos y mineros arranca con guiños a la Comedia de Dante. Aunque para llegar al infierno no es preciso descender de la mano de Virgilio, solo abrir los ojos y no fingir ignorar la deshumanización a la que vive sometido el otro. Ese Plutón que da título al libro se encuentra en la espesura de la inmundicia –«Ahí el infierno: donde la basura», afirma–. La basura, ese desafío global que afecta a todas las comunidades humanas y colapsa ecosistemas, y que el selecto grupo del mundo desarrollado al que pertenecemos sigue alimentando sin medida, se ha convertido en la única realidad y sustento de los excluidos, que incluso, llegada su hora, como una broma de pésimo gusto, «el camión/ de la basura se los lleva». Aunque, advierte, nuestra indiferencia ante esta situación nace en la raíz más profunda del miedo, pues somos sabedores de que «también nosotros/ podemos naufragar del mismo modo/ barquitos quebrantados, en el sargazo de los basureros». 

Las páginas de De magos y mineros nos ofrecen un universo simbólico personalísimo

En «Sobre los cuerpos» queda expuesta, a través de una recurrente sucesión de imágenes, que el cuerpo es la única pertenencia de los habitantes de Plutón, su única patria: «mundo de huesos, ciudadelas de piel, / dónde se han de librar las guerras de la vida/ sino en la carne sola/ que poseéis». De nuevo este interrogante nos devuelve a los que nos situamos al otro lado del espejo esa imagen rota de nosotros: ¿acaso hemos olvidado que nuestro cuerpo también es terriblemente frágil y que desde que nacemos hasta la muerte depende del cuidado de los demás nuestra existencia?

La tercera parte, «De la ciudad extraña», es la que mantiene un diálogo más intenso con El atlante –y con los libros anteriores–, pues no es otra que esa Barcelona que destruye una parte de su sí misma y su historia en pos de una falsa imagen mediática de prosperidad y modernidad sustentada por el dinero. Una urbe hecha de barracas, descampados, afueras, campamentos «donde ya el vertedero/ derrama su impaciencia sobre el bosque», sórdida estación de autobuses «también para los pueblos de Plutón, / que no son bienvenidos». 

Finalmente, en «Naufragios» se produce el viaje inverso al de todos los clásicos, desde Odiseo al peregrino de las Soledades, pues no hay aventuras ni gestas épicas que cantar, ni llegan esperanzados a un locus amoenus donde los pastores les proporcionan posada y alimento; Escila y Caribdis son los únicos que aguardan: muerte anónima en el mar o el limbo de las ciudades extrañas con toda su dureza –«Botaron el cayuco, y de tan frágil,/ el mar debió pensar que era un juguete/ y después de jugar, en la otra orilla, /dejó algunos cadáveres y vivos/ a los vivos y a su suerte, mala». Náufrago pues, quien perece en el mar y quien lo sobrevive.

Las páginas de De magos y mineros nos ofrecen un universo simbólico personalísimo, en palabras de Jordi Gol: «Alusivo, sugerente y evocador», que lejos de contentarse con el mero placer estético, desafían con la dosis de incomodidad necesaria para que no nos dejemos tentar por la desmemoria y tengamos presente nuestra pertenencia al mismo linaje de estos hombres y mujeres, para que, en definitiva. descendamos confiados «al infierno de las inmundicias», patria de todos los vivos, al fin y al cabo. 

De magos y mineros. (Una historia de Plutón).  MATEO RELLO. Ed. Libros de Aldarán. Barcelona, 2022. COMPRA ONLINE
 


José García Obrero
JOSÉ GARCÍA OBRERO
Escritor y crítico literario

Donde la luz naufraga | «De magos y mineros», de Mateo Rello