lunes. 29.04.2024
Fotograma de “La Maravillosa Historia de Henry Sugar”

Miguel Ángel Leija | @CinemaCuarenten

Tras el reciente estreno de "Asteroid City", película que dividió opiniones pero que, a nuestro juicio, resaltó por su buen equilibrio entre humor absurdo y el inconfundible estilo visual de Wes Anderson, el director nos sorprende nuevamente con una baza: cuatro cortometrajes inspirados en relatos de Roald Dahl, producidos por Netflix. ¿Cómo se comparan con su filmografía anterior?

Dado que son cuatro obras distintas, pero con una clara interconexión, abordaremos cada trama de manera individual:

La Maravillosa Historia de Henry Sugar. El más extenso de estos cortos, con poco más de cuarenta minutos de duración, nos introduce a Henry Sugar, un millonario solitario que descubre un libro sobre Imdad Kahn, un hombre que desarrolló un método para ver sin sus ojos. Fascinado, Henry intentará aprender esta habilidad con el objetivo de aumentar su fortuna.

El Cisne. El relato nos presenta a un niño atrapado en una situación peligrosa: dos jóvenes mayores lo retienen a punta de pistola por mera diversión. Una situación que pudo terminar trágicamente cambia su rumbo con la aparición de un hermoso cisne.

El director estadounidense saca partido de las restricciones de tiempo para contar historias concisas y muy bien logradas

Veneno. Al llegar a la casa de su amigo Harry, Woods nota algo extraño en el ambiente: su británico amigo se comporta muy extraño. Rápidamente nos damos cuenta de que lo que sucede es que debajo del cobertor de Harry se encuentra una peligrosa serpiente dormida pero lista para morder en cualquier momento, por lo que con ayuda del doctor Ganderbai tendrán que idearselas para evitar lo que parece ser una muerte segura.

El Desratizador. Con ganas de arrancar el problema de raíz, un hombre convoca al “desratizador”, un experto en matar ratas con técnicas tan peculiares como mortíferas, para sorpresa de sus clientes.

De esta manera podemos ver a un Wes Anderson triunfante en un campo que desde hace mucho tenía olvidado: los cortometrajes. Al igual que Pedro Almodóvar con “Extraña Forma de Vida”, el director estadounidense saca partido de las restricciones de tiempo para contar historias concisas y muy bien logradas.

La más destacada, sin ningún tipo de dudas, es “La Maravillosa Historia de Henry Sugar”, un ejercicio cinematográfico a la altura de sus mejores películas, donde los cuarenta minutos hasta se quedan cortos. No solo la trama es fascinante, sino que es también la obra más divertida y conmovedora. Las actuaciones son bastante buenas y el cariño que se le llega a tomar a los personajes es algo a tomar en cuenta. Obra redonda.

Como en toda la filmografía de Wes Anderson, el cuidado en el detalle es total, poniendo especial énfasis en el manejo de las paletas de colores

En cuanto a las otras tres, con apenas diecisiete minutos de duración cada una, los resultados sí que son más inestables: “El Cisne” es una pieza crudísima con un tono mucho más fuerte que las demás en donde el final es la pieza clave del relato, la joya de una corona muy bien ganada. Por su parte, “Veneno” es una obra divertida y llena de tensión que saca jugo a las interpretaciones de sus personajes y, sin ser una obra digna de premios y reconocimientos, sí que vale la pena. Por último, “El Desratizador” no solo carece de interés sino que provoca en el espectador lo mismo que en los protagonistas, asco y repulsión aunque tiene momentos graciosos.

Así, tal y como si estuviésemos leyendo verdaderamente los cuentos, la narración de los cortometrajes nos lleva de la mano de sus protagonistas en un ejercicio verdaderamente creativo. El narrador de cada historia tiene un papel fundamental, interrumpiendo incluso a los demás personajes no solo para contarnos la manera en la que pasaron las cosas sino añadiéndole también ese toque literario del que el cine no se aprovecha mucho, la belleza de la palabra.

El apartado estético es aparte. Como en toda su filmografía, el cuidado en el detalle es total, poniendo especial énfasis en el manejo de las paletas de colores. Si bien hay personas a las que pueda molestar la falta de innovación en este sentido, Anderson nos vuelve a confirmar por qué es el rey de ese estilo en particular.

Para la realización de estos, el director hizo uso de un roster completo de actores consolidados: Benedict CumberbatchDev PatelBen KingsleyRalph FinnesRichard Ayoade y Rupert Friend. Casi nada…

En conclusión, esta colaboración entre Wes Anderson y Netflix nos regala cuatro piezas que, con sus más y sus menos, valen bastante la pena (en especial por “La Maravillosa Historia de Henry Sugar”) para el público en general y los fans del director quien sí, “siempre hace la misma película”, pero eso no es necesariamente malo. Así que a disfrutar.

Wes Anderson y Roald Dahl: cuatro cortometrajes producidos por Netflix