miércoles. 01.05.2024

Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx

"La isla roja" nos transporta a Madagascar a comienzos de los años 70, una época en la que la isla ya había logrado su independencia de Francia, pero donde el colonialismo aún tenía una fuerte presencia en la política y la educación de la sociedad. En este contexto, Robin Campillo (director de "La clase", 2008) sitúa la película en una base aérea del ejército francés, donde las familias de los militares viven ajenas a la realidad del país, pasando sus días entre fiestas y baños en la piscina. A través de esta trama, conocemos a Thomas, un niño de 10 años muy influenciado por la lectura de los relatos de la intrépida heroína "Fantomette".

Campillo dirige una película que nos sumerge en un mundo burgués donde la frivolidad y la irrelevancia son parte de la vida cotidiana. En esta base militar, destacan el español Quim Gutiérrez (espectacular su dominio del francés) y Nadia Tereszkiewicz, un matrimonio que parece estar en una constante crisis como pareja, donde nada parece estar demasiado consolidado ni claro. Uno de sus hijos, Thomas, es un niño que vive entre fantasías y la realidad, siendo el único que parece darse cuenta del momento histórico en el que se encuentra Madagascar. Esto permite al director crear una trama paralela con una estética de cómic en la que asistimos a las aventuras de "Fantomette" enfrentándose a una extraña secta. Sin embargo, esta trama no contribuye significativamente a la historia en su conjunto y parece más un parche de guion que una decisión estética.

La película intenta transmitir el letargo y el hastío con el que viven en una base aérea del ejército francés, pero el resultado final se acerca demasiado al aburrimiento

El problema de "La isla roja" radica en que la película se queda a medio camino en sus intenciones. Como película de denuncia social, presenta una crítica muy tenue y superficial, con apenas unos retazos en su parte final que parecen responder más a una imposición moral que a una lógica en la historia. A lo largo de la película, vemos pequeños destellos, como la historia del soldado que se enamora de una local y es tratado por sus superiores casi como si estuviera poseído, pero, como mencioné anteriormente, todo se queda a medio gas. Por otro lado, está la historia de desamor y frustración de la familia de militares, que tampoco termina de funcionar adecuadamente y ni siquiera se resuelve de manera satisfactoria. Hay muchas ideas, pero ninguna funciona especialmente bien.

Al ver "La isla roja," uno tiene la sensación de que está a punto de suceder algo importante que finalmente nunca llega. La historia avanza y avanza, pero realmente no llegamos a conocer lo suficiente sobre los personajes que viven en esta base. Tampoco es que sean muy interesantes. Entiendo que la película intenta transmitir el letargo y el hastío con el que viven en la base, pero el resultado final se acerca demasiado al aburrimiento. A pesar de algunos momentos de talento, parece que a Robin Campillo le falta dar un paso más allá. La verdad es que la película se olvida pocos minutos después de salir del cine.

"La isla roja: el letargo de Madagascar"