Ádrian Sanz González | @AdriSanz16666
Si hay un territorio que tiene un color y un aroma es La Rioja. Un rojo vivo y perfumado que ha calado en la cultura española, todo gracias al gran trabajo, a su gente y a los años que su población lleva trabajando y amando el producto.
A través del formato de entrevistas, José Luis López Linares nos propone un ejercicio de inmersión en la cultura y la historia, que ocultan detrás las muchas bodegas y bodegas de vinos que tiene la región. Un lugar lleno de vidas y figuras que conocedores del arte de la vitivinicultura buscan sacar a la luz los aspectos menos conocidos –o totalmente desconocidos– que realmente esconde el arte de hacer vino, beberlo, madurarlo y embotellarlo.
Un ejercicio de inmersión en la cultura y la historia, que ocultan detrás las muchas bodegas y bodegas de vinos que tiene La Rioja
Sota, caballo y rey. En estas pocas palabras se podría resumir la estructura que plantea Rioja, La Tierra de los Mil Vinos. Coge la “fórmula” que se ha mascado con los años, y partir de aquí, no dejando nada al azar ni ningún hueco para que la estructura presente una originalidad o algo de interés. Desde su principio a su final, el documental evoluciona en una concatenación de bloques temáticos que no sorprenden a su espectador. Todo sigue un patrón que va a rebufo de otros miles y miles de documentales participativos –o de entrevistas–.
Un documental cerrado que explica, enseña y dirige al espectador por la sangre de la Rioja, haciendo, eso sí, un análisis milimétrico de ella. Perfectamente podrían haberse soltado en la estructura y haber poetizado más la mucha información que contiene. Una información y unas historias, que, eso sí, dejan ver el gran trabajo de selección de información y contenido que hay detrás.
Se evidencian los aspectos más artísticos, y el ritual que esconde un producto tan elaborado como los miles de vinos que fecundan la región de la Rioja
Después de este documental, el espectador podrá conocer de manera más detallada y profunda como se trabaja en el vino tinto –y, muy por encima, entender el valor del vino blanco– en España. Porque, si por algo se caracteriza el documental es de posicionar a La Rioja, como la región de España que mayor cantidad de vino “de calidad” produce actualmente. Y digo “de calidad”, porque uno acaba de viajar por las diferentes parcelas y tierras que esconde la Rioja, y a uno se le queda la sensación de que no ha acabado de probar y saborear el vino que le están vendiendo.
El documental, aunque cuenta con un producto y unas acciones gratamente visuales y bonitas –servir una copa, olerlo, beberlo…–, se queda sin los ricos matices que realmente podría haber conseguido que el espectador tuviese la sensación de que ha llegado a probar uno de los mejores vinos de España, o hasta del mundo.
Aun así, uno sale de Rioja, La Tierra de los Mil Vinos conociendo un mundo totalmente nuevo, percatándose de los aspectos más artísticos, y del ritual que esconde un producto tan elaborado como los miles de vinos que fecundan la región de La Rioja.
Una tierra y un producto, que, analizado y comentado por diferentes expertos y conocedores, deja al conocimiento de todos la laboriosidad y la posibilidad de degustar un pequeño trago de la sangre riojana.
