jueves. 02.05.2024

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Joan Segovia | @JoanRohan

Crítica: Esta es la historia de Ryû, un yakuza hecho a la antigua a punto de retirarse, que sigue viendo el mundo con los valores de la vieja mafia llevando siempre por bandera el respeto y el honor. En los tiempos actuales, su forma de entender las bandas y los negocios ya no encajan y se está ganando enemigos y envidias dentro de la yakuza. Estos le preparan una trampa, la típica historia del amigo que le traiciona por dinero, y termina cayendo al río ahogándose. Hasta aquí, la historia no aporta nada nuevo y roza el tópico ya explotado en cine en varias películas de Takeshi Kitano o de Kinji Fukasaku. Pero en este punto es donde La reencarnación del yakuza se convierte en un Isekai más.

Al despertar Ryû descubre que está en un mundo de fantasía medieval, con orcos, elfos y todo lo demás que uno puede esperar. Está ocupando el cuerpo de la joven princesa del reino. Con un cuerpo más joven y con sus años de experiencia en peleas, la aparentemente delicada princesa se convierte rápidamente en una guerrera imparable. Ryû descubre que el hermano de la princesa está tramando deshacerse de ella para quedarse el trono en un claro paralelismo con su propia situación. Así pues, acompañado de su fiel guardia y de la joven elfa hechicera que custodian a la princesa, se embarcará en un viaje por este nuevo mundo.

Esta obra se cuece a fuego muy lento, tiene un inicio que parece no traer nada nuevo, pero detrás de esta fachada todo apunta a que hay algo más y mejor

Llegados a este punto, la verdad es que la trama no podría ser más clásica. Todo son tropos, uno tras otro, que se ven venir a medio tomo de distancia. Tenemos los orcos intimidantes y feroces que terminan siendo asustadizos y serviles ante las dotes de combate de Ryû. El jefe de la aldea que parecía de confianza, pero el poder lo ha corrompido. La ciudad controlada por un tirano y su guardia, pero que nadie sospecha de él hasta que se destapan sus maquinaciones. Y así un largo etcétera.

Lo único salvable de la historia, y la razón por la que vale la pena leerse esta obra, es por Ryû. Su sentido del honor, su modo de ver el mundo como la antigua yakuza, encajan en este mundo medieval mejor que en su vida. Además, los momentos cómicos que se producen por la disociación de las formas y comportamientos del yakuza con su cuerpo de princesita dulce, están bien resueltos. La trama de los demonios tampoco empieza mal, pero es pronto para saber si estará a la altura de otras obras como Fullmetal Alchemist o Seven Deadly Sins.

El dibujo de Hiroki Miyashita es posiblemente lo mejor de la obra. La brutalidad en los trazos de los combates, los diseños de los demonios, el impacto de las muertes,… Todo lo que intenta lo consigue. Ciertamente, es muy importante su trabajo en este manga porque sin esa fuerza en los trazos la historia perdería contundencia y, aunque esté regada de momentos de humor, el manga pretende ser duro con lo que cuenta y eso sería imposible sin este diseño artístico.

Empecé La reencarnación del yakuza sin muchas esperanzas de que me sorprendiese. Iban pasando capítulos y tomos y todo me resultaba conocido de otras obras. Seguí por el protagonista y su grupete de acompañantes, que están bien planteados y dan su juego, y por el dibujo de Miyashita que me encantó. Pero ya empezando el tercer tomo seguía por la curiosidad sobre lo que esconde su historia, las conspiraciones, los demonios, las drogas, las muertes… Esta obra se cuece a fuego muy lento, tiene un inicio que parece no traer nada nuevo, pero detrás de esta fachada todo apunta a que hay algo más y mejor. En un mes sale el cuarto tomo, de la mano de Distrito Manga, y entonces veremos si lo que se vislumbra detrás de este inicio es tan bueno como parece. Hasta entonces, dadle una oportunidad.


Título original: Ninkyou Tensei: Isekai no Yakuzahime
Autores: Hiroki Yamashita, Takeshi Natsuhara
Demografía: Seinen
Géneros: drama, fantasía, aventura
Editorial: Distrito Manga
Formato: Rústica de tapa blanda y con sobrecubierta

Sinopsis: Ryûmatsu es un yakuza cincuentón chapado a la antigua... ¡y menuda fama se gasta en los bajos fondos de la ciudad! Sin embargo, todo cambia cuando cae en la trampa de unos jóvenes matones que le tienden una emboscada. En el transcurso de la pelea y a las puertas de la muerte, Ryûmatsu cae al río y queda inconsciente. Cuando despierta, descubre que se halla en el cuerpo de Ryû, la delicada princesa del reino de Lundberg, en lo que se asemeja a un mundo de fantasía sacado de un cuento de hadas. Ahora es una chica joven, rebosa energía y debe acostumbrarse a las etiquetas de palacio, aunque parece que una misteriosa orden quiere acabar con su vida a toda costa, pues, como dicta una antigua profecía, solo aquella persona que porte el símbolo de la Diosa de la Protección en la espalda podrá salvar al reino de una inminente catástrofe. Ryû puede que ahora tenga el delicado cuerpo de una princesa, pero en su interior se halla el alma ferviente de un yakuza. ¡Ha llegado la hora de que este mundo mágico pruebe el sabor de sus puños!

La reencarnación del yakuza: ¿un Isekai más?