lunes. 29.04.2024

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Se suele decir que, cuando sueñas en otra lengua diferente a las maternas, ya te has hecho con ella. Eso es lo que cuenta ‘Langue Étrangère’, aunque aquí pueda tener más de un sentido la expresión del título, al tratar en realidad sobre la comunicación de los afectos, la cual requiere algo más que una impecable competencia lingüística.

Asistimos a un intercambio de dos alumnas que tienen diecisiete años. Una es alemana y otra francesa. No habitan las capitales de sus respectivos países. Fanny se desplaza en primer lugar desde Estrasburgo a Leipzig, donde vive Lena. El idioma no es la única barrera que se deberá salvar, porque ambas familias tienen un sinfín de problemas que irán apareciendo paulatinamente.

Se trata de una película que trasmite mucha frescura y aborda las inconmensurables cuitas del universo adolescente con absoluta normalidad

Los conflictos es lo que nutre la relación entre ambas adolescentes. En las aulas no faltan los tópicos que se asocian con sus respectivas nacionalidades y acaban afrontando juntas apoyándose mutuamente. Aparte del mundo de los afectos, también se abordan cosmovisiones políticas. El futuro global no es muy alentador y se tiene miedo ante un panorama internacional desolador, con el implacable avance de una extrema derecha que se fortalece cada vez más por doquier.

La caída del Muro de Berlín es un acontecimiento histórico que protagonizaron personalmente sus padres y abuelos. A ellas les toca ver cómo han evolucionado las cosas desde aquel momento y juntas van cobrando conciencia de que conviene comprometerse socialmente. Se trata de una película que trasmite mucha frescura y aborda las inconmensurables cuitas del universo adolescente con absoluta normalidad, lo cual es muy de agradecer.

‘Langue Étrangère’ y los problemas de la comunicación afectiva