Virginia de Miguel Perdomo |
A pesar del “bombazo” de Oppenheimer de Nolan, estrenada el mismo día; y con la magia del Marketing y de Internet, el cast tremendo de ambas películas y el poder de sus directores, la de Greta Gerwig está llenando las salas de espectadores en su mayoría vestidos de rosa, sin importar ni géneros ni edades, mientras que las cifras llegan a niveles pre-pandémicos. El cine gana. Barbie es una incorporación poderosa y preciosa.
Gerwig tiene una inteligencia, una originalidad y un sentido del humor valiosísimos. Además, vuelve a demostrar su capacidad brillante para conectar con el público adolescente. Ella es joven, sabe escuchar y tiene la sensibilidad que hay que tener. Véase Lady Bird de 2017. Por eso, es genial comprender Barbie siendo una mujer de los 2000. Las crisis existenciales o la presión de las redes sociales, con sus estándares imposibles de alcanzar, se representan en la película constantemente. No discrimina, aunque cabe mencionar que no está dirigida al público infantil. Sin embargo, los valores que transmite son importantes para este tipo de espectadores.
El homenaje al género femenino sobresale y mueve la conciencia
Como con Lady Bird, Gerwig también sabe emocionar. Esta obra es un homenaje a nuestro mundo imperfecto con sus personas, en la que se enseña a respetar y romper tabúes. El personaje de America Ferrera es precioso, como todo lo que transmite. Es el centro en el que se refleja lo que es crecer como mujer fuera de la pantalla. El homenaje al género femenino sobresale y mueve la conciencia. Se muestra con humor y funciona indiscriminadamente porque es real.
El género masculino queda representado con respeto. La película representa al hombre fuera del sistema patriarcal. Ken tiene un viaje muy interesante en cuanto sale al mundo real, dándose cuenta de nuestra historia y de nuestra actualidad, en la que el machismo existe. Esto pone patas arriba al mundo de las muñecas. Hay que recordar que Ken siempre ha sido un complemento.
Es inclusiva. Cualquiera que intente celebrar que no hay presencia del colectivo LGBTQ+, debe saber que la Barbie doctora es interpretada por Hari Nef, trans y activista.
La historia se configura al completo dando prioridad a lo que su directora quiere transmitir. De ahí la narración, que incluso habla directamente al espectador, y que los personajes estén desarrollados para lo justo y necesario. Personalmente, no me molestó. Entré al juego rápido. A todos los aspectos positivos, sumo que he tenido una experiencia memorable, mucho más que entretenida. Margot Robbie y Ryan Gosling son perfectos para sus papeles, graciosos y muy expresivos. Sobresalientes.
Barbie sorprende con una banda sonora que pasa por grandes mujeres artistas como Nicki Minaj en colaboración con Ice Spice, o Billie Eilish; unos créditos finales geniales; referencias a otras películas; o Mattel, la empresa de la muñeca, que se ríe de sí misma y homenajea a Ruth Handler, creadora de Barbie. La película está llena de referencias para los más nostálgicos: Barbies y complementos descatalogados, clásicos y actuales, referencias a la empresa, etc.
El verano esta vez no es azul, es rosa.
