domingo. 12.05.2024
paso fronterizo de Rafah
Paso fronterizo de Rafah.

El pasado 7 de octubre, el Gobierno del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) desencadenó la operación Diluvio (o Tormenta) al-Aqsa contra el territorio del Estado de Israel, resucitando una guerra que con largos periodos de inactividad comenzó en 1948, cuando las Naciones Unidas dividieron el territorio de Palestina, entonces bajo Mandato británico, en dos nuevos Estados, Israel y Palestina, en un arreglo que no satisfizo a la mayoría árabe palestina, que, apoyada por los estados árabes vecinos (fundamentalmente Egipto, Jordania y Siria) trató de frustrarlo declarando la guerra al nuevo Estado de Israel, en lo que podemos considerar como la primera campaña de esta guerra que aún dura y de la que la operación Diluvio (o Tormenta) al-Aqsa solo puede considerarse una campaña más.

Primera campaña de 1948 de esta larga guerra, en la que Israel resultó claramente vencedor militarmente. Circunstancia que aprovechó para desencadenar la conocida como al-Nakba (catástrofe o tragedia): la ocupación de una considerable parte del territorio que había correspondido a la población árabe en el reparto de las Naciones Unidas, expulsando de él a una gran proporción de sus habitantes hacía los territorios aún no ocupados, mientras Egipto mantenía ocupado el territorio de la llamada Franja de Gaza, separado del resto del territorio palestino (Cisjordania) por la ocupación israelí.

La ofensiva, por tierra, mar y aire, de las Brigadas al-Qassam (Hamás) y de las Brigadas al-Quds (Yihad Islámica Palestina) del 7 de octubre, que inicia esta nueva y última campaña, sorprendiendo a la autoridades israelíes, a sus poderosas fuerzas armadas (Fuerzas de Defensa de Israel) y a sus afamados servicios de inteligencia, penetran en territorio israelí alcanzando y conquistando, sin apenas resistencia militar, diversas poblaciones y kibutzim, en los que se producen matanzas indiscriminadas y secuestros de rehenes militares y civiles, mientras las principales ciudades israelíes, incluidas Jerusalén y Tel Aviv, son alcanzadas por cohetes y misiles (muchos de ellos artesanales).

En tan sólo veinticuatro horas, Israel inicia su contraofensiva (Espadas de Hierro) bombardeando la Franja de Gaza de forma masiva e indiscriminada, al mismo tiempo que selectiva para acabar con los órganos de mando de Hamás y la Yihad Islámica Palestina y otros blancos de interés, mientras se le corta al territorio la electricidad, el agua y el combustible, concentrando al norte de la Franja un impresionante dispositivo militar listo para invadirla cuando se considere el momento adecuado. Lo que provocará el pánico y la desbandada en la Franja, que se verán reforzados cuando las autoridades israelíes den un plazo de 24 horas (que se irá alargando a lo largo de los días ante la imposibilidad material de cumplimiento) para que la población no combatiente abandone la ciudad de Gaza y el norte del país, refugiándose al sur del cauce del Gaza. Ocho días después, momento en el que se escriben estas líneas, en las proximidades del paso fronterizo de Rafah, único no controlado por Israel y que conecta con Egipto se han acumulado lo que podría ser casi un millón de personas. Al otro lado del paso fronterizo, en territorio egipcio, la comunidad internacional está acumulando las miles de toneladas de ayuda humanitaria que necesita la población gazatí, constantemente bombardeada y sin agua, luz o combustible y ya casi también sin comida.

Pero el paso no se abre. ¿Por qué?     

Porque en la llamada Guerra de los Seis Días (1967), Israel se hizo con los territorios egipcios de la península del Sinaí y de la Franja de Gaza. Como consecuencia de los Acuerdos de Camp David (1978), Israel y Egipto firman un Acuerdo (1979) por el cual Israel devolvía a Egipto la península del Sinaí, pero no la Franja de Gaza, estableciéndose una zona de separación (zona de nadie) norte-sur (Philadelfi) de unos cien metros de anchura (actual paso de Rafah). Cuando (1982) Israel culmina su retirada de Gaza, esta pasa a formar parte de los territorios de la Autoridad Nacional Palestina, pero manteniendo Israel el control y jurisdicción sobre su espacio aéreo y sus aguas territoriales (12 millas) y, en el caso del puesto fronterizo de Rafah, la prerrogativa de que cualquier movimiento de personas y mercancías a y desde la Franja debía ser expresamente autorizado por Israel, que cuenta con vigilancia electrónica por vídeo sobre él.

Esta es la razón por la que en un puesto fronterizo entre Egipto y el territorio palestino de Gaza, miles de personas necesitadas no pueden abandonar Gaza, ni entrar en ella la ayuda humanitaria acumulada en el lado egipcio del paso de Rafah. Egipto cumple lo acordado en 1982 (como lleva haciendo desde entonces). Sin el expreso permiso de Israel, nada puede moverse por Philadelfi ni en una dirección ni en otra.

Y aquí es donde entra en juego la Unión Europea. Porque en noviembre de 2005, Israel, Egipto y la Unión Europea firman el llamado Acuerdo de Acceso y Movimiento, por el cual se crea la Misión  de Asistencia Fronteriza de la Unión Europea (MAF UR o UE BAM) en el paso de Rafah. Un acuerdo que mantiene la prerrogativa israelí de control sobre el movimiento de personas y mercancías por el paso fronterizo.

Solo dos años más tarde (2007), el Movimiento de Resistencia islámico (Hamás) gana las elecciones en Gaza y forma Gobierno no dependiente del de la Autoridad Nacional Palestina con sede en Ramala (Cisjordania). La Misión de Asistencia Fronteriza de la Unión Europea se niega a colaborar con Hamás e intenta seguir colaborando con la Autoridad Nacional Palestina (Ramala), pero, ante la imposibilidad práctica de esta colaboración, la Unión Europea decide retirar su Misión de Asistencia Fronteriza del paso de Rafah. Retirar, que no suprimir, ya que la última prolongación de su Mandato fue en junio de este año 2023 hasta el 30 de junio del año que viene 2024.

Esta situación es la que hace, en cierta forma, responsable a la Unión Europea de la continuación y persistencia de la crisis humanitaria de Gaza, junto a Egipto.

La postura de Egipto puede llegar a ser, incluso, comprensible si se quiere tener en cuenta su situación como uno de los principales actores afectados por el gran conflicto histórico en la zona y por el riesgo, económico, político y de seguridad, que podría correr si la masa de refugiados gazatíes llegara a asentarse en las despobladas tierras del Sinaí, parte de las cuales están prohibidas para los propios egipcios y beduinos del Sinaí.

Pero, ¿cual es la excusa de la Unión Europea, que se autotitula campeona de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario? Porque la Unión Europea podría reactivar la Misión de Asistencia Fronteriza reforzada (con más personal de sus especialidades y con elementos defensa y seguridad incluidos si falta hiciera) y dejar claro a Israel que su privilegio de control y supervisión del paso de personas y mercancías por el paso de Rafah no puede incluir la obstaculización de entrada de ayuda humanitaria a una situación humanitaria del calibre de la que se está produciendo en estos momentos. ¿Sería capaz Israel de bombardear a funcionarios europeos en misión humanitaria?

La UE y el paso de Rafah