jueves. 02.05.2024

El viejo y recidivo contencioso entre el Reino Unido y España sobre Gibraltar ha tenido este caluroso verano de 2023 manifestaciones concretas muy significativas: del ámbito de la controversia sobre la jurisdicción de las aguas que bañan el Peñón y el istmo; del ámbito de la cooperación transfronteriza y del ámbito sobre la presencia militar británica.

1- La controversia de la jurisdicción sobre las aguas que bañan el Peñón y el istmo.

Que España considera de jurisdicción española, en función de lo especificado en el Tratado de Utrech (1713), en el que literalmente España cede a la Monarquía Británica solamente “la propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas”, lo que interpreta como que solamente se cedieron al Reino Unido las aguas interiores del puerto (y aún así, ¿del puerto de 1713 o del muy ampliado de 2023?), correspondiendo a Gibraltar el concepto de “costa seca”, es decir sin derecho sobre las aguas colindantes. Pero en ellas: 

El 14 de agosto, un patrullero rápido del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) español detecta una embarcación sin luces y con el sistema de identificación automático (AIS) desactivado en las aguas de la bahía de Algeciras que España considera de su soberanía y Gibraltar reclama como británicas. Cuando se acerca a ella para identificarla, la reconoce como un buque auxiliar del puerto gibraltareño, le da el alto, se da a la fuga y debe perseguirla hasta alcanzarla y abordarla. Momento en que hace presencia en el lugar una patrullera de Aduanas de Gibraltar, que reclama su jurisdicción, produciéndose momentos de alta tensión. El patrullero del SVA español finaliza retirándose tras comprobar que la embarcación estaba llevando a cabo una transferencia legítima de tripulación a un buque mercante y de que sus luces de navegación y su AIS habían funcionado mal. Durante el episodio se detectó la presencia cercana de una embarcación de la Royal Navy, que no llegó a intervenir.

España considera que solamente se cedieron al Reino Unido las aguas interiores del puerto, es decir sin derecho sobre las aguas colindantes

El 21 de agosto, el pesquero de artes menores (artesanal) Mi Daniela, propiedad del linense Jonathan Sánchez, y pilotado por él, es abordado en las aguas de la cara este del Peñón por dos embarcaciones, una de Aduanas de Gibraltar y otra de la Royal Gibraltar Police, que acosan a la embarcación para que salga de la zona de tres millas que Gibraltar considera “British Gibraltar Territorial Waters” (consideradas, sin embargo, como españolas por España) y amenazan al propietario con detenerle porque su embarcación tiene registradas nueve infracciones de pescar en aguas británicas. Al repetirse la amenaza al día siguiente (22 de agosto) cuando el señor Sánchez acude al lugar a recoger las redes, éste se ve obligado a trasladar su zona de pesca ocho millas al norte y fuera de las aguas en litigio. Caladero que le exige un importante incremento del gasto de combustible para su desplazamiento hasta él. En declaraciones a la prensa, el señor Fernández ha pedido a las autoridades españolas que “igual que están las patrulleras gibraltareñas, deberían estar las españolas. Avisar a la Guardia Civil no sirve de mucho porque tardan bastante en llegar”. 

El 23 de agosto, una embarcación del Departamento de Medio Ambiente de Gibraltar intercepta a un barco de recreo español que pescaba atún frente a Punta Europa (en el extremo sur del Peñón), alegando que había finalizado la temporada de pesca de esa especie, lo que la tripulación del velero justifica por estar autorizados a pescar en la modalidad de “captura y liberación”. Informada la Guardia Civil del incidente, el velero abandona el lugar.

2- Sobre la cooperación transfronteriza en la verja

Que Reino Unido y Gibraltar consideran frontera internacional y España solo “paso fronterizo en el que se ejercen funciones de control, al ser entrada y salida del territorio Schengen”, en estos momento pendiente del resultado de las negociaciones (conocidas como Gebrexit) entre el Reino Unido y la Unión Europea como consecuencia del Brexit. 

El 24 de agosto, España decide endurecer el control de documentación para el paso por la verja para entrar en España desde Gibraltar. La razón aducida es la de reforzar la capacidad de “detección de personas buscadas por la Justicia o con alertas de cualquiera de los sistemas de información policiales”. Días atrás, una persona que pretendía entrar a España en coche desde Gibraltar, al percatarse de que se estaban escaneando aleatoriamente los documentos identificativos, intentó huir abandonando el vehículo en la cola, en el cual la policía pudo encontrar documentación que permitió identificarlo y comprobar que tenía una orden de búsqueda y captura por un episodio de malos tratos, pudiendo ser finalmente detenido.  

El 24 de agosto, España decide endurecer el control de documentación para el paso por la verja para entrar en España desde Gibraltar

Pero esta medida, que implicaba el escaneo de pasaportes, DNIs, las “tarjetas rojas” de los residentes en Gibraltar, etc, ocasionó la ralentización del paso causando largas colas en el paso peatonal en plena temporada turística a las horas punta de un especialmente caluroso verano, creando malestar entre los afectados y la protesta de las autoridades gibraltareñas. Éstas presentan una queja formal, alegando que el nuevo régimen de control de documentación se había puesto en marcha “sin previo aviso” y ”sin justificación conocida” y amenazan con represalias similares a partir del siguiente lunes, 25 de agosto, lo que significaría que los trabajadores españoles transfronterizos (que viven en España, pero trabajan en Gibraltar), que no estuvieran cubiertos por el Protocolo sobre Gibraltar de los Acuerdos de Retirada (que regula los derechos de los ciudadanos de la Unión Europea y del Reino Unido afectados por el Brexit) deberían “asegurarse de que portan documentos de viaje e identificativos válidos” para entrar en Gibraltar. Y que aquellos que estén cubiertos por el Acuerdo de Retirada (protocolo sobre Gibraltar) tendrían que demostrarlo a través de la presentación diaria de los documentos de viaje e identidad para su inspección al entrar en Gibraltar. Es decir, hacer permanente lo que normalmente es solo aleatorio.

Finalmente, las autoridades españolas, alegando que la medida no suponía ningún cambio sobre lo establecido, ya que no se estaba sellando la documentación, solamente escaneandola para detectar posibles alertas policiales, levantan el endurecimiento del control de documentación al día siguiente, 25 de agosto, volviendo el paso por la verja a la normalidad. ¿Estaba realmente prevista la medida para solo un día o se levantó por la presión anglo-gibraltareña?

3- Sobre la presencia militar británica.

El 19 de junio, una veintena de miembros de las Cámaras británicas de los Comunes y de los Lores, vestidos con uniformes militares a bordo de dos buques de la Royal Navy, el HMS Cutlass y el HMS Dagger, participan en una llamada “Operación de Soberanía” en aguas de la bahía de Algeciras, que España considera de jurisdicción española, trasladándose desde el puerto militar de Gibraltar hasta Punta Europa (extremo sur del Peñón), como parte de un programa de las Fuerzas Armadas británicas destinado a que los legisladores conozcan sus instalaciones.

El Gobierno español se ve obligado a trasladar al Reino Unido una nota verbal de protesta (6 de julio), reiterando la soberanía española sobre las aguas que circunvalan el Peñón (“costa seca”) y la doctrina de las Naciones Unidas sobre la presencia militar en los territorios no autónomos.

España no le reconoce a la “colonia” (según la ONU) gibraltareña ningún derecho a espacio aéreo, mucho menos para actividades militares

El 13 de agosto, la Autoridad Portuaria de Gibraltar anuncia que las patrulleras de la Royal Navy destacadas en Gibraltar van a realizar un ejercicio con fuego real en lo que Reino Unido considera “British Gibraltar Territorial Waters”, las aguas hasta tres millas a distancia de las costa este de la colonia (jurídicamente “costa seca” para España). Las protestas españolas son ignoradas y los ejercicios se llevaba cabo.

Posteriormente, a mediados de septiembre, el Reino Unido anunció la intención de que su patrulla acrobática militar Red Arrows realizara una exhibición en Menorca y otra posteriormente en Gibraltar (los dos territorios que quedaron en manos británicas al finalizar la Guerra de Sucesión española en 1713). Ante lo que España se ha visto obligada a manifestar su malestar por considerar una provocación la pretensión de realizar estas actividades invadiendo el espacio aéreo español sobre Gibraltar, ya que España no le reconoce a la “colonia” (según la ONU) gibraltareña ningún derecho a espacio aéreo, mucho menos para actividades militares, especialmente en un momento en que las conversaciones hipano-británicas (ámbito UE) sobre el acople de Gibraltar en el Brexit (conocido como el Gebrexit) están prácticamente paralizadas y en las que España rechaza que el Reino Unido siga teniendo carta blanca para usar sin restricciones acordadas el puerto y el aeropuerto con fines militares. 

Como consecuencia, el Reino Unido suspendió no sólo la exhibición en Gibraltar, sino también la previa a celebrar en Menorca.

Las negociaciones para el encaje de Gibraltar en el Brexit duran ya más de dos años

El 29 de septiembre, la Autoridad Portuaria de Gibraltar publica un tuit (red X actual) en el que informa que el martes (que viene) 3 de octubre entre las 12:00 y las 15:30, la Royal Navy va a llevar a cabo unas maniobras navales en las aguas de la ladera oriental de Gibraltar (“costa seca” para España) con maniobras de alta velocidad y disparos de fogueo. ¿Nuevo desafío? ¿Cuál va a ser la respuesta española, otra nota verbal de protesta?  

Cuatro acciones unilaterales británicas que no son sino palos en la rueda negociadora al que se añade el reciente compromiso del Ministerio de Defensa británico de invertir cincuenta millones de libras (58’5 millones de euros) en Gibraltar, en lo que ha definido como “cinco centros globales” que actuarán como “trampolines para la proyección británica en el mundo” para combatir posibles amenazas actuales y futuras.

4- Resumen

Incidentes como estos y otros de mucha mayor gravedad se dan con frecuencia en el área del Campo de Gibraltar, mientras las negociaciones para el encaje de Gibraltar en el Brexit duran ya más de dos años, precisamente por los diferentes puntos de vista de los actores implicados, España, Reino Unido y Gibraltar. No solamente sobre estos tres aspectos comentados, soberanía/jurisdicción, cooperación transfronteriza y presencia/actuaciones militares británicas, sino, asimismo, sobre otros como los vuelos, las pensiones de los trabajadores españoles transfronterizos, la estancia de navíos nucleares, el medio ambiente, etc.

Cuanto más se dice que se está cerca del Gebrexit, más puntos de fricción surgen desde el lado británico-gibraltareño. ¿Hay de verdad voluntad de acuerdo o sólo voluntad de alargar la actual situación en la que el Reino Unido y Gibraltar siguen actuando como si su propuesta negociadora ya estuviese plena y totalmente ratificada? 

Evolución del contencioso sobre Gibraltar