lunes. 29.04.2024
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Feijóo en el Congreso de los Diputados.

Los resultados del 23-J supusieron un fiasco muy importante para la derecha política y aquellos sectores económicos y financieros afines, que prácticamente desde el comienzo de la andadura del gobierno de coalición PSOE-UNIDAS PODEMOS, utilizaron sus potentes terminales mediáticas (prensa escrita, redes sociales y cadenas televisivas) para inducir en el conjunto de la ciudadanía la idea de que la victoria electoral del Partido Popular era inevitable en las primeras generales que se convocasen, para poner fin así a todas las catástrofes, incluida la ruptura de España, que el gobierno progresista iba a generar.

Esas elecciones llegaron, se celebraron el pasado 23 de julio, y a pesar de todas las acciones que se llevaron a cabo para tratar de deslegitimar al gobierno de coalición e intentar derribarlo, la realidad ha puesto de manifiesto que el resultado electoral surgido de las urnas, es decir de la voluntad popular, fue muy diferente al que auguraban las múltiples encuestas que se presentaron en los medios, así como de las opiniones expresadas reiteradamente en los medios afines al Partido Popular.

El resultado del 23-J, a pesar de que el Partido Popular fuera el más votado, hacía prácticamente imposible que éste pudiera llegar al Gobierno toda vez que contaba con el rechazo de la práctica totalidad de las formaciones políticas presentes en el nuevo Congreso de los Diputados.

La deriva del PP ha supuesto que el aislamiento político del partido sea un hecho indiscutible y las posibilidades de superar la investidura de su candidato Feijóo prácticamente nulas

La deriva del PP a posiciones de derecha extrema, su negativa a apoyar en el Congreso todas las leyes que han supuesto un incremento de derechos y mejoras sociales, sus pactos para gobernar en coalición con VOX en multitud de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas poniendo en marcha acciones de gobierno que suponen una grave y peligrosa involución en derechos y libertades ya conseguidos, han supuesto que el absoluto aislamiento político del Partido Popular sea un hecho indiscutible y las posibilidades de superar la investidura de su candidato Feijóo (si ésta se producía) prácticamente nulas. Salvo UPN y Coalición Canaria, el resto de formaciones políticas con representación en el Congreso recién constituido han expresado de forma pública y reiterada su negativa a prestar su voto afirmativo a la investidura del Sr. Feijóo.

A pesar de la negativa de la casi totalidad de formaciones políticas presentes en el Congreso a apoyar la investidura del Sr. Feijóo, el Partido Popular desde el día siguiente de celebrarse las elecciones ha insistido de manera reiterada en la idea de que al ser la lista más votada, su candidato tenía que ser propuesto para la investidura invocando un derecho o preferencia que el marco constitucional español no establece en ningún caso. Es ya bien conocido por los españoles el peculiar modo de entender el sistema parlamentario por parte del Partido Popular, que de manera cínica y tramposa lo trata de convertir en un sistema a la carta, es decir como mejor convenga a sus intereses.

Una vez constituido el Congreso de los Diputados, elegida su Presidencia y su Mesa, el Jefe del Estado llevó a cabo la ronda de consultas con los representantes de las formaciones con representación parlamentaria.

El Sr. Feijóo, que había pedido de manera insistente ser propuesto para una investidura, se presentó ante el Jefe del Estado con el apoyo de su partido y de VOX,UPN y Coalición Canaria, y el público rechazo a su investidura del resto de formaciones políticas. El actual presidente de gobierno, Sr. Sánchez, que había manifestado públicamente desde la noche electoral la voluntad y confianza en obtener apoyos suficientes para superar una investidura si fuese propuesto para ella, es de suponer manifestó ante el Jefe del Estado esta voluntad y disposición.

Es ya conocido que la propuesta del jefe del Estado fue proponer al Sr. Feijóo como candidato a la Presidencia del Gobierno y someterse a la investidura. Las razones y argumentos por las que el Jefe del Estado propuso al Sr. Feijóo fueron públicamente conocidas a través del comunicado que emitió la Casa Real sobre este asunto. 

La figura prefabricada de Feijóo como prototipo de político moderado se ha ido difuminando desde su llegada a la presidencia del PP y de manera más acentuada durante la campaña electoral

Una vez informada la Presidenta del Congreso de la propuesta del Jefe del Estado (22 agosto) y aceptado el encargo por el Sr. Feijóo, la Sra. Armengol, atendiendo según se ha publicado a la petición del líder popular de contar con un tiempo razonable, determinó que la sesión de investidura se celebraría los días 26 y 27 de septiembre.

Una vez propuesto el Sr. Feijóo debía asumir la tarea que se encomienda a todo candidato a la investidura, que consiste por un lado en conseguir de las distintas formaciones políticas el apoyo necesario para obtener la confianza de la cámara y por otro presentar ante ella el proyecto político del gobierno que pretende formar.

Los españoles habíamos contemplado cómo la figura prefabricada del Sr. Feijóo como prototipo de político moderado, con gran capacidad de liderazgo, gran conocedor de los asuntos públicos, serio y responsable en sus planteamientos, se había ido difuminando desde su llegada a la Presidencia del Partido Popular y de manera más acentuada durante la campaña electoral de mayo y las generales de julio.

Su campaña agresiva tratando de destruir al adversario político, su incapacidad para proponer a los ciudadanos un proyecto político para el país, sus mentiras reiteradas en temas de importancia, sus errores en asuntos básicos de la gobernabilidad del Estado, sus opacidades y explicaciones tardías e incompletas en temas que ciertamente afectan a su persona, pero que exigen trasparencia y verdad en quien se presenta como candidato a la presidencia del Gobierno de España, todo ello hizo posible que el candidato Feijóo sin la sobreprotección que tenía en Galicia, se nos mostrara como un político mediocre, sin capacidad para liderar su partido, dubitativo, dado a las mentiras, soberbio, y con sorprendente capacidad para asumir el ideario de la extrema derecha pactando con ella la formación de gobiernos de coalición en multitud de ayuntamientos y varias comunidades autónomas.

Son esos pactos con VOX y la deriva del Partido Popular hacia la derecha extrema lo que hacen imposible que la investidura del falso moderado Sr. Feijóo pueda salir adelante. El aislamiento político del Partido Popular es un hecho, ningún grupo parlamentario votará favorablemente su investidura salvo la extrema derecha y los dos diputados de UPN y Coalición Canaria; en consecuencia, según la aritmética parlamentaria, el candidato Feijóo no será investido Presidente, salvo milagro o nuevo tamayazo.

El Partido Popular no ha contemplado nunca que Feijóo fuera a ser investido

Es por ello que cabe preguntarse: ¿qué pretende el Partido Popular y su candidato Feijóo acudiendo a una investidura que se presenta imposible? No parece que el objetivo a alcanzar, es decir que el Sr. Feijoó sea investido presidente, pueda contemplarse por lo ya expuesto anteriormente. En mi opinión, el Partido Popular no ha contemplado nunca que Feijóo fuera a ser investido.

La parafernalia de intentar conseguir el cambio de posición del PNV, y particularmente el espectáculo esperpéntico de pedir al PSOE y su candidato, Sr. Pedro Sánchez, que le permitiera gobernar dos años para convocar entonces elecciones o incluso sugerir que algunos diputados (socialistas buenos según Feijóo) pudieran romper la disciplina de voto, han sido piezas del sainete que el Partido Popular y el Sr. Feijóo están representando ante la ciudadanía española.

Si ser investido el Sr. Feijóo se antoja imposible, ¿cuál podría ser la pretensión del Partido Popular no desistiendo de acudir a la investidura?

En este sentido y tomando como referencia todas las informaciones, declaraciones y acciones que se han producido en el ámbito del Partido Popular desde que se inició el proceso que concluirá los días 26 y 27 próximos, en mi opinión la pretensión del Partido Popular era y sigue siendo crear un clima artificial de gran inquietud ciudadana, hacer llamamientos a la movilización contra pactos aún no existentes y con ello dificultar una posible investidura del Sr. Sánchez y provocar una repetición electoral. De no conseguir ese objetivo el Partido Popular pretendía y pretende que todo el espectáculo esperpéntico que ha montado sirva como el comienzo de la campaña de deslegitimación del posible gobierno de coalición que surgiera una vez superada la investidura por el candidato Sr. Pedro Sánchez

En el desarrollo de esas pretensiones que en mi opinión son las únicas que tiene el Partido Popular, hemos vuelto a comprobar una vez más la falta de liderazgo del candidato Sr. Feijóo. Ha bastado que haya indicado que habría que encajar a Cataluña, es decir admitir el problema catalán, y su intención de mantener contactos con el partido del Sr. Puigdemont para que el PP catalán a través de su máximo responsable le enmendara la plana.

La aparición del Sr. Aznar llamando a la movilización nacional y pregonando los mayores desastres para el país y su efecto inmediato de la convocatoria en Madrid de un acto público que siguiendo el sainete no sabemos si es mitin, concentración, acto de partido abierto o reunión de nostálgicos de tiempos pasados, muestra claramente que no es Feijóo quien decide el rumbo de un Partido Popular que sigue anclado en posiciones reaccionarias e inmovilistas que le impide visualizar la realidad de la España actual.

Hablar como ha hecho Feijóo de fraude electoral agravado y reincidente es un grave exabrupto de un político derrotado.

El Sr. Feijóo parece ignorar que los españoles hemos votado en libertad, en un proceso electoral con total limpieza, y siendo su lista la más votada, eso no se discute, son más los españoles que no quieren que sea presidente del gobierno que aquellos que sí lo desean, y así lo expresarán en la sesión de investidura por medio de sus representantes en el marco de nuestro sistema parlamentario.

La investidura será fallida salvo milagro o tamayazo, y el Sr. Feijóo deberá esmerarse mucho en sus intervenciones esos días, para exponer muy bien las grandes desgracias económicas  políticas y sociales que se producirán si el Sr. Sánchez  posteriormente fuese investido y formase gobierno. Sólo así pasará la prueba de acceso y será jefe de la oposición, de lo contrario es probable que alguna revuelta de corte palaciega le devuelva a su Galicia natal.

Para concluir, quiero decir que quienes pensábamos que el proceso de investidura del Sr. Feijóo iba a ser un precioso tiempo perdido que el país necesitaba, hemos visto corroborada esa impresión. Una auténtica pena si observamos la multitud de problemas importantes que el gobierno del país debe afrontar sin demora.

La investidura de Feijóo: una prueba de acceso a la oposición