lunes. 29.04.2024
CRIPTOMONEDAS Y LA DOLARIZACIÓN

Empoderar a la ciudadanía en la toma de decisiones políticas y socioeconómicas

Está en nuestras manos impedir una política económica y social que no solo nos lleve a ir de crisis en crisis, sino a endeudarnos para superar las consecuencias de un modelo que hemos dejado en manos de otros.
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Al iniciar una divagación con la que estoy tratando recrear lo que como desolación, los sentidos y la lógica me están aconsejando que no intente materializar, tengo que reconocer que ante la significación con la que aquélla me conmina, no puedo renunciar a contemplarla.

Hasta ahora, todas las reformas para superar esta desolación se han encontrado maniatadas ante lo que pudiendo ser una desestabilización del modelo vigente, justificaba que la razón de mantenerlo es muy superior a la que se derivaría de intentar superarlo. Siempre se ha contado con dos factores que permitieron la continuidad de esta desolación. En primer lugar, el miedo que se deriva de lo desconocido. Un pavor que el mismo modelo se ha encargado de magnificar; en segundo, el esfuerzo que hay que materializar para hacer uso de una capacitación intelectiva, que habiendo sido suplantada por una forma de actuar, en la que nuestra conducta es mayoritariamente un acto reflejo de nuestras potencialidades fisiológicas, lo inmediato es lo que nos mueve; una inmediatez que al no ser el producto de una racionalización, nos lleva a la consolidación de un gregarismo borreguil.

En consecuencia, lo que tiene que ser nuestro objetivo será la conformación de una democracia directa que estaría en las antípodas de la que, con nuestro consentimiento, admitimos lo que se haya de hacer, cada vez que delegamos en unos partidos la política económica y social con las que desarrollar -durante cada una de esas "cada vez"-,  aquél "lo que se haya de hacer". Unos partidos que con independencia de sus antagónicos -aunque encubiertos y al mismo tiempo cuidadosamente difundidos ideales-, siempre le dan prioridad a sus propios intereses. Y así vemos cómo unos descubren, que para repartir, primero hay que crear; y otros aducen que como consecuencia de que lo que se reparte no es lo que se ha creado, a través de este objetivo, estaría en nuestras manos impedir una política económica y social que no solo nos lleve a ir de crisis en crisis, sino a endeudarnos con el Exterior para superar las consecuencias de un modelo que hemos dejado en manos de otros.

Naturalmente, para llevar a cabo la transformación de nuestra sociedad, tenemos que reiterar la necesidad de hacer uso de lo que he explicitado en la primera parte de la obra ¿Es posible otra economía de mercado?, contempla la existencia de unas Asambleas de Base, de Notables, Reguladora de los Poderes del Estado, Legislativa, Ejecutiva y Judicial. Unas Asambleas que partiendo de las de Base estarían personificando aquel concepto "demos" que es el que debe de materializar lo que ha de ser una verdadera democracia. Unas Asambleas que al ser utilizadas a través de la informática, nos estarían mostrando por medio de las demandas de los ciudadanos, lo que se hubieran ponderado y decidido en las mismas; con lo cual estas ponderaciones estarían exenta de los intereses subjetivos de los que ostentaran el Poder. Es decir, los políticos, los juristas, las actividades de los periodistas enrolados en los medios de desinformación, los grupos de presión que conocemos como lobbystas, los del clero y los de funcionarios de todos los colores. Incluidas, tanto las Fuerzas de Seguridad, como las Fuerzas Armadas. Unas Asambleas que como consecuencia de estas actividades, habrían impedido el sentido de la vida que profesaron un tal José María Aznar, un supuesto M.Rajoy, una Ana Botella, un Miguel Blesa, un Juan Guerra, un Francisco Camps, un antiguo sindicalista de UGT llamado Juan Lanzas, que en el caso de los ERES se enorgullecía diciendo "tengo dinero pa asá una vaca; un Gaspar Zarrias, todopoderoso cerebro de la Junta de Andalucía, la familia Pujol, un Francisco Correa, un Luís Bárcenas, un Pablo Crespo, un Guillermo Ortega y una veintena más, vinculados al Caso Gürtel; como Felix Millet, Jordi Montull, Gemma Montull y Daniel Oscar, condenados por pago de comisiones del 4% a cambio de la concesión de obra pública. Y para cerrar el grifo de los que por sus altos servicios figuran en la historia blanqueada de nuestro país, no podemos dejar de pulsar unas teclas que nos llevan a la que como beneficiaria fue Convergencia Democrática de Cataluña; al pagador, Ferrovial; al intermediario, el Palau; a Francisco Castaño, Beltrán Gutiérrez e Ignacio González. Toda una pléyade que al igual de los que corren por sus venas el azul, en su más alto rango figuraron las expulsadas y expulsados de España, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, su hija, Isabel II, su nieto Alfonso XIII, y su biznieto Juan Carlos I.

Dicho todo lo cual, hemos de reafirmarnos en la necesidad de conformar una sociedad en la que a través del uso de una tecnología que estaría fundamentada en la utilización de unas tarjetas encriptadas, unas criptomonedas centralizadas y unas Asambleas con las que empoderar a la ciudadanía de la política socioeconómica que se hubiera de hacer, habríamos conseguido despertar, como si hubiera sido de un mal sueño, lo que representaron para España los personajes que anteriormente hemos mencionado.

En uno de sus artículos Edmundo Fayanas Escuer, refiriéndose a los nacionalismos y a los partidos políticos, manifiesta que:

"En todo el siglo XIX no hubo ningún caso de un gobierno que perdiera unas elecciones. El procedimiento no era ganar la confianza del pueblo para llegar a gobernarlo, sino llegar al gobierno y después convocar elecciones, convenientemente gestionadas por la red clientelar que partía del ministerio de gobernación, pasaba por los gobiernos civiles de cada provincia y llegaba al cacique que controlaba cada pueblo".

FIN DE LA SERIE

Empoderar a la ciudadanía en la toma de decisiones políticas y socioeconómicas