jueves. 02.05.2024
Pintada en una sede del PSC en Tarragona
Pintada en una sede del PSC en Tarragona

En Virginia, jóvenes vestidos con pantalones caquis y camisas de polo blanco marchan por el centro del campus de una universidad pública gritando: “los judíos no nos reemplazarán”. En el distrito Tsurubashi de Osaka, Japón, una chica de catorce años se dirige a la multitud y proclama lo mucho que desprecia a los coreanos y que desearía matarlos a todos. En Myanmar, un usuario de Facebook publica un enlace en su página sobre los bengalíes, en donde los califica de perros que están destruyendo su patria y su gente. En Cape Town, un clérigo hace un comentario en Internet en el que pide a ISIS que “por favor libren a Sudáfrica de la maldición homosexual”. 

Un vídeo grabado en la ciudad alemana de Clausnitz, y que se colgó la primera vez en la página de Facebook, titulado Döbeln se rebela: mi voz contra la extranjerización. Describe el vergonzoso acoso, con gestos e insultos, cual, si fuera una cacería, por parte de la población alemana a unos refugiados, entre los que se encuentran algunos niños, que esperan acobardados dentro del autobús para ser conducidos a un centro de acogida. Autobús que lleva en su parte trasera un letrero “El puro placer de viajar”. Es el nombre de una agencia de viajes local. 

En Polonia fue asesinado el alcalde de Gdansk, Pawel Adamovicz. Mientras tanto, en las redes sociales se desbocaba una carrera de odio en la que multitud de usuarios lanzaban insultos y amenazas, tanto a la víctima y sus partidarios como a su agresor y todos los que apoyaban el asesinato. Hasta el punto que la policía polaca detuvo a tres personas acusadas de delito de odio en las redes sociales por haber, por ejemplo, expresado su deseo de que “mueran más políticos liberales” o por haber emitido mensajes de ”felicitación” al asesino. Adamowicz era miembro del principal partido de la oposición en Polonia, la fuerza liberal de centroderecha Plataforma Ciudadana, y alcalde de Gdansk desde 1998, donde ese otoño consiguió la reelección con el 65% de los votos. Había encabezado varias campañas a favor de los refugiados y contra las polémicas reformas emprendidas por el Gobierno polaco, en manos del partido Ley y Justicia (PiS). 

Resulta difícil de entender el rotundo éxito de la campaña promovida de odio contra Sánchez por parte del PP y sus medios afines

¿La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso en la toma de posesión de Alfonso Fernández Mañueco como presidente de Castilla y León, declaró a esta tierra Socialismo free (libre de socialismo)? Tal mensaje no es algo anecdótico, ya que busca instalar en el ambiente la idea de la extirpación del otro por pensar distinto. Durante el Tercer Reich, los nazis acuñaron la expresión para determinados territorios Judenfrei (libre de judíos). 

Un chat de altos mandos militares retirados, que pertenecerían a la XIX promoción del Ejército del Aire, a cuyo contenido tuvo acceso el programa de TVE Las Cosas Claras, reveló comentarios de los exmilitares en los que se pide la "purga de los rojos", y uno de los mensajes habla de "aniquilar a 26 millones, niños incluidos". 

Resulta difícil de entender el rotundo éxito de la campaña promovida de odio contra Sánchez por parte del PP y sus medios afines. Han conseguido que una parte muy importante de las personas de este país odie a Sánchez, y es imposible enterarse de las razones de este odio. Yo lo he visto en determinadas personas, las cuales curiosamente han sido beneficiadas por sus políticas, como algunos jubilados y algunos trabajadores. No hay respuesta razonada, sino una cascada de insultos y descalificaciones. Incluso personas que parecen moderadas e inteligentes tienen esta actitud. Felicitaría a los promotores si no fuera por las consecuencias tan negativas que ha originado en términos de crispación y división de la sociedad. Se ha acuñado el término de “sanchismo” que refleja un odio visceral a Sánchez y a todos aquellos de sus votantes. El actual rechazo al presidente del gobierno está teñido de odio, de "la cólera del español sentado" que bautizó Lope de Vega. No olvidemos el odio a Zapatero que fue tan intenso como el de hoy a Sánchez. Quizá este motivado, porque no soportan que otros ejerzan el poder, al considerarlo patrimonio natural de las clases altas y sus aliados. Un poder que nace de la gracia de Dios y de la fuerza de las armas.

El periodista Antonio Ruiz Valdivia ha enumerado los insultos que Pablo Casado, Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso han dirigido al presidente del gobierno, electo en la urnas, nombrado por el parlamento y en posesión de toda la legitimidad democrática exigible: Presidente ilegítimo”, “que te vote Txapote”, “Falcon y residencias de verano”, “el palacio de Sánchez”, “chovinista del poder”, “traidor”, “felón”, “okupa de La Moncloa”, “incapaz”, “rehén”, “mediocre”, “incompetente”, “chantajeado”, “escarnio para España”, “mentiroso”, “tirano de cómic”, “charlatán”, “actor profesional”, “déspota”, “caudillista”, “ególatra”, “adanista”, “sectario”, “hooligan”. Habría que añadir los insultos proferidos contra Sánchez por emboscados en las redes, en las calles y en las barras de los bares.

No soportan que otros ejerzan el poder, al considerarlo patrimonio natural de las clases altas y sus aliados. Un poder que nace de la gracia de Dios y de la fuerza de las armas

Yo he recogido los insultos contra Sánchez por parte de Abascal y Casado, que ya reflejé en el artículo anterior Naturalmente que hay partidoy que vuelvo a repetir. Será difícil encontrar un político en nuestra democracia con tantos y tan truculentos insultos. Ahí van algunos proferidos por Casado: «incompetencia culposa», «hacedor de sainetes», «ineptitud», «chiste de Gila», «fracaso estrepitoso», «bajeza moral», «usar a las víctimas», «chapuzas», «ruina», «usar a los españoles como a perros de Pavlov», «falsario», «negligente», «Gran Hermano», «hipertrofiado», «irresponsable», «caos», «nefasto», «zoco de prebendas», «tomar a parados como rehenes», «fraude», «contratación opaca» …

Además se han lanzado contra Sánchez bulos de la peor especie: que su esposa es trans, que la política marroquí actual está motivada del chantaje de Rabat al haber interceptado Mohamed V el teléfono privado del presidente, quiere romper España, el Gobierno de izquierdas es ilegítimo, vivimos en una dictadura social-comunista-bolivariana, la violencia contra las mujeres es cosa de los MENA, “ETA está viva” … Un breve inciso sobre los bulos, que me basaré en el libro de Enrique del Teso, La propaganda de la extrema derecha y cómo tratar con ella. Libro que deberían leer y reflexionar las izquierdas españolas. La propaganda de la extrema derecha que también ha sido copiada por la derecha extrema, se basa en bulos, mentiras, en fake news. Son afirmaciones breves, fáciles de repetir, impregnadas de odio, que mienten con desmesura y destrozan nuestra democracia, convirtiéndola en un auténtico albañal. No se puede cimentar una democracia en la mentira y en el odio. Y también desquician la convivencia ciudadana. En ambientes emocionalmente cargados nunca se piden pruebas ni razonamientos, si lo que se dice confirma las emociones negativas. Los bulos son amnésicos: pueden emitir una cosa y su contraria por parte de la misma persona o partido. Aunque se junten dos frases contrarias por parte de alguien, no se desacredita el mensaje, porque los receptores no piden coherencia ni el emisor se parará a desmentir la contradicción. Los bulos incitan al odio, son píldoras que necesitan propagarse y lo grave es que los adversarios colaboran a ese propósito. Cuando uno se indigna ante un bulo, rápidamente lo comparte con aquellos que también se indignan. Hay dos mecanismos detrás de ese impulso de compartir el bulo, quienes no creen en él. Uno, es el empático por el que sentimos contacto con quien sabemos que comparte nuestro estado emocional. El segundo, es el placer de tener razón; el presentar algo que confirma con contundencia nuestras opiniones. Al compartirlo hacemos el juego a su emisor. Todos hablamos de “ETA está viva”. El bulo es más efectivo, es más dañino, cuanto más se repite. Se trasmite como un virus. 

En ambientes emocionalmente cargados nunca se piden pruebas ni razonamientos, si lo que se dice confirma las emociones negativas. Los bulos son amnésicos

Como señala Caitlin Ring Carlson, profesora del Departamento de Comunicación de la Universidad de Seatle en su libro El discurso del odio, desgraciadamente ninguna cultura, país o medio de comunicación es inmune a la existencia o la influencia del discurso de odio. A través de una pantalla o en persona, en la red o en un medio escrito, la gente blande el lenguaje como arma con la que atacar la identidad de otros, reafirmando su propia posición de pretendido dominio y solidificando sus sentimientos de pertenencia a un grupo social determinado. El impacto de esta expresión es perjudicial para los individuos aludidos, como el protagonista citado anteriormente, como para las sociedades que toleran su uso. El discurso de odio traumatiza a sus víctimas e impacta negativamente a su autoestima, cabe pensar que Sánchez se sentirá profundamente afectado; además silencia la participación política y distorsiona el discurso público. Lo estamos constatando en España. El discurso del odio también puede usarse como instrumento con el que deshumanizar a ciertos colectivos-inmigrantes, homosexuales, independentistas, feministas-, también para normalizar la violencia contra ellos y amplificar posicionamientos atroces a través de los medios de comunicación de masas. A pesar de los problemas que genera, quienes legislan sobre cuestiones culturales y políticas siguen teniendo dificultades para regularlo.

Ese odio ya es visible en nuestra sociedad, polarizada con tal agresividad que disuade a los sensatos, inhibe a los tolerantes, intimida a los moderados y ensucia el campo de juego democrático

Observar el odio antes de estallar-tras el discurso del odio suele sobrevenir inexorablemente el delito de odio- acompañado de una ira ciega, abre otras posibilidades de actuación: algunas manifestaciones de odio competen a la Fiscalía del Estado y a la policía; pero otras son responsabilidad de toda la sociedad. Apoyar a los que están amenazados por aspecto, forma de pensar, creencias o forma de amar, no exige un gran esfuerzo. El gesto más importante contra el odio tal vez sea no caer en el individualismo y dirigirse hacia los demás para reabrir juntos los espacios sociales y públicos. Y por supuesto, teniendo el coraje de enfrentarte a todos aquellos que van sembrando odio por doquier contra personas concretas o determinados colectivos. Yo lo he hecho con alguna frecuencia ante insultos truculentos contra Sánchez. Una cosa es la lógica crítica hacia el gobernante de turno y otra cosa muy distinta es el insulto, cuyo objetivo es deshumanizar. El insulto es, sin duda alguna, un síntoma de cobardía. Es la carencia de argumentos. Cohesiona a las tropas enardecidas dirigiendo su agresividad hacia la ofensa o la humillación del rival, reducido a un enemigo a destruir. La agitación emocional del insulto convierte a la masa en turba, que no quiere justicia, aunque la exija vociferante. Quiere venganza, que es otra cosa muy distinta. Ese odio ya es visible en nuestra sociedad, polarizada con tal agresividad que disuade a los sensatos, inhibe a los tolerantes, intimida a los moderados y ensucia el campo de juego democrático. Mas el odio solo se combate rechazando el contagio. Hacerle frente con más odio, es lo que quieren quienes odian. No les hagamos el juego. Que odien ellos. Yo, no. Nosotros, no.

¿Cómo es posible tanto odio contra Sánchez?