domingo. 28.04.2024

A ver si desde las izquierdas políticas y sociales nos volvemos a centrar en lo esencial

izquierda

Las clases trabajadoras fueron conscientes de que solo la unidad logrará doblegar a un capitalismo que es mundial con una organización internacional de trabajadores

No distingue a la izquierda de la derecha y más desde la aparición del socialismo a partir de Cabet, Proudhon y Marx el deseo de aplicar tan solo la utopía liberal con más y mejor democracia o las teorías nacionalistas surgidas de forma moderna y con fuerza a partir de las crisis de los imperios. La izquierda social, socialista y de transformación y/o cambio, se distingue por la búsqueda de la igualdad y para ello es imprescindible la crítica al capitalismo y el desarrollo de ideas y acciones tendentes a superarlo y cambiar “el mundo de base hundiendo el imperio burgués”.

La izquierda surgida en la revolución francesa en contra del antiguo régimen es decir la monarquía y por la soberanía del pueblo se transforma de liberal (en el más noble sentido de la palabra, que lo tiene) en socialista y ya en el propio partido de la “Montaña” en la Francia revolucionaria, surgen aspectos socializantes. Pero desde los utópicos a Marx todo cambia encontrando su camino en desde la crítica al capitalismo, alcanzar el socialismo.

Para ello es imprescindible el internacionalismo. No un internacionalismo utilizado como coartada en contra de aspiraciones populares de independencia o autogobierno, sino como organización unitaria de la clase obrera de un sistema injusto y que se basa en el dominio de clases propietarias y burguesas en su exclusivo beneficio, dado que estas clases si utilizan en todo el mundo métodos y alianzas similares para explotar a clases subalternas y pueblos colonizados. Incluso cuando se pelean entre sí por la hegemonía como en la I Guerra Mundial sus soldados son sus propios obreros movilizados.

De forma que hay un sistema injusto el capitalismo, que evoluciona y hace evolucionar la sociedad, la cultura, la religión o la política según sus necesidades de dominio o de ganancia.

Por eso las clases trabajadoras fueron conscientes de que solo la unidad logrará doblegar a un capitalismo que es mundial con una organización internacional de trabajadores. Las conquistas sociales y de la clase, ya sean laborales o políticas necesitan incluso sin buscarlo de huelgas generales, revoluciones o amplias victorias electorales que influyen de unos países-estado a otros. Así tenemos que conquistas republicanas, voto universal, voto femenino, ocho horas, bienestar o independencias de las antiguas colonias son ejemplos que hacen avanzar el mundo. Este artículo no es exhaustivo, no puede serlo, pero para poner ejemplos, ¿Acaso la revolución de Octubre de 1917 no tuvo amplias repercusiones o la lucha contra el fascismo antes y durante la II Guerra Mundial o la independencia de Argelia y su lucha anticolonial o el estado del bienestar centro-europeo?

Sé que son ejemplos diversos, pero todos ellos, sea cual sea su resultado tienen repercusiones mundiales. Por eso cuando el capitalismo reacciona, pues ve peligrar su tasa de ganancia y dominio, incluso por opciones políticas que a algunos les resultan moderadas, arma la contra-revolución  conservadora (Tatcher-Reagan), se dota de una idea política, el neoliberalismo e inicia su transformación financiera y de deslocalización de la fabricación de bienes. La globalización es la gran arma del capitalismo internacional. Dinero circulando libremente y con transacciones instantáneas, burbujas especulativas ya sean con vivienda, petróleo, arroz o trigo como la actual. Rebajas salariales y del bienestar generalizadas utilizando la deuda pública como excusa para ello y negocio a la vez, que la introducción de una competencia fiscal entre estados que les lleva a conseguir que hoy en día sean imposibles la reformas fiscales progresivas porqué si un estado practica la justicia fiscal, pues se llevan a otro las inversiones y punto y ante esa amenaza no hay quien aguante. Ejemplos como el de Grecia y SYRIZA son significativos. Claro podemos hablar de traiciones alegremente, pero si silenciamos la acción genocida y criminal del capitalismo contra la justica, los derechos humanos, la democracia parlamentaria y la igualdad estamos siendo cómplices del propio capitalismo, aunque lo hagamos por miedo. También somos cómplices por mentir y desviar el asunto y ese es el fallo de los populismos buscando enemigos diferentes al capitalismo como inmigrantes y refugiados, castas y política, pues si no vamos a la raíz, solo engañamos o desviamos la cuestión.

No es ahora por ejemplo en el Estado Español nuestro principal problema real para el pueblo trabajador, una batalla de lazos o el seguir a burguesías de tal o cual identidad o centralista, todas ellas igual de corruptas y vividoras a costa de lo público. Es cómo combatir una desigualdad creciente que todas las burguesías hispanas (ese es el nombre que nos dieron a todas los romanos) propician y su férrea alianza con otras burguesías y con su instrumento principal: las multinacionales, los tratados de libre comercio y las alianzas militares. Los recortes, la llamada reforma laboral, la deuda pública y su pago por encima de todo, son los instrumentos que nos imponen ni siquiera desde Madrid, ni siquiera desde Bruselas sino desde la City, Wall Street o Singapur, Tokio, Hong Kong. Claro mejor nos peleamos entre nosotros y así ellos felices. Porqué claro, cual es la solución ¿Crear dos o tres paraísos fiscales más? ¿Quién pagará nuestras pensiones en una España desigual, con bajos salarios y empleos de mierda, peores cuando más jóvenes son sus perceptoras y más turismo hay?

El capitalismo existe. De verdad. El capitalismo son personas privilegiadas que rigen nuestras vidas. Tienen a su servicio ideas, medios de creación cultural y religiosa o inventan estados, uniones internacionales… Lo que haga falta. No soy un demagogo, ni miento. Ahora busquemos soluciones, incluso gradualistas, sociales y de más democracia. Salvemos el planeta. Pero sepamos en que mundo vivimos: La nueva crisis económica mundial capitalista que está ya con nosotros. Cómo la mala gestión de la crisis de 2008 hace reaparecer otra crisis financiera y de deuda pública. Cómo se comienza a especular con el trigo y pronto subirá el pan en el mundo. Cómo está la guerra mundial de divisas y del comercio. ¿Qué es eso de la ruta de la seda? ¿Van EE.UU y sus aliados en camino de una crisis sistémica irremediable?

Mientras tanto vamos a ir retejiendo alianzas internacionales del Trabajo y la izquierda, pero no desde las capillitas y el sectarismo radicalero, sino desde la realidad. Por ejemplo las huelgas de Ryanair, Amazón y similares. Los conflictos contra la “uberización” de la economía y las luchas internacionales de taxistas contra Uber y compañía; la solidaridad de los estibadores del mundo, son pequeños ejemplos, pero ahora es lo mejor que tenemos para mejorar el mundo, aunque no queramos verlo, aunque no nos dejen verlo, aunque nos desinformen. Observemos a las izquierdas socialistas de los EE.UU y Gran Bretaña. La lucha por Lula pues de lo que sea Brasil depende gran parte del mundo o de la reorganización de la izquierda del trabajo en Sudáfrica o las revueltas en Marruecos… las ya próximas revueltas del pan. Hay mucho que hacer.

A ver si desde las izquierdas políticas y sociales nos volvemos a centrar en lo esencial