domingo. 28.04.2024

La ultraderecha que nos viene

NUEVATRIBUNA.ES - 18.10.2010Hay situaciones que vivimos en este país que parecen sacadas de un curso de sainetes, pero de pésimo gusto.
NUEVATRIBUNA.ES - 18.10.2010

Hay situaciones que vivimos en este país que parecen sacadas de un curso de sainetes, pero de pésimo gusto.

Hallábame yo hace algunos días viendo la televisión, en esas horas en las que a una le apetece reposar la cena y hacer que alguien la entretenga con contenidos más bien ociosos que no ofendan a la inteligencia (me costó evitar el tema Belén Esteban), y me encontré con un reportaje sobre la presentación del libro del ínclito Anglada.

La frase principal de su discurso fue: “un moro es un moro”.

Miren que yo discuto lo que haya que discutir- siempre, y a poder ser, con argumentos-pero eso no admite enmienda posible. Ni argumentación en contra que valga.

Lo malo vino después. Realmente lo que quería decir tan ilustrado personaje (de tebeo) es que él no quiere moros en España, ni en el Barça ni en ningún lado. Que, ¡fuera los moros! . Y punto. Y que lo conseguirán capitaneados por Cristo, que es su comandante y amigo. Y además, debe de ser eficaz porque, según Anglada, nunca pierde una guerra.

Eso sí, el ínclito considera que el Papa comete un tremendo error al querer hermanar el Cristianismo con el Islam. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Es un error del Papa, indudablemente.

Lo curioso del caso que nos ocupa es que Anglada es un xenófobo ultraderechista muy peculiar. Me explico. Su partido se llama Plataforma per Cataluña, habla de España como si fuera suya, pero apoyó el Estatut de Cataluña como forma de autogobierno.

Y, entonces, la pregunta que me surge es: ¿Han cambiado las fronteras españolas y yo no me he enterado? ¿España está en Cataluña? ¿Sigue Cataluña en España?

Lo malo de los discursos de “charlatanes” de medio pelo es que, en ocasiones, no son argumentativos. Son pasquines de escaso gusto y con ánimo de libelar.

Pero el problema no es Anglada porque, en realidad, tiene suficientemente poca entidad intelectual e ideológica como para suponer un problema per se.

El problema es el apoyo que recibe de ciertos ámbitos de la derecha que han puesto a funcionar la maquinaria del xenofobismo como arma electoral. Estas gentes del PP que lo mismo juegan, de manera maquiavélica e indecente, con el tema de la inmigración que con la violencia terrorista. Da igual. Para ellos, el fin justifica los medios. La ética la tienen guardada, no vaya a ser que se gaste.

Todos ellos amparados por lo que se viene a llamar “La Caverna Mediática”, es decir, la relación de medios de comunicación ultraderechistas que se creen que poniéndose cien estampitas pegadas en la chaqueta con la bandera de España son más nacionales que el que no necesita hacer un repaso identitario de su persona a diario. De locos.

Lo malo es que esa caverna tiene más pasadizos que las Cuevas del Soplao y unos intereses tan oscuros y siniestros que sólo las mentes cuya claridad se encuentra en un estado de acreditada putrefacción son capaces de descifrar.

No se preocupen por reconocer a semejantes personajes.Tienen tal afán de protagonismo que, si no salen en los medios de comunicación, padecen efectos secundarios tales como escozor, hinchazón, picor, migrañas o jaqueca. No es que quieran aparecer tras la bandera, lo precisan. Es una cuestión de vital necesidad.

No sé qué les hace pensar que son mejores que los abertzales radicales que llevamos padeciendo desde hace más de 30 años. Defienden sus ideas de la misma manera. A golpe de pretendida imposición.

Es la tensión identitaria, la locura de los extremos, la necedad de la superioridad, el atrevimiento de los ignorantes y el peligro de los indecisos.

Lo dicho: de locos.

Leire Díez Castro - Presidenta de Red Laica para la Igualdad y la Diversidad


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