sábado. 27.04.2024

Elecciones a la vista

Cuando aterricé en esta tierra, allá por los años 80, uno de los periodistas que más me atraía era Luis Carandel. Leía sus columnas y escuchaba sus crónicas parlamentarias con entusiasmo. Qué capacidad de escribir a base de estar atento a las comparecencias de sus señorías y conjugar meteduras de pata y frases salidas de tono, hasta convertirlas en melodías audibles.

Cuando aterricé en esta tierra, allá por los años 80, uno de los periodistas que más me atraía era Luis Carandel. Leía sus columnas y escuchaba sus crónicas parlamentarias con entusiasmo. Qué capacidad de escribir a base de estar atento a las comparecencias de sus señorías y conjugar meteduras de pata y frases salidas de tono, hasta convertirlas en melodías audibles.

Periodistas de raza se les echa de menos siempre, en estos tiempos más que nunca, ¿Luis Carandel hubiera sido capaz de convertir tanta bazofia que pulula por la sede de la soberanía popular en estos días?

El fin de semana pasado estuve en Bruselas haciendo la ruta de Jacques Brel a sugerencia de unos amigos a los que me une la admiración por aquel rebelde y audaz cantante. Compartimos esa corta estancia, aunque densa en contenidos, como las canciones de Brel.

He descubierto una ciudad que no tiene nada que ver con la típica ciudad gris por su clima y por el trajín burocrático que entre semana lo llena tanto funcionario trajeado.

He descubierto un país que hasta funciona sin gobierno. Lleva más de un año sin gobierno. Que lástima Brel no tuvo esa oportunidad que tanto predicó con su cantar. En todo caso descubrir a un país sin gobierno, y que funciona, es una invitación a reflexiones serias y profundas.

Antes de salir hacía el aeropuerto me compré un lote de cerveza belga para compartir con unos amigos en los madríles. En el punto de cacheo me las quitaron. Al pasar ese punto me compré el mismo lote, más caro obviamente, y no he tenido ningún problema en introducirlo en el avión.

En mi país, en tiempos de elecciones, nos preparamos para hartarnos de riza ante qué promesa de los candidatos va a ser más sui géneris y surrealista. La que no tuvo ningún rival, en magnitud de extravagancia, fue aquella del candidato que prometió a sus votantes pagarles un viaje a la Meca. A uno de sus potenciales aliados le ofendió la oferta porque toda su vida había jurado que nunca iría a la Meca mientras fuese obligatorio hacer las plegarias con tela blanca. Como era forofo del Barça el color blanco le chirría!

Nunca pensé que aquella extravagante oferta electoralista y la actitud del forofo, la iba a superar ampliamente otras concurrencias, y menos en España. Cuando vi a un tal Fabra estrenar un aeropuerto para viandantes y a un tal Camps inaugurando la maqueta de un edificio dije que esto está llegando a niveles que nos interpelan, no sobre la salud mental de los candidatos, sino la de los que todavía creemos en el sistema democrático, porque como votante potencial estoy muy preocupado y lo que más miedo me da, no es cómo piensan algunos dirigentes/candidatos políticos de este país, sino qué es lo que piensan de nosotros cuando nos hacen similares proclamas.

Elecciones a la vista
Comentarios