lunes. 06.05.2024

28 abril: No a la muerte en el trabajo

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las muertes por accidente laboral no merecían ni una línea impresa, ni un corte radiofónico. La insensibilidad ante el accidente laboral se encontraba muy extendida. Hoy la situación ha cambiado, por una persistente labor sindical de visibilizar los riesgos laborales y las consecuencias de la irresponsabilidad en el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos en el puesto de trabajo.

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las muertes por accidente laboral no merecían ni una línea impresa, ni un corte radiofónico. La insensibilidad ante el accidente laboral se encontraba muy extendida.

Hoy la situación ha cambiado, por una persistente labor sindical de visibilizar los riesgos laborales y las consecuencias de la irresponsabilidad en el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos en el puesto de trabajo. Una tarea incansable de denuncia, información, reivindicación incansable.

Sin embargo, la crisis económica amenaza todo este trabajo sindical de muchos años. La crisis ha golpeado en primer lugar al empleo. Hemos perdido en Madrid, más de 175.000 puestos de trabajo, el 5,41 por ciento de nuestro empleo. Los expedientes de Regulación de Empleo han crecido un 20,5 por ciento en el último año y más de un 9 por ciento los trabajadores afectados. Con menor actividad económica en sectores con mayor presencia de accidentes, como la construcción o la industria, lo normal sería una caída importante del número de accidentes. De hecho en 2010 los accidentes laborales declarados fueron 103.757, un -6,55 por ciento menos.

Sin embargo el dato es engañoso. Por ejemplo, hemos perdido uno de cada seis empleos industriales, pero se mantienen los datos de muertes por accidente y los accidentes graves en la industria crecen un 23 por ciento. En la construcción es aún más alarmante. Con una caída de casi el 40 por ciento del empleo, las muertes por accidente crecen casi un 27 por ciento en el sector de la construcción.

Los datos tienen una interpretación muy clara. Pese a la pérdida de empleo los accidentes mortales y graves crecen en sectores de riesgo porque empeoran las condiciones de trabajo. Los empresarios no consideran la salud de los trabajadores como una inversión, sino como un gasto. Uno de esos gastos de los que se puede prescindir cuando hay que ahorrar.

La carga de trabajo aumenta. Las jornadas se prolongan. Los enfermos van a trabajar por miedo al despido. No competimos en tecnología, calidad, e innovación, sino en rebajas de costes laborales, a costa de la salud de los trabajadores. Nuestro modelo económico de crecimiento no sólo es especulativo sino que también es un atentado contra la salud de los trabajadores.

Hacer frente a esta situación de crisis, previniendo accidentes y enfermedades profesionales requieren proteger a las personas desempleadas.

El paro, especialmente el de larga duración, es fuente de enfermedades. Hay, además, que fortalecer los instrumentos de lucha contra la siniestralidad: el Instituto Regional de Salud y Seguridad en el Trabajo, la Inspección de Trabajo, la Fiscalía y los jueces, la policía judicial y local. Hay que actuar sobre la formación, el conocimiento y los Planes de prevención en las empresas fortaleciendo la negociación colectiva.

Hay que reforzar instrumentos de cooperación entre instituciones, en el combate contra la siniestralidad. Nuestra primera demanda al nuevo Gobierno Regional será la negociación del IV Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales.

Hay que hacer pública la lista de empresas en las que se producen accidentes mortales. Algo que viene siendo bloqueado por instituciones como la Comunidad de Madrid. Los sindicatos publicaremos las listas públicas de empresas en las que se producen accidentes mortales o graves.

Todo esfuerzo será poco, para que el trabajo de muchos años para mejorar condiciones de trabajo y evitar accidentes, no sea destrozado por una crisis salvaje como la que vivimos.

Este Día Internacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, en las inmediaciones del 1º de Mayo, adquiere un carácter reivindicativo aún más importante

El trabajo es una de las actividades humanas más dignas. El trabajo se puede perder, crear, recuperar, pero los muertos en accidentes no vuelven. En esto no hay nuevas oportunidades y por eso, con la vida de los trabajadores y trabajadoras, no permitiremos que se juegue.

28 abril: No a la muerte en el trabajo
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