jueves. 02.05.2024

En lo que se refiere a la Sanidad, podemos constatar, cómo en la película John Q. se nos muestra lo que ocurre en una sanidad privatizada, que como acaece en el país al que se le atribuyó el slogan de "El sueño americano"; la realidad es que, sin ningún escrúpulo, el capitalismo considera como democrático, el comercio con las enfermedades, tanto a nivel médico, como farmacológico. Con indignación vemos cómo un niño que necesita urgentemente un trasplante de corazón, que su padre no puede costear, debido a que los gastos médicos son demasiado elevados para una familia media americana, su padre, John Q., está dispuesto a inmolarse para que su hijo no fallezca. 

Ésta es una realidad que nos muestra hasta dónde nos ha llevado este modelo de economía de mercado. En esta situación no puedo detenerme en la indignación que me embarga cuando veo, que aquéllos que dicen que "No hay alternativa", no van más allá de una situación, que como la que se tuvo que enfrentar aquel padre, representó para él, que hay momentos en la vida en los que para desdecir aquella negatividad, merece la pena que al menos nos comportemos con dignidad y con coraje. Una indignación que como una chispa nos lleve a aquel incendio que provocó lo que fue el 15M. Un incendio que nosotros mismos apagamos, como consecuencias de la indolencia que caracteriza a las masas, cuando éstas se tienen que enfrentar con una situación que, debido a los rasgos que caracterizan a nuestra naturaleza, requiere una perseverancia. Y es por ello por lo que me pregunto ¿ante nuestra capacidad de tolerar todo aquello que hemos venido soportando, quién de los dos personajes de estas películas podrá tener razón? El que nos dice que “el cambio sólo viene cuando el dolor es más grande que el miedo al cambio; ¿o el que simplemente nos conduce a “un callejón sin salida”? ¿Llegaremos algún día a asumir que para modificar la trayectoria que sigue nuestra historia tendremos que eliminar de nuestra mente aquella “No hay alternativa” pronunciada por una nefanda política, de cuyo nombre no quiero acordarme. 

La realidad es que, sin ningún escrúpulo, el capitalismo considera como democrático, el comercio con las enfermedades, tanto a nivel médico, como farmacológico

A mi entender, para superar esta indolencia tenemos que volver a ponderar el artículo que con el título "La compra colectiva como arma de consumo combativo, escribió Malouney el 12 de Octubre del 2016, en el periódico digital Rebelión. Un artículo en el que entre otras cosas se decía que:

“Una acción coordinada para no comprar en una empresa capitalista concreta no daña al capitalismo si nos vamos a comprar descoordinadamente a otras empresas capitalistas. El boicot, bien entendido, es una coordinación del consumo, es decir, la planificación de dónde no vamos a consumir tanto como la coordinación de dónde sí vamos a hacerlo”.

Entiendo la buena voluntad con la que el señor Malouney escribió ese artículo. Sin embargo tengo que objetar, que si bien las grandes empresas pueden establecer sus precios, tanto coordinándose secretamente entre ellas, como acordando disminuir la oferta -al objeto de que el demandante de productos de primera necesidad tenga que verse obligado a pagar unos precios abusivos-, la coordinación que se precisa para llevar a cabo un consumo combativo tiene necesariamente que ser colectivamente difundida de manera informática. Lo que ocurre es que éste sería un proceso, que al ser conocido por los que supuestamente deberían estar defendiéndonos, podría ser abortado a través de unas intervenciones de la Red. Unas intervenciones que éstos que hemos elegido como representantes de nuestros intereses, intentarían justificar, tanto por la desestabilización económica que se habría de producir, como por la fuga de empresas a otros mercados en los que no se hubiera organizado un consumo combativo; pero sobre todo por el temor de que unas fuerzas ajenas al mercado (como son las FF.AA. y las órdenes impartidas por el Gran Capital), provocaran un golpe de Estado en la defensa de sus propios intereses. Lo que ocurre es que, como nos muestra la historia de nuestras luchas en la defensa de nuestros derechos, esta historia tenemos que continuarla. 

Un incendio [15M] que nosotros mismos apagamos, como consecuencias de la indolencia que caracteriza a las masas

Son muy loables las pretensiones del señor Malouney, cuando dice:

“Aspiramos a una sociedad en que la producción esté determinada por el consumo y no al revés, como sucede bajo el capitalismo. Entendemos la compra colectiva como una forma de continuar desarrollando nuestra cada vez más desarrollada organización del consumo. Con Karakolas no sólo hemos perfeccionado herramientas sino, más importante aún, estructuras de coordinación y toma de decisiones conjuntas.

Se manejó un trabajo del extinto colectivo Banda Ancha publicado en 2012 bajo el título «La compra colectiva como instrumento de lucha contra el capitalismo», del que rescatamos los siguientes párrafos:

En el mercado capitalista, toda compraventa es una negociación entre partes contrarias. Llamamos compra colectiva a la compra organizada en red con el objeto de conseguir mayor poder de negociación frente a las empresas capitalistas, la parte contraria. A mayor fuerza de compra, más poder de negociación. El efecto inmediato de la compra colectiva es el abaratamiento del precio del producto.

La explotación laboral es un fenómeno económico, no jurídico, que en el caso concreto del asalariado se da cuando el factor de decisión en una unidad productiva es el capital y no el trabajo”.

Lo que ocurre es que como él mismo dijo

Se manejó un trabajo del extinto colectivo Banda Ancha publicado en 2012.

Es decir, algo ocurrió, para que el colectivo Banda Ancha tuviera que desaparecer. Esa es la cuestión. Ser o no ser. Como dijo el príncipe Hamlet. Y para Ser, se necesita recurrir a otra manera de actuar que por ser ejecutada a través de unas exteriorizaciones individualizadas en las que se manifestaran nuestras impugnaciones al orden establecido, se estaría difundiendo de forma colectiva lo que cada uno de nosotros estuviera pensando. Se estaría refrendando el poder que caracteriza la manera de actuar de las masas.

La coordinación que se precisa para llevar a cabo un consumo combativo tiene necesariamente que ser colectivamente difundida de manera informática

Es cierto que, en la mayor parte de los casos, esos Seres, como masa, acostumbran a no utilizar la inteligencia. Han asumido aquello de "coma pienso y no piense" Ni siquiera son conscientes de su propia inconsciencia. En su modo de actuar, dejan que sean otros los que actúen y piensen por ellos. Pero no es menos cierto que una vez provocada la chispaque lleva al incendio, debido a otra de las conductas que caracteriza a las masas, ese incendio conlleva la disyuntiva de que, o bien la situación a la que se ha llegado representa una realidad que tiene que ser subsanada, o mal se decide, que ha de que ser reprimido por la fuerza bruta.

En este contexto, para llegar a Ser, tanto los que nos tenemos como Seres provistos de inteligencia, como los otros, que al estar igualmente dotados, también tienen que ponderar las consecuencias, tenemos que obrar en función de lo que esa inteligencia nos obliga. Unos "otros" que a pesar de lo antedicho, en la mayor parte de los casos actúan y piensan sin pensar lo que hacen. Con lo cual, llegamos a un punto en el que siendo necesaria la colaboración de seres que yendo más allá de las subjetividades que caracterizan a aquellos "otros", utilicen esta facultad para ponerla al servicio de la comunidad. Estos "pensadores" o intelectuales son los llamados a alumbrar el camino en el que, los que el pensar lo interpretan como pienso, luchen tanto por su liberación de estar atados al pesebre, como por un despertar que sólo se consigue a través de una culturalización que es la clave para conformar una concienciación y una voluntad que nos libere de la disyuntiva de aquel Ser o no Ser.


Como dijo Leopoldo Marechal: 

"De los laberintos sólo se sale por arriba. Una frase difícil de discernir, salvo que se comprenda que elevándose hay otra perspectiva y entonces sí es posible encontrar la salida"


Nota: Fin de la serie

Conciencia para alumbrar el camino