viernes. 26.04.2024
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La acrotomofilia, es una parafilia poco común que consiste en sentir deseo sexual por alguien que tiene algún miembro amputado. Fuera de la atracción por un miembro amputado, el resto de los cánones de belleza son los habituales. Los sujetos acrotomofílicos se sienten atraídos por los tocones o muñones resultantes de alguna parte del cuerpo amputada. Es más frecuente la preferencia por las amputaciones de piernas y brazos. 

Money y Simcoe dividieron el fenómeno, de manera que llamaron apotemnofilia a la parafilia vinculada a la propia amputación y denominaron acrotomofilia a la parafilia orientada a la amputación de la pareja. Varias décadas más tarde apareció en la literatura científica, el término BIID para denotar que en los wannabes, palabra derivada del inglés (quiero ser…como otra persona) existía una alteración en la identidad corporal y este último término desplazó al de apotemnofilia y junto con él, al componente sexual. Los resultados de una encuesta telefónica hecha a 52 individuos que se autodenominaban wannabes: el 63% de ellos indicaba que su motivación principal era el deseo de la amputación, mientras que el 52% describía al componente sexual como una motivación secundaria muy importante. En una posterior se encontró que la gran mayoría de las personas con BIID sienten atracción sexual hacia personas que tienen amputaciones. En consecuencia, su hipótesis fue, que, dado que las personas tienden a buscar parejas que son similares a ellos, los individuos con BIID podrían buscar en su pareja similitudes en cuanto a sus intereses y rasgos de personalidad. Si una persona se siente "completo" sólo después de la amputación de una extremidad, es comprensible que prefiera a una pareja que también está "completa" de esa manera.

Octavio Paz dijo: ”erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje”

A veces estas personas terminan amputándose uno de sus propios miembros. Un testimonio real se expone a continuación:

"Tengo 73 años, y prácticamente desde que tengo memoria siento el deseo de vivir con una sola pierna. Con cuatro años ya deseaba ser un amputado". Quien habla es Dan, un ingeniero que vive en Wyoming (Estados Unidos) tras pasar por otros seis estados del país además de por Alsacia y Grenoble (Francia). Conservó su pierna izquierda hasta los 65 años.

Esta sensación tiene un nombre propio: desorden de identidad de la integridad corporal, o BIID, por sus siglas en inglés. Como Dan, hay muchos más casos en el mundo, aunque no existen registros oficiales, se desconoce la prevalencia. Quienes la padecen sienten el deseo irrefrenable de amputarse una o más extremidades sanas de su cuerpo. Sienten que no debería estar ahí, que no les pertenece.

Algunas personas con este síndrome también sienten deseos de contar con alguna discapacidad sin que sea necesariamente la amputación de una extremidad. Los hay quienes se quedan ciegos o sordos a propósito. En algunos casos, incluso se realizan autolesiones, como congelarse la pierna y acudir a urgencias esperando la amputación. Solo la consiguen en casos extremos: el código ético de los médicos les impide mutilarles un miembro sano.

Recuerda sentir "envidia de los amputados" desde que la infancia, y su atracción por mujeres amputadas comenzó en la adolescencia. Las prefiere así, pero no es un requisito. Aquí cabe decir que hay una categoría dedicada a ello en el porno: RAK. Ahora está casado con una mujer (sin amputaciones) que no encajó bien el momento en que le contó su vieja aspiración de perder una pierna. Luego, todo cambió. "Tras la cirugía, descubrió que estaba más feliz y era más fácil llevarnos bien, ahora tenemos una relación muy buena".

Ni en Estados Unidos ni en Europa encontró a ningún cirujano que quisiera amputarle una pierna sana, así que tuvo que marcharse a Filipinas en 2005. Allí localizó a un doctor que le ofreció amputarle su pierna por 10.000 dólares. Dan, por sus reticencias ante las capacidades del cirujano y por el alto precio solicitado acabó descartando la idea. Unos años después la hizo real con otro médico, aunque no quiso dar más detalles: "fue en un país asiático, mejor no decir el nombre".

Por último, compartir esta reflexión de Octavio Paz: ”erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje”


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Parafilias poco comunes: acrotomofilia