martes. 30.04.2024
mauricio macri
Mauricio Macri. (Imagen de archivo)

La realidad política argentina supera con creces las ficciones hilarantes que algún Luis García Berlanga -criollo y de estos tiempos- hubiera podido imaginar para nuestro deleite. Ni los Monty Python se atrevieron a semejante desparpajo, a tamaño esperpento. Tanto es así, que de no ser porque se trata de una verdadera amenaza para la democracia y los derechos conquistados, la irrupción en escena del libertario despeinado Javier Milei, con sus desvaríos, sus contradicciones y sus arrebatos iracundos, representaría una auténtica y fenomenal humorada.

Sin embargo, a una buena parte de la sociedad que concurrirá a las urnas por tercera vez el próximo 19 de noviembre, Milei ya no le hace ni puta gracia; más bien todo lo contrario. “Es un psicópata”, “Está loco”, “Es muy peligroso para el futuro del país”, sostienen ahora muchos de quienes aplaudieron la catarata de insultos, misoginias, privatizaciones oceánicas, venta de niños, de órganos y demás horrores que el “León” de La Libertad Avanza expuso como “programa de gobierno”, antes de aliarse con los mismos a los que previamente había defenestrado; esos a los que como latiguillo de campaña llamó “casta”, incluida su otrora oponente -hoy aliada-, Patricia Bullrich, a la que el domingo del debate presidencial, y en riguroso directo, adjetivó como “montonera tira-bombas asesina de niños”. Los jubilados, a los que el ultraderechista bautizó como “Viejos Meados”, tampoco están dispuestos a seguirle el juego.

Lo cierto es que tras la victoria parcial del peronismo, representado en la figura de Sergio Massa, el libertario pidió a gritos la ayudita de su mentor en las sombras, de su titiritero, de ese a quien más le interesa el triunfo de Milei para asegurar la continuidad de su impunidad: Mauricio Macri. “Antonia me dijo: papá, tenés que apoyar a Milei”, confesó hoy el evasor off shore en referencia a su hija de 11 años, quien le habría pedido que apoyara al loco de la motosierra. “Si Antonia me dice eso, palabra sagrada”, aseguró el ex presidente procesado por espionaje ilegal y otras tantas causas que duermen el sueño de los justos.

El libertario y el ex presidente necesitan impedir que sea nuevamente el peronismo quien tome las riendas del país

El libertario y el ex presidente necesitan impedir que sea nuevamente el peronismo quien tome las riendas del país. Y ambos tienen sus razonables intereses para haberse zambullido en aguas tan peligrosas que lo más probable sea que terminen ahogándose. El resquebrajamiento de la mayor alianza opositora argentina ya es un hecho. Juntos por el Cambio, el partido con el que Mauricio Macri llegó en 2015 a la presidencia (no sin la fabulosa ayuda de los medios de comunicación que escondían los trapos sucios del empresario reconvertido a la política, mientras que atacaban con falsas denuncias al kirchnerismo) ya no existe más; implosionó tras saberse que fue el mismísimo Mauricio Macri quien estuvo jugando en contra de su propio equipo, y a favor del loco libertario.

Internamente, La Libertad Avanza pierde adeptos con la misma velocidad con la que su líder se abraza a la casta a la que aseguraba querer combatir. “Estoy decepcionado. Aposté por un Milei anti-casta, no por un Milei casta que aceptó un arreglo por un resultado electoral”, expresó ayer el legislador electo Carlos Damasco, quien sostuvo además que “con el acuerdo con Juntos por el Cambio están defraudando a los votantes”

La semana política ha sido un verdadero teatro de variedades; un teatro en cuyo escenario se ha demostrado que los principios del “León” eran los que eran, pero que si a Macri no le gustaban, bien podían convertirse en otros. La alianza Macri-Milei no hace más que dejar al descubierto el rostro verdadero de los más nefastos personajes de la política nacional. La Libertad Avanza y Juntos por el Cambio firmaron sus respectivos certificados de defunción. En el horizonte del 19 de noviembre asoma nuevamente el peronismo, ese dolor de cabeza que los cipayos vende-patria y los libertarios vende-órganos están decididos a exterminar, aunque sin ningún éxito.    

Macri, el titiritero de Javier Milei