martes. 30.04.2024
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@jgonzalezok |

El candidato peronista Sergio Massa le dio vuelta a los resultados en las elecciones primarias del pasado 13 de agosto, colocándose en primer lugar de la carrera presidencial. En aquella ocasión quedó en tercer lugar, con lo que se quedaba fuera de la segunda vuelta. Pero este domingo Massa logró la hazaña de recuperarse, con lo que tiene grandes posibilidades de ser el próximo presidente de la Argentina, partiendo como favorito en la segunda vuelta, el 19 de noviembre. Massa creció casi 15 puntos desde las primarias.

Los resultados provisionales con el 98,42 % de las mesas escrutadas son los siguientes: Sergio Massa (Unión por la Patria, peronista), 36,67 %; Javier Milei (La Libertad Avanza, ultraderecha), 29,99 %; Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio, centroderecha), 23,83 %; Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País, peronista disidente), 6,78 %; y Myriam Bregman (Frente de Izquierda), 2,70 %.

El impresionante resultado conseguido por Massa no se vio afectado por la pavorosa crisis económica y social -a pesar de su responsabilidad como ministro de Economía-, ni por los impactantes casos de corrupción en su espacio político que se conocieron en las últimas semanas.

Massa anunció un gobierno de unidad nacional a partir del 10 de diciembre, “construido sobre la base de convocar a los mejores sin importar su fuerza política”

Tras conocerse los resultados, Massa hizo un discurso en el que pidió el apoyo de los votantes del Frente de Izquierda, de los que siguieron al peronista disidente Juan Schiaretti y a los radicales (de la Unión Cívica Radical), uno de los integrantes de la coalición que llevaba como candidata a Patricia Bullrich. Y decretó el fin de la grieta, un concepto que se instaló en los últimos años para explicar las diferencias políticas irreconciliables entre el kirchnerismo (la versión peronista que dirigió el movimiento desde el 2004) y el resto de las fuerzas políticas. Massa anunció un gobierno de unidad nacional a partir del 10 de diciembre, “construido sobre la base de convocar a los mejores sin importar su fuerza política”.  

La primera conclusión que cabe sacar de los resultados de este domingo es que el uso de todo el aparato del Estado al servicio de Massa dio sus frutos. En Argentina se habla del “plan platita”, en referencia a un clientelismo que incluyó el reparto de electrodomésticos en barrios populares. También surtió efecto la política del miedo, con propaganda en los medios de transporte, cuya tarifa está fuertemente subsidiada, informando de lo que sería el costo del viaje si el oficialismo perdía las elecciones. Y los aproximadamente dieciocho millones de personas que dependen de una u otra forma del Estado, acabaron votando masivamente a Massa ante la perspectiva de que Milei o Bullrich metieran mano en el empleo estatal.  

El rival que tendrá Massa en la segunda vuelta, el ultraderechista Javier Milei, se venía ufanando de que vencería con un nivel de votación tal que no necesitaría ir a una segunda vuelta. El resultado, por tanto, es un pequeño fracaso ya que prácticamente se mantuvo en el caudal de votos que tuvo en las primarias. Al igual que Massa, comenzó la seducción sobre parte de los votantes que apoyaron a Patria Bullrich. Saludó en su discurso a Jorge Macri (primo del ex presidente) y Rogelio Frigerio, candidatos triunfantes a jefes de gobierno en la ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Entre Ríos. Y dijo estar dispuesto a barajar y dar de nuevo, dando por terminada la etapa de agresiones, en referencia a sus encontronazos con Patricia Bullrich. “Todos los que queremos un cambio debemos trabajar juntos para terminar con el kirchnerismo”, dijo Milei.

Macri coqueteó en la campaña con Milei y cabe suponer que parte de los votos de dicho espacio irán para el candidato de la ultraderecha

Para Juntos por el Cambio, que llevaba a Patricia Bullrich como candidata, el resultado es similar a una catástrofe nuclear. Está en duda que se pueda mantener la coalición, ya con fuertes tensiones internas entre el PRO, el partido del ex presidente Macri, y la Unión Cívica Radical. Macri coqueteó en la campaña con Milei y cabe suponer que parte de los votos de dicho espacio irán para el candidato de la ultraderecha, mientras que otros irían para Massa. La duda es saber en qué proporción se repartirán entre uno y otro.  

Patricia Bullrich se había enfrentado en las primarias de agosto con el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Pero no pudo retener todos los votos de su adversario, a pesar de que la candidata anunció que éste sería jefe de gabinete en su futuro gobierno. La realidad es que Juntos por el Cambio perdió 1,4 millones de votos entre las primarias y la primera vuelta y que parte de los votos del todavía alcalde de Buenos Aires se repartieron entre Massa y Schiaretti, no fueron a Bullrich.

Las elecciones de este domingo no solo fueron presidenciales: se renovó la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. El partido de Milei, que tenía solo dos diputados y ningún senador, pasará a tener un bloque de 38 diputados y 8 senadores. El oficialista Unión por la Patria perdió 12 representantes en el Congreso, pasando de 118 a 106 escaños. Y Juntos por el Cambio perdió 24 escaños, quedando con 93. Un parlamento en el que, cualquiera que sea el presidente, deberá negociar para aprobar leyes e incluso para tener quorum para iniciar cualquier sesión.

Euforia y sorpresa en el peronismo por el resultado electoral