sábado. 27.04.2024

El G-8 confía en que Estados Unidos pondrá en marcha un marco de consolidación fiscal para el medio plazo "claro y creíble", que además será coherente con la creación de empleo y el crecimiento económico.

En el comunicado final de la cumbre que se ha celebrado este jueves y viernes en la localidad francesa de Deauville, los presidentes de los países que integran el G-8 consideran que Europa ha adoptado un amplio paquete de medidas para lidiar con la crisis de deuda soberana a la que se enfrentan algunos países de la unión y cree que el continente continuará haciendo frente a la situación "con determinación".

Los presidentes de los países que integran el G-8 (Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Rusia, Estados Unidos, Canadá y Japón) considera que Europa también proseguirá con la "rigurosa consolidación fiscal", al mismo tiempo que adopta reformas estructurales para impulsar el crecimiento.  

En el caso de Japón, señala en que, al mismo tiempo que aporta los recursos necesarios para la reconstrucción después del "desastre" provocado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo, las autoridades niponas también harán frente a la sostenibilidad de sus finanzas públicas.

En términos generales, las ochos países aseguraron que están "decididos" a tomar las medidas necesarias de forma colectiva e individual para hacer frente a los actuales desafíos comunes a los que se enfrenten e inciden en que su prioridad sigue siendo promover la creación de empleo.

PELIGROS PARA LA RECUPERACIÓN

Asimismo, el G-8 también destaca que la recuperación global está "ganando fuerza y es cada vez más autónoma". Sin embargo, advierte de que los riesgos a la baja para el crecimiento aún persisten y los desequilibrios tanto internos como externos aún persisten.

El G-8 advierte en concreto de que el fuerte incremento en los precios de las materias primas, así como su excesiva volatilidad representan "vientos en contra" para la recuperación económica.

En este contexto, los ochos países han acordado seguir centrados en las acciones necesarias para mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas, fortalecer la recuperación e impulsar el empleo, reducir los riesgos y asegurar un crecimiento "fuerte, sostenido y equilibrado", que incluya también de reformas estructurales.

Por último, el G-8 también mostró su compromiso con el proceso puesto en marcha por el G-20 para ampliar la cooperación y el diálogo político, particularmente en su agenda sobre la reforma del sector financiero, así como en lo relacionado con mitigar la volatilidad de precios y fortalecer el sistema monetario internacional.

El G-8 espera de Estados Unidos un plan “creíble” contra el déficit