viernes. 03.05.2024
Slowdive
La banda británica Slowdive.

Sarahi García | @Sarii15G

Tras una larga espera, la banda británica Slowdive está de regreso con un nuevo disco bajo la manga, Everything Is Alive, lanzado el pasado 1 de septiembre.

Las complicaciones de reunirse en un estudio en época de pandemia dificultaron a la banda lograr sacar adelante el sucesor de su último disco homónimo publicado en 2017.

Como ya ha contado el quinteto en varias entrevistas, partieron de 30 canciones para reducirlo en un total de ocho temas que forman parte del nuevo álbum, distribuido por la discográfica Dead Oceans.

Te desgranamos más abajo Everything Is Alive (2023).

Probablemente una de las cosas a destacar positivamente es la elección de shanty como inicio del disco, con una apertura poderosa, más electrónica de lo que nos tienen acostumbrados, pero manteniendo la línea de esas guitarras ruidosas en el fondo. Curiosamente fue la primera canción en la que trabajaron para el nuevo disco.

Prayer remembered es el único tema del disco plenamente instrumental, que recuerda ese momento de calma antes de la tempestad. Como consecuencia la transición a la siguiente canción, Alife, es perfecta. Una de las canciones más poperas, donde sobre todo predomina la voz de Rachel Goswell (rara vez visto) por encima de Neil Halstead, cantante principal de la banda.

Seguimos con Andalucia plays (no, no tiene que ver con nuestro país), inspirado el título por Andalucía de John Cale. Esta canción ha pasado a ser una de las más delicadas de la banda, cantada principalmente por Neil. Nos trasladamos, pasando el meridiano del álbum, a la canción más popera de toda la discografía de Slowdive, Kisses. Recordemos que fue el primer single de su regreso tras seis años, y que seguramente sonará en más de un spot publicitario o serie/película por su pegadiza letra.

Otro de los temas es Skin in the game, un sonido melancólico pero que se siente tan acogedor como un cálido abrazo, para finalizar con un clímax donde te invaden todos los sentimientos de una. Lo sigue Chained to a cloud, la canción más larga del disco (6:51). Se siente como si estuvieras levitando en el cielo y chocando con las nubes a tu alrededor, esa sensación de libertad, en parte gracias al recurrente sintetizador usado durante toda la pista.

Para el final, tenemos uno de los mejores temas del álbum, The slab, que tiene ese punto post rock. Un sonido denso y pesado que hace una delicia como cierre final de Everything is Alive.

Estamos ante un álbum que de alguna manera ha sabido mantener esa magia a la que nos tienen acostumbrados a lo largo de las décadas, desde que se formó la banda en 1989. Nos han ofrecido un nuevo sonido, fresco, quizás más electrónico, pero manteniendo la esencia que hace a Slowdive ser una de las bandas icónicas dentro del género shoegaze.

Slowdive está más vivo que nunca