sábado. 27.04.2024
Teatro del Barrio

Pablo D. Santonja | @DatoSantonja

Contención Mecánica es una obra biográfica. Es un relato que cuenta la historia de muchas vidas, a través del buen hacer de 5 actores en escena. La obra persigue un objetivo: denunciar los abusos cometidos en las unidades psiquiátricas en los hospitales españoles, haciendo especial denuncia a la práctica que da nombre a esta pieza: la contención mecánica. Una práctica que consiste en inmovilizar de manos, torso, piernas y pies al paciente durante horas, o días, a criterio del personal médico. 

Durante el transcurso de la performance vemos los testimonios de personas reales que han expresado sus experiencias, a través de diferentes técnicas narrativas: monólogos, audiovisuales, simulacros de concursos que dejan más que palpable la desigualdad actual, minutos “de silencio” que sirven como un jarro de agua fría reflexivo… Contención Mecánica no da tregua, y consiste en transmitir ese ahogo y desasosiego verbalizado por las personas pacientes de salud mental. 

Desde el inicio queda claro el marcado tono satírico con cierto toque de humor negro, al presentarse los actores todos vestidos iguales con máscaras de ratas de laboratorio. Un juego que perdurará hasta el final de la obra y que sirve como un símil perfecto para llevarnos al balcón donde se asoman estas historias. 

La obra persigue un objetivo: denunciar los abusos cometidos en las unidades psiquiátricas en los hospitales españoles

Zaida Alonso nos traslada el trabajo de investigación y entrevistas de forma en que la información final nos llega clasificada en bloques de temática, para que ningún punto de esta obra performática de protesta y denuncia se pierda por el camino. De la mano de Rafael Carvajal, activista “loco”, como se autodefine, aporta algunas de sus composiciones y vivencias para ser contadas de primera mano, sin trapos húmedos pero sí con mucho humor. 

Tras salir de la obra, se nota en el ambiente que algo ha cambiado en los espectadores, y un murmullo en general se sitúa sobre el Teatro del Barrio que va creando consciencia y haciendo efecto en su labor de activismo. 

Teatro del Barrio

En una animada charla con la autora nos comenta que el inicio de este proyecto surge desde la creación de una obra anterior, “La liberación de la locura”, que hablaba del estigma de un diagnóstico psiquiátrico. A través de conocer de cerca la realidad de los afectados, unido al caso de Andreas, una chica de 26 años que falleció tras estar atada 75 horas, decidieron retomar el tema para plasmar esta realidad silenciosa. Tras presentarse en el festival SURGE de la Comunidad de Madrid fueron seleccionadas para estar en el festival de Otoño. En el proceso de investigación, Zaida se topó con Rafael, gracias al movimiento de “Orgullo Loco”. Desde entonces iniciaron una sinergia que da pie a la obra, incluyendo este hecho a una de las escenas de la obra. 

Una comedia que brota del amor y el respeto al tema que se está tratando, alejando el discurso de una visión paternalista

Rafael tiene a sus espaldas años y años de activismo loco, y dice alto y claro que “no se ha sentido menos humano que cuando ha sido atado”. Lo difícil de enfrentar una situación estresante y dolosa para el paciente, agravado por la violencia y acto de la contención, muchas veces, sin recibir explicaciones, o cuando el paciente está completamente relajado y participativo. 

No voy a ocultar la sorpresa de este redactor a la hora de enfrentarse a la palabra “loco”, palabra que pudiendo tener una connotación popular cargada de negatividad, ellos cogen y abanderan. La conversación se convierte en un debate entre los diferentes tipos de contención: mecánica, química, verbal… y los conflictos que les ocasiona el volverse dependientes de la medicación, haciendo casi imposible la vida sin ellos. “Es la pescadilla que se muerde la cola”, reafirma Zaida, “consumes estos medicamentos y crean adicción a estos medicamentos para que sigas necesitándolos”. 

 “No hay cura para la locura”, añade Rafael, “así que vamos a normalizarlo. Prefiero ser gracioso a ser penoso”, comenta cuando hablamos de la importancia del humor y los toques de absurdo dentro de la obra. Una comedia que brota del amor y el respeto al tema que se está tratando, alejando el discurso de una visión paternalista.

Una obra que presenta un gran trabajo humano, un gran trabajo de investigación, y una gran implicación

Marta Plaza, activista del movimiento loco, nos comenta uniéndose a la conversación que existen múltiples sistemas hoy en día en los que la contención mecánica no es siquiera una opción a tener en cuenta en terapia. ¿Por qué en otros países se ha conseguido eliminar esta práctica y en España no? Los tres interlocutores coinciden en la idea de que es mucho “más fácil” medicar, y contener. “En otros países se ha instaurado un sistema novedoso y transgresor para las crisis de los pacientes: preguntar qué necesitan, hablar con ellos y tranquilizarlos” ironiza Rafael. 

La idea que engloba toda esta historia es que si la contención se presenta como una opción, siempre se va a utilizar. Si se elimina de la ecuación surgen otra serie de herramientas que humanizan a la persona y la tratan con respeto. La contención mecánica no hace más que crear un miedo en la persona afectada a ser atendida, a acudir al hospital, a pedir ayuda. La solución vendría por conseguir una relación más horizontal que trate al paciente como personas, no como sujetos de estudio. 

Contención Mecánica es una pieza que habla claro, va directa y te presenta la información de múltiples formas para llegue al mayor número de personas posibles. Una obra que presenta un gran trabajo humano, un gran trabajo de investigación, y una gran implicación detrás de cada una de las personas implicadas. Lo mejor que se puede decir de ella es que es necesario ir a verla. Un testimonio real de una vivencia desconocida por muchos que da la cara para buscar y generar un necesario cambio de mentalidad en la sociedad. 

'Contención Mecánica': el altavoz necesario de la realidad de la salud mental