domingo. 12.05.2024

Úrsula San Frutos | @_suula_

La puerta mágica, dirigida por Jeffrey Walker, es una historia sobre el caos y la magia, y sobre el talento oculto. A través de un montaje fresco y ágil, Walker nos hace entrega de una historia que, a pesar de cumplir con rigor todos los arquetipos de su género, resulta poco convencional.

Comienza con Paul Carpenter (Patrick Gibson) viviendo en el apartamento más cutre de Londres y buscando un trabajo. La mañana en la que por fin tiene una entrevista, todo sale del revés. Desde no tener ropa limpia hasta que explote la tostadora, pasando porque un perro le robe la bufanda. De la noche a la mañana, se convierte en becario de una empresa que ni él ni su compañera Sophie (Sophie Wilde) entienden. Todo es extraño: los empleados, el edificio y las tareas que deben realizar.

Sophie es ascendida rápidamente, mientas que Paul queda relegado a un destartalado despacho inspeccionando mapas. Pronto, dos de los grandes jefes de la empresa, Dennis Tanner (Sam Neill) y Humphrey Wells (Christoph Waltz), le encargan a Paul una descabellada misión: encontrar una puerta mágica, que podría estar camuflada como cualquier cosa dentro del edificio. Paul la encuentra después de días de búsqueda, solo para descubrir que Humphrey es un poderoso mago que encerró a su padre en ella y pretende usar su magia para doblegar la voluntad de toda la humanidad a su antojo.

Buenos actores, buen montaje y una historia de fantasía convencional son ingredientes que dan como resultado una película fácil de ver

Lo mejor trabajado de este film es la primera parte, que sirve de presentación de los personajes principales y de la empresa en la que va a trabajar Paul. El montaje sólo se puede definir como caótico, pero no por descuido ni falta de dedicación, sino todo lo contrario. Está cuidado hasta el último detalle para que la situación resulte tan incomprensible que suscita la risa. Ninguna escena tiene sentido por sí sola, ni puesta en contexto con las demás de esta parte, y cumple su propósito de manera brillante.

puerta_magica_cine

Ahora bien, el resto de la historia es predecible. Bien ejecutada, sí, pero no novedosa. Es la típica historia de fantasía, con su viaje del héroe presente y personajes redondos, un antagonista con un plan malvado y un personaje femenino para complementar al protagonista. Nada que no se haya visto antes. Es una estructura clásica donde las haya, que no quiere decir que sea mala. De hecho, el resultado es bastante bueno. Cumplir con lo establecido es una apuesta casi segura.

A pesar de esto, de que no introduce ninguna innovación, siempre es un gusto ver actuar a Patrick Gibson. Neill y Waltz son dos veteranos de la pantalla, por lo que queda un reparto profesional y casi brillante. Buenos actores, buen montaje y una historia de fantasía convencional son ingredientes que dan como resultado una película fácil de ver, divertida en ciertos momentos, que puede gustar a prácticamente cualquier tipo de público. Nada nuevo, no, pero los clásicos lo son porque funcionan. 

'La puerta mágica': lo de siempre funciona