jueves. 09.05.2024
Al Pacino
Al Pacino

Pablo D. Santonja | @Datosantonja

Hace poco leí un artículo sobre la vejez en los actores de “Hollywood de siempre”. Si le pregunto a mi abuela, los actores del Hollywood de siempre” son James DeanJames StewartGary Cooper o Gregory Peck, pero no, el tiempo pasa y los actores a los que hacen referencia son Robert de NiroJack NicholsonAnthony Hopkins, o Al Pacino

Son actores que en la era actual nadie pone en duda su valía como intérpretes, debido a que la gente que los venera ha crecido con películas que marcaron un antes y un después en sus vidas. Películas como Casino, Scarface, El Padrino… material del cual cualquier entendido en cine se daría golpes de pecho y exclamaría un “eso si es cine”. 

Pero en la actualidad la realidad es tan dura y simple como aceptar que tus héroes de antaño ahora son ancianos que rozan los 80 años, y por no asumir el paso del tiempo, te ves defendiendo a capa y espada la labor interpretativa de esta gente, sin deparar en que las películas de las que hablas hace ya más de 20 años que se estrenaron. 

Al Pacino, que con sus 83 años sigue actuando en el mismo papel y rol que le dio la fama

¿Qué referente tiene una persona que se inicia en el cine respecto a Robert de Niro? Todo sobre mi padre, En Guerra con mi abuelo... En fin. Suerte que tenemos a Scorsese que sigue repartiendo justicia en este mundo. 

Pero ¿Quiénes somos para criticar la carrera en su vejez de actores consagrados? Nadie, ni mucho menos, solo que colectivamente obviamos este tipo de films para seguir teniendo en su pedestal a estos actores. Y eso hacemos con Al Pacino, que con sus 83 años sigue actuando en el mismo papel y rol que le dio la fama: el de policía pasado, chulesco, que siempre tiene la respuesta correcta y cuando algo no le va bien, se lía a gritos con el primero que pase. 

Coges al personaje de Heat (Michael Man, 1995) y al personaje de Insomnia (Christopher Nolan, 2002) y tienes al personaje de esta película. 

Toda la película te transporta a un cliché gigante en el que el ritmo de la película lo marcan los tópicos

Y no es un punto negativo, no, porque toda la película te transporta a un cliché gigante en el que el ritmo de la película lo marcan los tópicos: policía retirado que vuelve al caso por motivos ajenos a su voluntad, policía más joven y malencarado con un pasado traumático que está conectado con el crimen, el personaje de la periodista risueña pero inexperta que sueña con hacer un mundo mejor, y un asesino en serie narcisista que se cree más listo que nadie y deja pistas por todos los lados. A eso le añades diálogos de tipo duro y giros de guión loquísimos cogidos con pinzas y ya nos encontramos en nuestra zona de confort de misterio favorito. 

Esa sensación de "esto ya lo he visto antes" juega a favor de la película, haciendo que la hora y media larga que dura el metraje se pase volado. No pasará a los libros de historia, pero tampoco lo pedimos. Tal vez entre otras cosas por dar una justificación de los crímenes que se siente vacía, ya que antiguamente los asesinos en serie eran seres temidos, que generaban respeto. Con esta nueva ola de villanos marca Netflix en los que se pretende que sea un personaje instagrameable, carismático donde se busca que el espectador empatice con él, hace que se pierda ese toque de terror, y convierta la caza de asesinos en una tarde de pesca con tu suegro.

Y es que Hangman es eso, una película sin pretensiones para ver un domingo por la tarde arropado con la manta de los días de lluvia. Qué más se le puede pedir a una leyenda de 83 años. 

Hangman: envejecer con dignidad