Nació, se casó y murió en un mes de agosto. Luis Fernández Aguado, conocido como ‘el Sastre’ fue el primer alcalde republicano de Fuenlabrada y uno de los casi 3.000 asesinados por el franquismo en Madrid en los primeros años de posguerra. Su historia ha sido rescatada por su nieto, Luis S. Fernández Contreras, en un libro que forma parte ya de la memoria colectiva de los vencidos, pero también de los valientes.
‘Los tres agostos de Luis el Sastre’ narra la vida de este fuenlabreño nacido un 25 de agosto de 1901 que desde muy jovencito comenzó a trabajar en un taller de sastrería y que años después se convirtió en el alcalde socialista de este municipio madrileño tras las elecciones de 1931. Casado con Eusebia un 8 de agosto de 1927 tuvieron cinco hijos, dos de ellos fallecieron de bebés. Los otros tres fueron dos mujeres y un varón, Saturnino, el padre, ya fallecido, del autor de este libro.
El silencio que impuso la dictadura, el borrado sistemático de la memoria de los vencidos caló como la lluvia fina durante décadas y relegó al olvido a miles de españoles masacrados por el régimen. Un olvido que se reprodujo en los años de plomo, en la intimidad de las casas donde poco o nada se hablaba de sus familiares asesinados. Eso es lo que ocurrió en la familia de Luis, hoy presidente y coordinador de la Asociación de Memoria Histórica del Distrito de Latina.
En casa de Luis no se hablaba de porqué habían fusilado al abuelo. Su padre Saturnino solo se limitaba a decir que “había muerto en la guerra” y dejó dicho que hasta su fallecimiento sus hijos no podían ver qué escondía un tubo de metal donde se guardaban dolorosos secretos. Tras su muerte y casi de una manera fortuita, Luis y una prima suya, Maripili, descubrieron que su abuelo, ‘el Sastre’, figuraba en el primer listado, elaborado por la historiadora Mirta Núñez, de los fusilados, o “ajusticiados” como gustaba decir a los franquistas, en las tapias del cementerio del Este, ahora La Almudena.
Fue ahí cuando comenzó un largo recorrido de dos años en la búsqueda de testimonios y de archivos, entre ellos el del propio Ayuntamiento de Fuenlabrada, y el acceso al juicio sumarísimo incluido en la ‘Causa General’ y por el que Luis ‘El Sastre’ fue condenado a muerte por “adhesión a la rebelión”, otro de los términos que los sublevados dieron carácter legal para justificar sus crímenes y que muchos investigadores han venido a llamar como “el derecho al revés”.
El nieto de Luis se propuso entonces rescatar la figura de su abuelo, del que la familia guardaba muy pocas fotografías, pero el tesoro con el que se encontró en aquel tubo de metal arrinconado en un armario abrió de par en par el calvario por el que pasó el alcalde republicano desde su detención hasta su muerte.
Mirta Núñez cuenta en el prólogo del libro el modus operandi del régimen en la persecución sin tregua de miles de españoles acusados de falsos delitos. Finalizada la guerra, era el momento de “rellenar el pliego de supuestos agravios” con “farsas de apariencia jurídica” basados en denuncias sin pruebas de vecinos resentidos y hasta familiares cercanos. Eso fue lo que condujo a ‘el Sastre’ al Consejo de Guerra. De nada valieron los avales pedidos con angustia por su mujer Eusebia, los testimonios de amigos o conocidos del pueblo que bien sabían que su alcalde era un hombre de bien, primer edil republicano de Fuenlabrada y después concejal en el mismo ayuntamiento durante la República.
Desde su detención en Madrid, el 21 de abril de 1939, hasta su fusilamiento, el 9 de agosto de 1940, Luis ‘El Sastre’ escribió decenas de cartas a su mujer, su madre, y otros familiares, 50 de ellas las guardaba su hijo Saturnino y son las que su nieto Luis ha recuperado para elaborar este libro. Quizá sea el contenido de esos manuscritos, ya desgastados por el tiempo, lo más duro y conmovedor de este relato. Hasta el último momento, el alcalde confío en que se le conmutara la pena, la misma que se impuso a su cuñado Blas, preso también en las cárceles madrileñas y fusilado poco después en la misma tapia del cementerio.
Cartas de esperanza donde Luis daba instrucciones a su familia en búsqueda de avales y para cursar una petición al mismísimo Franco de conmutación de la pena que nunca llegó. Cariñosas palabras para sus tres hijos, entre ellos Saturnino, el mayor que, tras la muerte de su progenitor, la vida le golpeaba de nuevo con tan solo 13 años al fallecer su madre tres años después, “de pena”.
“No lloréis que como tengo la conciencia tranquila nada malo me puede pasar”, confiaba ‘el Sastre’ incluso cuando ya había sido condenado a la pena máxima el 2 de abril de 1940 y cuya sentencia siempre se negó a firmar. Pasó 129 días a la espera de su ejecución y sus últimas tres cartas, las “cartas en capilla”, escritas en la cárcel de Porlier, de donde salían los presos camino al cementerio donde eran fusilados, son el episodio más doloroso y desgarrador de este libro.
Escribió Luis:
En Capilla 12 noche 8 de Agosto de 1940
Mes que nací que me casé y que muero
Ya en la madrugada se despedía de los suyos:
“…muchos besos para ti y muchos para los niños, los últimos que os mando para siempre, para siempre, mujer e hijos queridos.
Besos, muchos besos
Luis
En Capilla a 9 de agosto de 1940.
El 25 de octubre de 2019, Luis S. Fernández recibía de manos de la entonces ministra de Justicia, Dolores Delgado, la “Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal” de su abuelo: “Ese día, casi 80 años después de su fusilamiento, mi abuelo dejaba de ser moralmente un delincuente. Nunca lo fue, pero sus asesinos así lo llamaron y lo ajusticiaron por ello”.
LOS TRES AGOSTOS DE LUIS EL SASTRE
Primer alcalde republicano de Fuenlabrada.
Autor: Luis S. Fernández
Editado por El Garaje Ediciones
Ilustraciones: Juan Kalvellido
Prólogo: Mirta Núñez Díaz-Balart
ISBN: 978-84-121087-2-9
230 páginas
