jueves. 25.04.2024
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Yolanda Díaz y Pablo Iglesias

De momento resulta descorazonador observar por donde soplan los vientos entre las diversas fuerzas que componen el espacio político español que viene definido como “a la izquierda del PSOE”.

El fin de semana pasado tanto Podemos como Izquierda Unida han organizado por separado unas jornadas de debate de la mano del grupo parlamentario europeo que comparten.

El acto de Podemos (Universidad de Otoño) ha tomado relevancia por las manifestaciones de Pablo Iglesias reclamando ‘alto y claro’ respeto a su organización en una clara alusión a Yolanda Díaz. Posteriormente, Javier Sánchez Serna, coportavoz estatal, ha señalado que “nuestra voluntad es conseguir un acuerdo de coalición con Sumar y otras organizaciones de izquierdas en las elecciones generales”.

Por su parte, Izquierda Unida, a través de su eurodiputada Sira Rego, ha hecho hincapié en la lucha contra el auge de la extrema derecha y reclama que la respuesta se haga “desde la esperanza, la movilización y la articulación de un eje que tiene en el centro la lucha por la defensa de la vida y la democracia”, sin más precisiones de su articulación.

Otras organizaciones –Más País– se mantienen en controlado silencio en espera de pescar en río revuelto.

Yolanda Díaz se ha pronunciado este martes, días después del el aldabonazo de Pablo Iglesias, en la presentación de Sumar en Pamplona ante un numeroso público con dirigentes y militantes de Podemos e Izquierda Unida. Se mostró dispuesta a dar un paso adelante, señalando que quiere hacer las cosas de manera diferente y reiterando en varias ocasiones que "no sobra nadie: necesitamos todas las inteligencias, todas la manos, todos los afectos". También pidió que "necesitamos paciencia para hacerlo en serio, con calma, con lentitud". Mesura, fuego lento y con todos los ingredientes. Está bien. Es bueno controlar los tiempos, pero cuidando que los tiempos no te atropellen.

Desde diversos entornos amigables con Yolanda Díaz la vienen reclamando que el “proceso de escucha” está bien pero es imprescindible ir más allá del movimiento, que hay que configurar una estructura organizativa que pueda afrontar con unas mínimas garantías unas elecciones generales. No son elecciones a la presidencia de la República, se necesita mucha organización en todo el territorio.

La política no siempre es como la deseamos y me parece que hay que balancear la prudencia con la decisión y el riesgo

La negativa de Yolanda Díaz a participar en las elecciones municipales y autonómicas tampoco ha sido muy entendida. Las municipales siempre han sido un impulso decisivo para las generales. Abandonar esta posibilidad para crear espacios de confluencia entre las diversas izquierdas no parece que sea lo más razonable y está contribuyendo a que aumente la crispación entre las organizaciones.

No remangarse y entrar en esos procesos electorales, le permite a Yolanda Díaz seguir escuchando y librarse de numerosos dolores de cabeza. Pero me parece apreciar que hubiese sido más valorado el riesgo político de haber intentado encauzar la confluencia electoral para Mayo de 2023. La política no siempre es como la deseamos y me parece que hay que balancear la prudencia con la decisión y el riesgo.

Tampoco ayuda esa visión que se está instalando en la que “sobran” los partidos y que la “política ha defraudado a la gente”. Estos cantos de sirena dichos desde la izquierda parecen profundamente contraproducentes y puede volver a encarrilar la energía en vía muerta. En esto, me parece que Yolanda Díaz debería escuchar con ambos oídos. Todavía estamos a tiempo.

Lo que parece claro es que en la confrontación dentro la izquierda sólo gana la derecha. El PSOE necesita que a su izquierda se mantenga una fuerte representación para que avancen políticas progresistas. Y si no es así, el PSOE deberá presentarse como baluarte de la democracia frente al extremismo de la derecha. Y, lógicamente, se concentraría el voto como ya ocurrió en 1982 y 2004.

Nada está escrito definitivamente sobre los procesos electorales que viviremos en España el año próximo. Esperar y ver, pero toca remangarse: Vamos Yolanda, que podemos.

Venga Yolanda, que podemos