lunes. 29.04.2024
Joan Miró, Composición II (Plumas de pavo real), 1956
Joan Miró, Composición II (Plumas de pavo real), 1956

En el juego de contradicciones que caracteriza a la campaña electoral del Partido Popular, la existencia del Ministerio de Cultura es uno de los últimos casos en que el principal partido de la derecha se desdice de lo declarado. Recordemos los hechos.

Al comienzo de la convocatoria electoral, Núñez Feijóo afirmó que si llega a gobernar suprimirá el Ministerio de Cultura. Con esta declaración de intenciones, el líder del Partido Popular no hacía más que reafirmar lo que han practicado los anteriores Gobiernos populares, pues tanto Aznar como Rajoy suprimieron ese Ministerio para dejarlo en una Secretaría de Estado adscrita al Ministerio de Educación. Es curioso que un Ministerio creado por un Gobierno de derechas en 1977 sea objeto de tanta inquina por la actual derecha, lo que nos enseña cómo las derechas españolas van retrocediendo en planteamientos que son comunes en Europa a las derechas y a las izquierdas.

Ya es llamativo que la derecha española muestre esa animadversión hacia la cultura. Fue el Gobierno francés del Frente Popular el que creó una Secretaría de Estado de Cultura en 1936, pero el Ministerio francés de Cultura lo creó un Gobierno conservador del Presidente De Gaulle y desde entonces nadie en Francia (o en Italia) duda de la necesidad de ese Ministerio. ¿Por qué la derecha española lo rechaza? Porque tiene que hacer guiños a sus seguidores más ultras, más opuestos a lo que significa la cultura en un país.

Al comienzo de la convocatoria electoral, Núñez Feijóo afirmó que si llega a gobernar suprimirá el Ministerio de Cultura

Pero esa declaración de Núñez Feijóo mereció un artículo muy crítico de ABC firmado por el jefe de cultura (Jesús García Calero: “El precio de rebajar el Ministerio de Cultura”, ABC, 6 de junio de 2023) al que siguió un editorial igualmente crítico (“La cultura, prioridad política”, ABC, 19 de junio de 2023). Los argumentos de ABC estaban bien fundados por lo que Núñez Feijóo, dando otro giro de los que nos tiene acostumbrados, acabó claudicando y en una reunión que celebró con representantes de la cultura acabó rectificando con el lógico regocijo del mismo periódico (“La cultura sí merece un Ministerio propio” y “Algo más que ministerio”, ABC, 1 y 3 de julio de 2023).

Este cambio del Partido Popular nos lleva a reflexionar sobre varias cuestiones, a saber, I) la versatilidad de quien quiere presidir el Gobierno de España; II) la aportación del Partido Popular a la cultura en los últimos años; III) la aportación de los Gobiernos del Presidente Sánchez a la cultura; y IV) lo que ocurriría en la cultura española si Núñez Feijóo fuera Presidente.

I) La versatilidad de quien quiere presidir el Gobierno de España. Se trate de la cultura o de la industria, es preocupante la versatilidad de quien quiere presidir el Gobierno de España. ¿Quién asesora a Núñez Feijóo? Porque es inusual que en quince días un candidato a Presidente del Gobierno dé un giro tan notable y rectifique lo que anunció a bombo y platillo. Con independencia de que los artículos de ABC estaban bien fundados, el hecho del cambio denota que el Partido Popular no tiene ideas claras y ha tenido que venir su prensa amiga para rectificar lo que ahora se ve era una propuesta inmeditada. ¿Qué fiabilidad tiene un candidato que a) lanza una propuesta frívola; y b) rectifica cuando se lo reprocha la prensa amiga? ¿Va a gobernar a golpe de frivolidades y rectificar cuando la prensa que le apoya le enseñe la ligereza de las decisiones?

Tenemos ya tantos ejemplos de la ligereza con que habla el Presidente del Partido Popular y de cómo pasa del blanco al negro sin pudor y sin meditarlo que da miedo que este personaje llegue a la Moncloa.

El Partido Popular no tiene ideas claras y ha tenido que venir su prensa amiga para rectificar lo que ahora se ve era una propuesta inmeditada

II) La aportación del Partido Popular a la cultura en los últimos años. El Partido Popular gobernó desde diciembre de 2011 hasta junio de 2018. ¿Qué aportó durante esos años a la cultura?

En primer lugar, suprimir el Ministerio y degradarlo a una Secretaría de Estado, con el absurdo pretexto de ahorrar gasto púbico. En realidad, lo único que se ahorra es la retribución de un Ministro que es mucho más baja que la de un Secretario de Estado. En segundo lugar, el Gobierno de Rajoy protegió la tauromaquia mediante una Ley específica (la Ley 18/2013, de 12 de noviembre) y como era una pequeña chapuza jurídica hizo aprobar una Ley general (la Ley 10/2015, de 26 de mayo) dedicada al Patrimonio Cultural Inmaterial que pretendía disimular la fiesta taurina bajo una categoría general. Pero era una Ley con deficiencias jurídicas, pues necesita un Reglamento para que la protección de este tipo de Patrimonio sea efectiva. Ya es significativo que la primera declaración de protección del Patrimonio Cultural Inmaterial fuese la Semana Santa.

Lo cierto es que entre finales de 2011 y junio de 2018 la cultura española (Patrimonio Histórico, cinematografía, artes escénicas y musicales, libro, industrias culturales) ha vivido en estado de atonía, sin un Ministro que defendiera la Cultura en el Consejo de Ministros y en las reuniones comunitarias, pues en la contraposición Educación y Cultura todos los Ministros acaban defendiendo la educación frente a la cultura. Esa atonía se ha notado especialmente en tres puntos que fueron la insuficiencia presupuestaria, la renuncia del Estrado a ejercitar sus competencias (especialmente en el campo del Patrimonio Histórico) y en la degradación administrativa de la Secretaría de Estado que en 2018 estaba en ratios muy bajas por ineficiencia y desconocimiento del principio de jerarquía.

Basten dos ejemplos recientes para mostrar la actitud del Partido Popular ante la cultura. El 6 de noviembre de 2020, en la comparecencia de altos cargos del Ministerio de Cultura y Deporte ante la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados un Diputado del Grupo Parlamentario Popular reprochó al Gobierno que la Filmoteca Nacional hubiera programado un ciclo de películas sobre la proclamación de la República. Otro ejemplo, cuando el Consejo de Ministros aprobó en primera lectura una ambiciosa reforma de la Ley del Patrimonio Histórico Español para, entre otros fines, clarificar las competencias del Estado, el Partido Popular se opuso frontalmente a este proyecto de ley pretextando que limitaba las competencias de las Comunidades Autónomas y venía a centralizar la gestión de los bienes culturales (sic). Esto no lo dijeron los partidos nacionalistas, sino el partido de Núñez Feijóo.

Lo cierto es que entre finales de 2011 y junio de 2018 la cultura española ha vivido en estado de atonía, sin un Ministro que defendiera la Cultura en el Consejo de Ministros

III) La aportación de los Gobiernos del Presidente Sánchez a la cultura. Es conocido que el Presidente Sánchez, al acceder a Gobierno en junio de 2018, recreó el Ministerio de Cultura y sus tres Ministros (Guirao, Rodríguez Uribes e Iceta) han logrado una gestión muy favorable a los intereses del mundo de la cultura: Estatuto del Artista, avances en la gestión de los derechos de propiedad intelectual, proyecto de ley (ahora decaído) del Cine, recuperación de las facultades estatales en materia de Patrimonio Histórico mediante la aplicación de la competencia sobre la expoliación, contrato de arrendamiento de la Colección de Carmen Thyseen-Bornemisza (que llevaba coleando varios años sin que los Ministros conservadores lograran arreglarlo), medidas de choque durante el Covid-19, gestión más eficiente del INAEM, relación más fluida y directa con el mundo editorial, etc.

Hoy el mundo de la cultura vive un momento de claro apoyo estatal, con muchos proyectos que muestran la buena relación dentro de la Administración y los artistas y con un aumento importante de los Presupuestos. Una cultura plural y participativa que ha superado la mezcla de elitismo, casticismo y pobreza presupuestaria que caracterizó a los Gobiernos de Rajoy. Pero todo eso está hoy en peligro si llega a formar Gobierno el Partido Popular.

Hoy el mundo de la cultura vive un momento de claro apoyo estatal, con muchos proyectos que muestran la buena relación dentro de la Administración y los artistas

IV) Lo que ocurriría en la cultura española si Núñez Feijóo fuera Presidente. El peligro actual no es sólo que gobierne el Partido Popular con su desprecio y desidia hacia la cultura. El peligro mayor es que, dado el desprecio y el poco valor que el partido de Núñez Feijóo tiene por la cultura, acabará entregando ese Ministerio a Vox.

El temor está justificado. Hace meses que el Partido Popular entregó la Consejería de Cultura de Castilla y León a Vox que ya quiere restaurar el monumento a los militares italianos que participaron en la agresión contra la República (el Consejero es un antiguo comunista) como se ha visto con la Resolución de 21 de febrero de 2023 publicada en el B.O.E. de 9 de marzo. También el Partido Popular va a entregar a Vox la Consejería valenciana de Cultura y en la actualidad ha entregado a la extrema derecha el área de Cultura y Educación de 25 Ayuntamientos (El País, 4 de julio de 2023). Es decir, hay bastantes posibilidades de que si Núñez Feijóo llegara a formar Gobierno entregase el Ministerio de Cultura a la extrema derecha que, a diferencia del Partido Popular, tiene más claro lo que se puede hacer desde ese Departamento.

Por eso es necesario movilizar al mundo de la cultura para impedir que las derechas españolas formen Gobierno que fomentaría una cultura mitad minoritaria mitad cañí.

El Partido Popular y el Ministerio de Cultura