jueves. 02.05.2024
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Pedro Sánchez, en la tribuna del Congreso.

Sánchez se crece ante las adversidades y seduce a la fortuna con su audacia. Sabe reinventarse a sí mismo cuando toca encarar las trabas como un trampolín con el que saltar más lejos para sorprender y cautivar a la suerte. Pero más que un don parece una laboriosa conquista personal. En lugar de darse por vencido y rendirse ante los contratiempos, aguza su ingenio para encontrar opciones inéditas e inauditas por las que nadie apostaría de primeras.

Hacer de la necesidad virtud no es otra cosa que decidirse a rentabilizar unas oportunidades ocultas por obstáculos aparentemente insoportables. El objetivo de seguir profundizando en una política social ya comenzada bajo coyunturas extraordinariamente difíciles, como la pandemia y los corolarios de conflictos bélicos internacionales, pueden complementarse con el abordaje de un enquistado conflicto territorial.

Hacer de la necesidad virtud no es otra cosa que decidirse a rentabilizar unas oportunidades ocultas por obstáculos aparentemente insoportables

Hay asuntos donde la represión sirve tan sólo para exacerbar los ánimos y aumentar una tensión cada vez más insoportable, hasta convertir a las partes en odiosos enemigos irreconciliables. En este contexto de una creciente polarización desde las respectivas trincheras únicamente pueden florecer los extremismos más exacerbados. Desactivar esa perversa dinámica no es tarea fácil, pero por ello mismo merece la pena intentarlo.

Recurrir a los tribunales para resolver problemas políticos logra incrementar las desavenencias y postergar cualquier atisbo de solución. El diálogo y la negociación son las armas del político. La crispación y el improperio lo son del populismo demagógico. No falta quien echa de menos recurrir al ejército para derrocar al gobierno y convocar nuevas elecciones hasta que su resultado sea el correcto para quienes no asumen la derrota de los pactos parlamentarios.

La poesía de Machado y la perspicacia de Maquiavelo fueron citadas a lo largo de un debate denso que puso muchas cosas en claro. Se ofrecieron explicaciones relativas a la controvertida ley de amnistía y se la contextualizó en un programa de gobierno cuyas medidas fueron desgranándose como una continuación del trabajo ha realizado. Las alternativas a todo ello brindaron por su ausencia y se vieron suplantadas por los insultos.

Quienes integren el nuevo gobierno tendrán que tener mucha mano izquierda y una gran destreza para superar todo tipo de dificultades. Tras aprobar los presupuestos, habrá que navegar en las aguas procelosas agitadas por los diferentes grupos parlamentarios. Media cámara está descontada por su desleal oposición. Los grupos independentistas rivalizan entre sí por sus contiendas electorales en su territorio. Y ni siquiera el bloque de la coalición gubernamental tiene asegurada unos equilibrios internos que no den al traste con ciertas iniciativas.

Pero de nuevo el mal tiempo puede ser un acicate para pertrecharse mejor y mostrar una mayor ambición en los objetivos a perseguir, al no tener que balancear tantas componendas, porque al margen de lo que se haga las críticas externas e internas arreciarán con una intensidad desproporcionada. Ha desaparecido Ciudadanos por apoyar al Partido Popular y éste se resiente por haberse apoyado en Vox. Lejos de renovar sus posiciones, Podemos prefiere seguir enroscándose sobre sí mismo sin tomar en cuenta los errores cometidos y seguirán menguando hasta su total extinción tras una etapa de irrelevancia.

Pedro Sánchez ha conseguido tener su guardia pretoriana con varias vicepresidencias y Sumar necesita poner en sus carteras a figuras que puedan hacer una gestión solvente dentro de sus propias responsabilidades. Al menos las dos partes que integrarán el gobierno parecen dispuestas a no airear sus diferencias en público y tratarlas en privado para no buscar el clamor popular a cada paso, porque lo sustantivo no es uno u otro protagonismo personal, sino el plantear soluciones a los problemas cotidianos de la ciudadanía. Ojalá tengan cierto tino para no cometer desatinos y sea un referente socialdemócrata en el seno de la Unión Europea.

De la necesidad virtud: Sánchez y el arte de convertir en oportunidad los obstáculos