En 2014 creamos, en el seno de CCOO, la Federación sindical de Construcción y Servicios, en un Congreso cuyo lema era Es tiempo de Sindicato. La decisión de este posicionamiento venía a ser reflejo de la necesidad de fortalecer el sindicalismo de clase en un momento donde la crisis económica, los continuos ataques a nuestra labor y los cambios legislativos hacían presagiar un largo y duro combate contra la clase trabajadora y la organización que más y mejor la representa.
La reforma laboral del 2012 del PP había roto la unidad estatal como marco de referencia para la homogeneización de las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores de un sector en cualquier parte de la geografía nacional. El PP que se enorgullecía y se enorgullece de defender la unidad de España, había roto con su legislación laboral la posibilidad de que cualquier trabajador, sin importar donde estuviese empleado, tuviera un mínimo sectorial de referencia. Junto a ello la desaparición de la ultraactividad y el intento de cercenar al sindicalismo confederal por ser el más representativo, hacía necesario un impulso de este mismo sindicalismo para hacer frente al despropósito de romper la unidad de mercado que otorgan los convenios sectoriales de ámbito estatal.
CCOO de Construcción y Servicios tuvo claro desde el principio que, aunque los ataques eran virulentos y se estaba intentando generalizar el descontento hacia el sindicalismo confederal por parte de aquel Gobierno, era necesario volver a mostrar justo a este tipo de sindicalismo como elemento común de unidad y fortaleza para la mejora de las condiciones laborales, tanto en tiempos de bonanza como particularmente en tiempos de crisis.
Tres años más tarde en 2017 y una vez que los datos macroeconómicos nos hablaban de una recuperación casi plena de la economía después de una década de profunda crisis, el lema elegido para el segundo Congreso de CCOO de Construcción y Servicios fue Proyectando hacia el futuro. La consecución de este eslogan tenía que ver con el intento de sensibilizar a las trabajadoras y trabajadores y a la sociedad en general que era necesario no quedarnos en el puro análisis económico de aquellos datos que decían que todo volvía a estar bien, sino poner a las personas en el centro de la recuperación económica y social y, por lo tanto, proyectar de cara a los años venideros qué elementos del mundo del trabajo y de la sociedad aún seguían sufriendo los problemas económicos en sus propias vidas.
La reforma laboral del 2012 seguía haciendo estragos, se facilitaba la firma de convenios del ámbito de la pequeña empresa que tiraban por tierra los derechos colectivos de cualquier trabajador en cualquier lugar de nuestro país, y sin embargo la fortaleza de los convenios sectoriales mantenía su pulso, seguía siendo referencia aunque la ley les había quitado su prevalencia, incluso determinadas patronales habían hecho de ellos defensa a ultranza con el objeto de no romper aún más una unidad de mercado que permitiera a las empresas una competencia basada en criterios técnicos, humanos y de sostenibilidad, frente a la degradación del salario como medio de diferenciación.
Cuatro años más tarde en mayo del 2021 vamos a celebrar lo que será el tercer Congreso de esta estructura sindical, CCOO de Construcción y Servicios, lo hacemos siendo el primer sindicato en afiliación en el conjunto de nuestros sectores y habiendo incrementado la ventaja electoral hasta los cerca de 1.000 delegadas y delegados de diferencia con respecto a nuestro inmediato perseguidor. Lo hacemos, por tanto, siendo la primera fuerza sindical para el conjunto de los sectores a los que representamos.
El lema elegido en esta ocasión ha sido Compromiso social, sostenible y participativo. Un sindicato de clase como es CCOO no puede ni debe quedarse dentro de las fronteras del centro de trabajo, sino que como organización sociopolítica, que lo es, debe traspasar estos límites y permitir a las trabajadoras y los trabajadores ser protagonistas de los cambios imprescindibles en nuestro mundo. Por esta razón el documento programático que llevamos debatiendo meses en el conjunto de las asambleas que hemos venido desarrollando, no es ni más ni menos que el análisis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y la determinación de cuáles son las acciones que el sindicalismo puede y debe hacer para la consecución de estos objetivos.
No obstante, después del estudio de los ODS y de demostrar la necesidad de la participación de las trabajadoras y trabajadores en cada uno de ellos, nos encontramos con un vacío que debía ser ocupado si realmente queremos hacer efectivo el lema del Foro Social Mundial de que Otro Mundo es Posible, por eso a estos puntos de Naciones Unidas hemos querido añadir un decimoctavo: el sindicalismo de clase. Sin un sindicalismo que defienda a todas las trabajadoras y trabajadores de manera equitativa en sus derechos individuales y colectivos sin atender en exclusiva a su categoría profesional o a su sector, por lo tanto, haciendo frente al sindicalismo corporativo, es imposible conseguir hacer efectivo los buenos deseos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Por todo ello, el lema Compromiso social, sostenible y participativo engloba lo que un sindicato como CCOO de Construcción y Servicios puede y debe hacer para luchar por un mejor nivel de vida para todos, dentro, como no, de un Hábitat Sostenible.
Vicente Sánchez Jiménez. Secretario general CCOO de Construcción y Servicios