2 de mayo de 1989. Conmemoración del levantamiento popular contra la invasión francesa. La Comunidad de Madrid contaba en la presidencia regional con Joaquín Leguina, respetado por entonces y no la caricatura de sí mismo en la que se ha consagrado a golpe de tuit. Su secretario general, Felipe González, aspiraba a revalidar la mayoría absoluta de 1986 en unas elecciones sin emoción para partidarios y detractores. Agustín Rodríguez Sahagún ejercía como alcalde de Madrid con menos de 250.000 votos, por la primera moción de censura de la historia en la capital.
Tres años antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la EXPO de Sevilla no había día sin referencia a ambos acontecimientos. Héroes del silencio cambiaban el panorama musical español, Luz Casal se consagraba, y Aquí no hay playa de The Refrescos sonaba en todas las emisoras durante el verano. Christina Rosenvinge se largaba por la puerta de atrás con su compañero de dúo Alex. Objetivo Birmania dejaba con la boca abierta a los preadolescentes nacidos a finales de los 70 que no entendían las canciones de Kaoma, pero querían aprender a bailar la lambada.
En el último año de la década de los 80, Arantxa Sánchez Vicario pasaba de ser la hermana de Emilio a la mejor tenista española de la historia; Fernando Martín fallecía en un accidente de tráfico y recordaba a los niños que soñaban con imitarle que la inmortalidad no existía. El mayor despiste de la historia del ciclismo impedía a Perico Delgado revalidar su triunfo en el Tour de Francia meses después haberse impuesto en La Vuelta.
Camilo José Cela obtenía el Nobel de Literatura, Stephen Hawking el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y Jacques Delors y Mijail Gorbachov eran galardonados “por sus esfuerzos, a lo largo de los últimos años, para favorecer la cooperación internacional y eliminar las barreras que dificultan el entendimiento entre las naciones”. Seis meses después cayó el Muro de Berlín, y en el último suspiro del año fueron fusilados Nicolae Ceaușescu y su esposa Elena. También nació el Ibex 35.
El 2 de mayo de 1989 emitía por primera vez Telemadrid. Desde su arranque realizó el seguimiento a estos hechos vitales en la historia de fin de siglo. Con nuestros padres veíamos a Hilario Pino, el comunicador que mayor credibilidad trasmitía entonces. Aprendimos inglés con elMétodo de Víctor, merendábamos con Bola de Dragón, vibrábamos en los derbis; nos entretuvimos con Esta es mi gente, presentado por Jesús Vázquez, y el late night show La Noche de Mueve con el Gran Wyoming como conductor. Madrid directo entraba en nuestros hogares; y 30 minutos nos inmovilizaba frente al televisor.
Telemadrid demostró desde sus comienzos que se puede tener televidentes sin ofrecer basura. Antes de 2003, la cadena pública madrileña tenía una cuota de pantalla cercana al 20 por ciento gracias a la fidelidad de la audiencia.
El gobierno surgido del Tamayazo, también destruyó la televisión regional. Los noticieros y otros programas informativos se convirtieron en meros espacios de adulación del gobierno de Esperanza Aguirre. Así es el liberalismo de la condesa, en sus principios y gestión. CristinaTárrega cobraba 500.000 euros anuales, Fernando Sánchez Dragó 1,2 millones; y Hermann Tertsch, por aprender leer el teleplompter, 562 euros al día.
Por el fraude y la usurpación, Telemadrid se convirtió en la televisión menos vista de las autonómicas y a día de hoy, raro resulta que alcance el 5 por ciento de cuota de pantalla. El mayor dolor: la purga de más de 800 trabajadores por defender la libertad de expresión y nuestra dignidad.
Antes de las elecciones, PP y Ciudadanos navegaron en la indefinición sobre sus intenciones con el canal. Le restaron importancia. No se sumaron al Pacto por una Radio Televisión Pública al servicio de los madrileños como el resto de partidos con aspiraciones reales a lograr representación. Por fin Cristina Cifuentes, diputada en la Asamblea de Madrid desde 1991, dejó de deshojar la margarita y anunció la liquidación de la Ley de Creación del EPRTVM. Toma esta decisión para proteger la democracia. "Respeto a las mayorías y la libre decisión y elección de los ciudadanos que en las últimas elecciones decidieron votar de manera mayoritaria al PP". Para la presidenta hay que “empezar de cero” porque la ley está “desfasada”. No puede resultar más coherente con la línea de su partido: las reglas del juego sólo valen si benefician al PP. El resultado electoral hace que en el Consejo de Administración la suma entre PSOE y Podemos supere a la dupla PP-C’S. Pero no garantiza el control del medio, y por eso el partido de Esperanza Aguirre actúa.
“Telemadrid se ha visto especialmente asediada por la manipulación interesada de gobiernos que decían ser liberales pero que actuaban como regímenes más propios de otras latitudes”, publicó Ignacio Aguado el pasado 15 de agosto en el Diario El Mundo. Por los caprichos de la historia, de Ciudadanos depende poder recuperar nuestra televisión. En la España de 2015 la cuarta fuerza política en la Asamblea de Madrid decantará el futuro de los más de 800 trabajadores despedidos y la supervivencia del canal. Tan cierto como inédito, y tal vez hasta dramático.