domingo. 28.04.2024

El PSOE que se fue es el PSOE que España necesita

El PSOE necesita enviar un mensaje de verdadero socialismo para volver a ilusionar al pueblo, para que vuelvan a ver al Partido como una opción de poder...

Esta semana se va a celebrar la Conferencia Política del Partido Socialista Obrero Español en una España donde cada vez que salen nuevas encuestas de intención el Partido Socialista recibe un revés más grande que el que puede recibir el Partido Popular, que ya contaba con un descenso de españoles dispuestos a depositar su voto en favor de su partido por las medidas antisociales y neoliberales que iba a tomar. Sin embargo, ese descenso no está siendo aprovechado por los socialistas, sino que también baja. ¿Qué le está pasando al PSOE para no recoger en forma de intención de voto el descontento popular? ¿Por qué el PSOE no es visto por la ciudadanía como una alternativa real que solucione los problemas tan graves que está sufriendo por culpa del gobierno neoliberal de Mariano Rajoy? Una respuesta la podemos encontrar en estos textos sacados de los Estatutos actuales del Partido y de las conclusiones del XXVII Congreso celebrado apenas 6 años antes de llegar al poder.

Vamos primero con lo que aparece en el Artículo 2 del Capítulo 1 de los Estatutos que rigen actualmente al PSOE:

El Partido Socialista Obrero Español es una organización política de la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos.

A continuación, veamos lo que en diciembre de 1976 dictaba su resolución política:

El PSOE se define como SOCIALISTA, porque su programa y su acción van encaminados a la superación del modo de producción capitalista;

El PSOE reafirma su carácter de PARTIDO DE CLASE y, por lo tanto, de masas, MARXISTA y democrático. Somos un partido de clase, en cuanto aprendemos y luchamos por el proyecto histórico de la clase obrera: la desaparición de la explotación del hombre por el hombre (…) Somos un partido marxista porque entendemos el método científico de conocimiento de transformación de la sociedad capitalista a través de la lucha de clases como motor de la historia. Entendemos el marxismo como un método no dogmático que se desarrolla y que nada tiene que ver con la traslación automática de los esquemas teóricos o prácticos de las experiencias determinadas del movimiento obrero. (…) Nos definimos como partido democrático, al estar conformados como una Organización con la más escrupulosa democracia interna y de funcionamiento, a semejanza de la sociedad nueva que queremos construir (…)

El PSOE se define por un método dialéctico de transición al SOCIALISMO que combina la lucha parlamentaria con la movilización popular en todas sus formas, creando órganos democráticos de poder de base que busca la profundización del concepto de democracia superando el carácter formal que las libertades políticas tienen en el estado capitalista (…)

Comparando estos dos textos surgidos de dos Congresos del PSOE vemos las diferencias de concepción de la realidad y de las necesidades del pueblo por parte del Partido y una de las razones principales de la desafección de los votantes de izquierda, socialistas, hacia su propia organización.

La evolución provocada por Felipe González de la propia ideología del PSOE del socialismo/marxismo hacia la socialdemocracia ha provocado que la gente de la calle vea una mimetización ideológica con la derecha. La gente, el pueblo llano, no comprende de matices ideológicos, no entiende de valoraciones ideológicas, sino que busca soluciones a sus problemas y, esos problemas, normalmente buscaban ser resueltos por los políticos progresistas. Sin embargo, el PSOE se ha ido alejando de la ciudadanía a medida que se convirtió en un partido de poder. A esta confusión en la interpretación de la ideología por parte del pueblo se unen los años de gobierno socialistas. No hay más que hacer una comparativa de las medidas tomadas por la primera legislatura de Felipe González y realizar una gráfica en la que se plasme cómo las decisiones y las formas de gobernar se van alejando del socialismo inicial y se van acercando a los preceptos de la derecha, llegando a los últimos años del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y las medidas económicas tomadas por un gobierno socialista. Estas medidas de ZP y de la ineficiente Elena Salgado podrían haber sido implementadas por Rodrigo Rato o por Cristóbal Montoro y no se les habrían caído los anillos. Todo ello, además, en un entorno económico de recesión. Evidentemente, los verdaderos votantes socialistas reaccionaron como lo hace el votante de izquierdas: se queda en casa.

Por otro lado, la nefasta gestión de oposición de Alfredo Pérez Rubalcaba y las propuestas lanzadas no cuajan en la ciudadanía que está sufriendo las barrabasadas del Partido Popular. Decía el Secretario General que no iba a hacerle la oposición salvaje que los conservadores le habían hecho a Zapatero. Realmente, lo que la ciudadanía espera del principal partido de la oposición es precisamente eso, una oposición contundente, una oposición que no proponga sino que exija, una oposición que no busque pactos sino que busque el modo de desestabilizar a un Gobierno que ganó unas elecciones con Fraude Electoral, por no llamarlo Golpe de Estado.

El alejamiento del PSOE de la ciudadanía es proporcional, en primer lugar, a los años de gobierno y, en segundo lugar, al alejamiento del PSOE de sus preceptos fundamentales y al acercamiento a las grandes decisiones en contra de las decisiones que inciden directamente sobre el pueblo. La presencia en la Ejecutiva Federal de personas que han tenido responsabilidades de gobierno en administraciones socialistas también hace que la gente mimetice a los mandatarios socialistas con los representantes de la derecha. A los que tenían cargos en la época de González se les asocia con la corrupción, como bien recuerdan los voceros de los panfletos conservadores. A los que los tuvieron con Zapatero se les asocia directamente con las políticas económicas liberales, con la mala gestión de la crisis y con los primeros recortes sociales, todo ello provocado por la “eficaz” gestión de Elena Salgado. ¿Quién manda ahora en el Partido Socialista? Alfredo Pérez Rubalcaba es el Secretario General, pero él también fue Secretario de Estado y Ministro tanto con Felipe González como con Zapatero. Con ese pasado, ¿cómo puede tener credibilidad su mensaje?

El PSOE necesita enviar un mensaje de verdadero socialismo para volver a ilusionar al pueblo, para que vuelvan a ver al Partido como una opción de poder, pero una opción que les resuelva sus problemas, que vuelva a universalizar la sanidad, tal y como hizo Ernest Lluch, que reforme la educación para adecuarla con las verdaderas necesidades de los estudiantes y para acercarla a los más necesitados, que modifique la Constitución para convertirla en un texto que legisle sobre las verdaderas necesidades del pueblo, que cambie la ley electoral hacia una ley en la que cada voto valgo lo mismo independientemente del lugar en que se vote y que incluya el fraude electoral en el Código Penal para garantizar que los contratos que firman los partidos con los ciudadanos sean cumplidos independientemente de la situación económica que impere, que modifique las condiciones del Concordato con el Vaticano porque en un país laico no es de recibo que la Iglesia Católica tenga los privilegios que tiene y que, en medio de la crisis económica, el Estado destine 11000 millones de Euros a financiar a una entidad religiosa.

El PSOE necesita un lavado de cara que vaya más allá de un mero “encalamiento de fachada”. Tiene que volver al meollo de las conclusiones de 1976 adaptándolas a la situación socioeconómica actual. Ahora no hay que luchar contra el capitalismo, sino contra el neoliberalismo que quiere imponer el Partido Popular. El PSOE necesita nuevos líderes que no tengan pasado pero que tengan carisma de líder; nuevos líderes que sepan lo que ocurre en la calle de primera mano y que pongan al Partido en la órbita de los movimientos sociales y que se pongan en la vanguardia de encontrar las necesidades reales de la ciudadanía, y eso se consigue estando con la ciudadanía. El PSOE necesita una Ejecutiva que dé ilusión a la gente, una Ejecutiva que mueva a las masas y ponerse a la cabeza de las justas reivindicaciones del pueblo. ¿Cuántos miembros de la Ejecutiva estaban el pasado 14 de abril al frente de las manifestaciones republicanas cuando la gran mayoría de los militantes y simpatizantes son republicanos? Hay alguno, como Tomás Gómez, que abandona su escaño o su despacho y se reúne, en la calle, con los ciudadanos, que habla con ellos, que recoge su malestar, que se pone al frente de las justas reivindicaciones del pueblo. Hay otros, como Pepe Griñán, que desde un puesto de poder como la Presidencia de la Junta de Andalucía lo hace desde una visión socialista, y esto lo vemos en el último decreto de protección a los desahuciados, un decreto que ha escocido a la derecha porque muestra caminos que ellos no quieren mostrar al pueblo.

El PSOE necesita mostrar a los ciudadanos que la democracia que se preconiza en sus Estatutos actuales empieza en su actividad interna dando voz y voto a todos los militantes.

Por eso España necesita al PSOE que se fue como solución a los problemas que ha generado la derecha. Cuando el Partido Socialista vuelva a sus orígenes SOCIALISTAS, la ciudadanía les volverá a dar la cara.

El PSOE que se fue es el PSOE que España necesita