viernes. 26.04.2024

Ratones Colorados

Lo que hace la troika es algo muy similar a lo que hacen los dueños de mascotas reptilianas, boas por ejemplo.

Lo que hace el aparato político de los acreedores de Grecia formado por el Eurogrupo, el FMI y el BCE es algo muy similar a lo que hacen los dueños de mascotas reptilianas, boas por ejemplo, para su alimentación ¿Cómo, que lo desconocéis? Pues es algo cruel, pero es así y así os lo cuento. Las boas y otros reptiles carnívoros se alimentan de insectos y sobre todo de pequeños roedores, ratones sobre todo. Los cazan cuando están en libertad, pero cuando se encuentran en un terrario doméstico hay que aportarles el alimento. Los ratones que se les da han de estar vivos, como cuando cazan, pues no comen cadáveres. Pero no pueden estar muy vivos, porque podrían dañar a la mascota, digamos la boa. Entonces el propietario del reptil compra unos ratones a los que atonta con un golpe que no los mata, simplemente los deja indefensos ante al boa, y así la alimenta sin riesgo alguno (Por esta razón yo no poseo más boa que una de plumas que me regaló Encarnita Polo cuando yo era un niño que acompañaba a sus padres a las varietés en los pueblos de la Mancha).

He asistido innumerables veces al acto injusto de noquear a los ratones, dejarles sin ninguna oportunidad antes de meterlos en el terrario para ser deglutidos por una hedonista serpiente que no necesita ni siquiera pugnar por su alimento. Y juro que lo que veo en el comportamiento de los alimentadores de la bicha, se parece muy mucho a lo que se percibe en la atrocidad que la troika practica sobre los griegos y sobre todo sobre sus legítimos representantes. Golpes y más golpes para ablandar la capacidad de resistencia, golpes y más golpes para impedir que ni siquiera, en un acto reflejo de rebeldía o en el estertor de su extinción, puedan dañar lo más mínimo  al ser supremo: El poder financiero, la bicha.

Con los ratones de Syriza incluso parecen encanallarse aún más y asemejan fanáticos poseídos por la irresistible obsesión de un acto vudú, apuestan por un exterminio ritual si puede ser, con sobrecogedoras formas de aniquilación, dolores, gritos y un arrempetimiento final de la víctima, que mira por donde se resiste. Todo parece indicar que los ratones de Syriza son colorados, además de rojos que ya lo sabíamos. Y los ratones colorados son muy listos. Ante las dificultades y ante la desigualdad de la situación entre la bicha y sus adoradores y los pobres ratoncillos, han optado por una jugada inesperada, dar una patada a seguir y sacar la cuestión de la necesaria alimentación de la bicha del estrecho contexto del terrario.

Porque una vez fuera de este artificial campo de juego (el terrario financiero) la cuestión de la alimentación de la bicha (el pago de una deuda imposible) queda relegada a un segundo plano muy por  debajo de otras razones como las de la existencia digna de todo ser, la no aceptación de las imposiciones humillantes a fortiori y la de resolver las diferencias de opinión mediante instrumentos de consulta y validación que llamamos democracia. Una vez fuera del terrario el partido lo van ganando los ratones colorados, porque están conectando con otros roedores que comienza a sentir que el terrario es un terreno impracticable, no es el lugar adecuado para desarrollar sus intereses, ni su vida, ni la de los vecinos.

El terror que la mera presencia de la bicha provoca, cuyo bisbiseo se mete en la espina dorsal y dificulta el pensar con claridad, decae por momentos por que los ratones de Syriza están limpiando las paredes del terrario y muchos de los ratones que esperamos fuera  dócilmente nuestra hora vemos con claridad lo ocurre en el interior y comprendemos que dentro del mismo no hay nada para nosotros, abandonamos pues toda esperanza.

Muy listos los ratones colorados de Syriza porque están desnudando la acción manipuladora de los alimentadores de la bicha, quienes siempre se habían presentado como si fueran los domadores que mantienen enjaulado al leviatán, pero no, no son sus domadores, son los cómplices necesarios, los esbirros al servicio de una causa innoble que enmascaran con las mismas palabras que los dueños de las dichosas mascotas: Es la naturaleza. Como si la naturaleza hubiera inventado la deuda y la austeridad como una de las formas refinadas del exterminio.

Detectada la trampa, solo nos queda evitarla y eso pasa por seguir el ejemplo de Grecia. Ratones colorados de todos los rincones, unámonos.

Ratones Colorados